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Mis ojos se fijarán en lo horrible de los días que pasan todos son iguales, inhumanos y privados de la belleza espiritual.
El incremento se produce tras las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), que augura un futuro “sombrío y más incierto” en sus perspectivas económicas. Las previsiones para España caen ocho décimas y 1,3 puntos para 2022 y 2023 respectivamente, según el FMI.
El cambio climático y su gran consecuencia, el calentamiento global, nos amenazan como especie, no ya en el futuro, sino en el presente, y la Organización Mundial de la Salud no sólo advierte sus consecuencias en el bienestar físico de las personas, sino también en mental. Tanto es así que, aunque, aún sin diagnóstico oficial, el miedo, la fobia y la ansiedad que provocan esta situación ya han sido detectados en las consultas de psiquiatría y psicología.
Ante los anuncios relativos a la posibilidad de que se reproduzcan los incidentes que provocaron problemas en la cadena de abastecimiento de productos básicos de alimentación el pasado mes de marzo, el sector productor, la industria y la distribución alimentarias, muestran máxima preocupación por las graves consecuencias que un nuevo paro podría tener sobre las empresas y sobre los consumidores.
Un 87% de españoles se muestra preocupado por la Guerra de Ucrania, lo que nos sitúa como el país con mayor preocupación, solo superado por Polonia (96%), que está puerta con puerta con su vecino ucraniano, según el informe “Global Issues Barometer” que analiza un total de 18 países de todo el mundo. Además, los españoles muestran muy diversas preocupaciones, siendo las más citadas la economía y la educación (un 49% cada uno) y la salud (45%), por encima incluso de la pandemia.
Ni la guerra en Ucrania ni la Covid-19, el alza de los precios se impone como la principal preocupación de los consumidores españoles. Así lo refleja el estudio ‘Consumer Trends Report’. El precio de la gasolina y la dificultad para adquirir una vivienda acompañan a la inflación como elementos que más preocupan a los ciudadanos. Un 60% de los españoles encuestados confiesa haber cambiado sus planes de jubilación debido al alza de los precios.
ANAIP, Asociación Española de Industriales de Plásticos, ha iniciado oficialmente la celebración de su 65 aniversario con la organización de una mesa de debate en la que se trataron los temas que más preocupan a las empresas del sector de transformación de plásticos en la actualidad: los precios de la energía, el acceso a materias primas o la escalada de la inflación.
Según el Informe Europeo de Pagos de Consumidores, los datos sitúan a España por encima de la media europea, donde un 69% de los encuestados reconoce esta preocupación. Las restricciones y posibles confinamientos es otra de las principales causas de intranquilidad: el 59% de los españoles cree que esto puede afectar a su economía doméstica. Sólo el 8% de los encuestados reconoce haber mejorado su bienestar financiero respecto a antes de la pandemia.
La felicidad es un estado de ánimo, es satisfacción, es cubrir las necesidades básicas de las personas y avanzar en la autorrealización.También es cierto que la felicidad es un estado mental producto del enmarañado funcionamiento cerebral y bioquímico.Ante la complejidad del tema y en vista de que nos compete a todos, es vital en lo individual estar en una situación permanente de reflexión y meditación de lo que hacemos en el día con día, para que las preocupaciones y los múltiples distractores no acaben dispersándonos.Por otro lado, en lo social es necesario hacer visible lo que está frente a todos y trabajar arduamente para que la búsqueda de la felicidad no quede en buenos deseos.Parece obvio lo que te vengo compartiendo, pero no es así, tan no es así que la Organización de las Naciones Unidas desde el 2013 conmemora cada 20 de marzo el Día Internacional de la Felicidad, como “reconocimiento del importante papel que desempeña la felicidad en la vida de las personas de todo el mundo”.Regresando al ámbito de la búsqueda personal, es clave tomar consciencia que somos presa de manipulación y conducción por parte del sistema y de quienes mueven sus hilos a su antojo.También es necesario darse cuenta que somos fácilmente absorbidos por las preocupaciones y las cosas superfluas, por todo aquello que nos aturden los sentidos y nos colocan en una autopista de alta velocidad de la mal llamada “cultura” del consumo.Regresar a lo básico es hacer la mayor cantidad de respiraciones de manera consciente, es bajarle a nuestras prisas, es disfrutar de los espectáculos gratuitos de la naturaleza, es dialogar más y discutir menos, es reducir nuestro tiempo de conexión a los dispositivos móviles y más conexión con la vida.Precisamente reflexionando en torno a todo esto escribí recientemente un poema que titulé “Sin dueño ni amo”.
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