Ha llegado un momento en que el Gobierno no sabe si mata, hiere o espanta. Ha dado cifras distorsionadas de la recuperación y no se va cumpliendo nada de lo previsto. Hasta el Banco Central Europeo (BCE) ha rebajado la cifra de la recuperación. España se desinfla por todas partes desde el punto de vista económico y, en lo político, el desastre ya es total. Y para rematar ese desastre, los fondos de inversión estadounidenses --que han acogido a Isabel Díaz Ayuso como la diosa salvadora de España-- se quejan de la paranoica y nefasta política fiscal de España.
Esa paranoia se teme que acabe como acabó el Gobierno de Rodríguez Zapatero; es decir, con miles de facturas sin pagar y escondidas en los cajones para no aumentar el déficit público que ya es irrespirable. El caos que ya se presuponía en todos los Estados, incluso lo había adelantado el Banco Central Europeo. Recuerden que, recientemente, el falso «doctor» insistió en una recuperación económica de España que, hoy por hoy, es imposible; Y llegó a pronosticarla como «vigorosa» en un momento en que hasta las eléctricas han creado profunda división en el propio Gobierno central. España es una duda total en cuanto a la reactivación de la economía. Lo confirman tanto los bancos centrales de EE.UU. como de Europa. Nadie ve estímulos a corto plazo y sí retrasos por las calamitosas políticas sociales impuestas por el sector comunista del «Gobierno prochavista».
Los nulos «brotes verdes» se le han ido de las manos al Gobierno y es presumible que mintiera cuando lo anunció. No es ningún secreto decir que se pilla antes al socialista endiosado y al analfabeto comunista antes que al cojo.
A ver por dónde sale ahora Pedro Sánchez, alias «doctor cum fraude», con los burdos anuncios que hizo. Hablo de la caída de los ERTE por debajo de los 280.000; citó como logro posible la subida de las cotizaciones sociales por encima de los momentos prepandemia y --hasta tuvo el atrevimiento propio de un analfabeto económico-- de anunciar una vacuna española inmediata dentro de la «innovación española». Algunos pazguatos lo mismo planchan huevos que fríen corbatas y Sánchez es uno de ellos. ¡Manda huevos, qué bajo llegado la España regentada por la izquierda-caviar!
Ahora mismo no hay estímulos monetarios de ningún tipo para la reactivación económica y mucho menos en términos de empleo. A la ya subida del paro estructural por la pandemia, los ERTE, la negligente política del Ministerio de Yolanda Díaz se une el paro que aumentará con la aprobación sectaria, sectorial y «sui géneris» del Salario Mínimo Interprofesional: es el peor momento para imponer una medida drástica y pepinera como esa porque las empresas están pagando créditos ICO, otros créditos privados, están recuperándose de las abrumadoras pérdidas, muchas han cerrado y no ven camino para la apertura, otras han prescindido de trabajadoresy las más están endeudadas hasta las orejas o el pico de la boina por la torpeza de los políticos socialistas y comunistas de extrema izquierda. Un ministerio de empleo dirigido por una sindicalista --que nunca ha pagado una nómina ni ha montado una empresa ni creado empleo-- es como fichar a un fabricante de bombas en una empresa terrorista o poner una ametralladora en manos de un mono ocioso.
Ahora mismo Sánchez se juega dar el más mínimo paso en falso porque las sanciones y los retrasos de los fondos «Next Generation» están a la puerta. Cualquier tropiezo pondrá a España a los pies de los caballos y en este momento hay más que suficientes razones para congelar dichos fondos porque Europa está hasta los botones de las puñetas de las mentiras en cuanto a las previsiones españolas. Pedro «Plagio» Sánchez pretende buscar la salvación echando la culpa a las eléctricas, su enemistad con la ciudadanía y la supuesta multiplicación de sus beneficios. Pero Europa no es tonta. Se demostrará que sí lo es si continúa admitiendo más tropelías, falsedades y mentiras al socialcomunismo y a Sánchez.
Es un hecho demostrado que son las políticas atolondradas y mediocres del Gobierno central las que están hundiendo las expectativas de recuperación económica. Las eléctricas no son verdugos, pero sí víctimas, papel que pretende invertir la mentira gubernativa por intereses caprichosos y porque ha advertido que Europa está dirigida por cabestros desnortados.
«Las eléctricas se sienten víctimas y no verdugos de una gresca montada desde el Gobierno para intentar salvar su imagen pública, que lleva camino de acabar totalmente chamuscada», en palabras del director de «El Economista». Mientras tanto, la ciudadanía sigue siendo la gran pagana de la corrupción y de las mentiras del «desGobierno» a la española.
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