| ||||||||||||||||||||||
Las consignas han sido claras para sus voceros: Mucha palabrería, hay que engatusar, buenismo tonto, lucir mentiras, vender humo y pagar votos. Todos los ignorantes, tontos, fanáticos y sectarios verán los cielos sanchistas abiertos.
¿Qué más hay que ver y soportar para que el pueblo reaccione? ¿Qué respeto se tiene así misma una oposición que aguanta que le estampen en la cara, en el Senado de todos los Españoles, la terrible frase: ¡No estorbe!? ¿Tiene un Presidente de Gobierno potestad para decidir, “motu proprio”, ciertos temas de Estado que implican la estabilidad y la seguridad de la Nación?
Estamos en el momento más difícil del siglo y con el peor gobierno de los conocidos en democracia. Es necesario, pues, buscar un recambio. El que tenemos, coalición PSOE-UP, es fruto de un reparto de poder y atenciones a intereses personales o de grupos que no fue hecho ni pensado para atender necesidades.
Es obvio que el PP necesita recobrar valores que, desde hace algún tiempo, parece que han dejado de ser imprescindibles para él. Y también pudiera ser una buena noticia el aparente sentimiento de unidad que se advierte en torno a la elección del señor Alberto Núñez Feijoo, una persona en torno a la cual se ha creado una rara unanimidad de las bases del partido y de sus máximos responsables.
La crisis por la que hoy atraviesa España en el plano nacional e internacional es de tal gravedad, que la figura del jefe de la oposición se hace imprescindible para actuar como portavoz de los sectores de la sociedad que en estos momentos manifiestan su inquietud y desacuerdo ante la caótica y desnortada actuación del gobierno socialcomunista encabezado por Pedro Sánchez.
En ocasiones es preciso intentar simplificar las argumentaciones, reducir las explicaciones a lo más elemental y entendible, con el objeto de evitar que lo que es palpablemente evidente quede enmarañado, oscurecido o difuminado al usar términos raros, excesivamente técnicos o innecesariamente complejos; de modo que no quede paladinamente expresado lo que uno intenta aclarar.
Pretender generar ilusión criticando constantemente a los demás, puede que, tras años y años de verborrea, lo único que se consiga es la soledad “incomprendida” del ermitaño. Mal camino toma el Partido Popular ante unas futuribles elecciones. Señalar, hasta el cansancio, las maldades del contrario, ni favorece su imagen, ni mejora su pasado, ni produce arrepentimiento en el atacado.
Una y otra vez me pregunto ¿qué ocurre con los partidos conservadores de España? Tienen tres cabezas, son tricefálicos, no trifálaicos como dijo cierta vez la Ministro de Justicia Dolores Delgado; habría que ver esta traición de su subconsciente por qué se produjo. ¿En qué estaría pensando esta mujer?
Las maniobras del Oligopolio eléctrico en España contra la postura gubernamental de rebajar el precio final en beneficio del usuario, muestra el carácter belitre contra las medidas del Gobierno de coalición a una propuesta de UP que lleva en su programa político desde sus inicios y de alguna manera algo ha calado en algunos ministros, y lo que antes no era viable ahora reconocen que es posible.
Es lo único que le preocupa a esta estirpe que nos han impuesto, solo suele tratar coloquialmente con oficiales de fajín rojo y contadas veces con algunos de los azules, para ellos el resto de la tropa es plebe. Lo estamos viendo con la tragedia y los repatriados de Afganistán, es más importante sus vacaciones en una de las Gimnesias que acercarse a Torrejón a recibir a los militares y colaboradores de los destinados en Afganistán.
No, no es el desvarío de mi mente calenturienta, ni el desatino de un momento de enajenación. Quiero hacerme comunista desde el momento en el que se me demuestre que esta formación política ha causado algún bien a la Humanidad.
Los partidos de la oposición al Gobierno mantienen una actitud beligerante y acusatoria a lo largo de las semanas que llevamos de confinamiento. Esta actitud de falta de colaboración resulta chocante en la situación de alarma sanitaria como la que estamos viviendo.
|