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Reconozco que a estas alturas de mi vida, no son las campañas electorales las que precisamente me “suliveyan” intelectualmente. Pero mi antigua relación personal con Juanma Moreno y el convencimiento de que solo el proyecto del Partido Popular tiene capacidad política y de gestión para gobernar Andalucía durante los próximos años, me motivan para pronunciarme sobre esta importante cita electoral.
Al embustero que preside (y, a la vez, es esclavo del) el Consejo de ministros, cada vez que se le “rompe un hueso” (ya lleva por lo menos una docena), se inventa una “solución mágica” que -al final- no se realiza o queda en la más sonora nada. Ya es mucho el tiempo (unos 850 interminables días) que llevamos los españoles soportando a este cretino que, para desdecirse y desdecir su feminismo y el de sus muchas lame-pies, va presumiendo de guapo.
Feijóo sabe, lo creen muchos y lo intuyen casi todos que, más pronto que tarde, va a encargarse del Gobierno de España. Para eso salió, le ‘salieron’, de Galicia. Las encuestas lo apuntan ya. Hoy lo anunciaba la encargada por un diario nacional. El gobierno de coalición PSOE-UP hace aguas. Hay turbulencias.
Es la «Corrupción Institucional», dado que en todos los lugares donde gobiernan o gobernaron se multiplica la corrupción, recientemente la Audiencia Nacional ha condenado al PP en otro caso de corrupción al actuar en una «dinámica de beneficio mutuo».
El nuevo secretario general del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha propuesto «disminuir la retenciones en el impuesto de la renta» para devolver una parte de lo que se ha recaudado de más e «impactar esa inflación del 10%». Este argumento se trata de una auténtica barbaridad económica por las razones que voy a exponer.
Nadie tiene derecho a utilizar los “medios” para señalar públicamente los posibles delitos o errores de terceros. Muchas personas, por circunstancias diversas, pueden no entender o sobreentender las diatribas lanzadas contra personas o partidos, desde púlpitos de prensa “bien pagados”.
En verdad que es digno de admiración el que los españoles nos quedemos impertérritos ante los despropósitos de este Gobierno social-comunista que administra nuestros bienes y patrimonios haciéndonos la vida imposible a los ciudadanos de bien que sufrimos el castigo de su férula.
Para seguir en La Moncloa, Sánchez necesita ayuda. Con su partido débil, el PSOE actual, la ha necesitado siempre. Cuando presentó la Moción de Censura. Y después. Ahora sigue necesitándola. Pero intenta conseguirla a costa de un rival, Alberto Núñez Feijóo, que puede superarlo.
Estamos en el momento más difícil del siglo y con el peor gobierno de los conocidos en democracia. Es necesario, pues, buscar un recambio. El que tenemos, coalición PSOE-UP, es fruto de un reparto de poder y atenciones a intereses personales o de grupos que no fue hecho ni pensado para atender necesidades.
Es obvio que el PP necesita recobrar valores que, desde hace algún tiempo, parece que han dejado de ser imprescindibles para él. Y también pudiera ser una buena noticia el aparente sentimiento de unidad que se advierte en torno a la elección del señor Alberto Núñez Feijoo, una persona en torno a la cual se ha creado una rara unanimidad de las bases del partido y de sus máximos responsables.
Entre el 31 de marzo y el 1 de abril de 1990 se celebró en Sevilla el X Congreso en el que José María Aznar inició su exitosa trayectoria hacia la presidencia del gobierno después de que, un año antes, se refundara el centro derecha español bajo las siglas del Partido Popular. Justo 32 años después, Sevilla ha vuelto a ser el escenario de un evento de extraordinaria importancia para el partido.
“Sáenz de Santamaría no da muestras de volver a la política tras los cambios en el PP y reaparece en público para presentar en el Foro de la Nueva Economía a la presidenta de la Comisión Nacional de Mercados y de la Competencia Cani Fernández. Es paradójico que la presente un miembro del Gobierno del PP y no del que la ha nombrado en la CNMC”. El Mundo lo anticipó. Unas horas antes de ocurrir, avisó con un título en su apartado EFEMÉRIDE: Soraya & Cani Fernández’.
Pues bien, aquí vemos a VOX y a Putin (ruso) juntos en sus fazañas destructoras. Una histórica coincidencia que remueve los desalmados corazones izquierdistas españoles de todo pelaje, de los tiburcios europeos de todo bruselaje y algunos peperos desorbitados de ningún anclaje.
Calima, fosca y niebla sucia son tres conceptos femeninos parecidos: Accidente atmosférico consistente en partículas de polvo o arena en suspensión. Niebla densa que oscurece el ambiente. Y nube baja, sucia, que dificulta la visión. Los tres pueden acoplarse a la portavoz del PP en el Congreso de los Diputados Cuca Gamarra. Con la conjunción ‘y’ o con una ‘o’, disyuntiva, que denota diferencia.
Que Pedro Sánchez carece del más mínimo decoro y dignidad y que no sabe qué es cumplir con la palabra empeñada es un axioma, y, como tal, no necesita demostración, pero el colmo de la falta de verecundia son las manifestaciones y acusaciones que se ha permitido, sin pudor alguno pronunciar, para criticar el pacto del PP con Vox para formar gobierno en la comunidad de Castilla León.
Desde hace tiempo venimos observando que esta generación de políticos ha denigrado el «arte noble» de la Política. Han perdido la ética, la educación y las formas. Hemos pasado de los políticos de la transición, con un claro afán de servicio, a la tropa que ahora tenemos en las institucionales nacionales, autonómicas y locales.
Todos sabemos que los tiempos que corren son propicios para la aparición en escena de los seres más extraños e inútiles que se puedan dar. Naturalmente son “resilientes, empoderados y amantes de la disrupción progresista de la sociedad embrutecida por el capitalismo”. Y, cómo no, incongruentes y estúpidos en grado sumo. Hoy me voy a ocupar de dos de estos tipos, ambos españoles y de parecida edad.
Mal comienzo es “apostillar” posturas políticas. Todos los partidos tienen sus “zonas” incomprendidas o mal expresadas. Ningún partido tiene derecho a “señalar”, a nadie; sí se tiene derecho a preguntar para entender y después, “decidir” Cuando digo “a nadie” quiero decir “a nadie”. Todo Partido tiene sus Estatutos. Todo Partido tiene sus interpretaciones. Todo Partido tiene sus formas. Todo Partido actúa de distinta manera.
Todo es iniciar la semana de la sorpresa mayor en la historia del Partido Popular, y lo que rondaré morena, cuando la aparente calma de la mentira nacional estalla como en aquellos viejos y recordados corrales de vecino, hasta poner pies en pared como defensa a tanto alboroto, por lo que he decido leer de nuevo el Tartufo de Molière.
Solo he hablado una vez en mi vida con Pablo Casado. Fue el 30 de noviembre de 2014 en el plató donde se emitía el programa La Sexta Noche. Me habían invitado para debatir sobre el documento que, junto a Vicenç Navarro, habíamos entregado a Podemos para que le sirviera de referencia en la elaboración de su programa electoral.
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