Un 87% de españoles se muestra preocupado por la Guerra de Ucrania, lo que nos sitúa como el país con mayor preocupación, solo superado por Polonia (96%), que está puerta con puerta con su vecino ucraniano, según el informe “Global Issues Barometer” de Kantar Insights que analiza un total de 18 países de todo el mundo.
Más allá de la guerra, los españoles muestran muy diversas preocupaciones, siendo las más citadas la economía y la educación (un 49% cada uno) y la salud (45%), por encima incluso de la pandemia, que, de momento, preocupa a un 38%, siendo España como es uno de los países con mayor tasa de vacunación entre la población.
No obstante, cuando se trata de problemas a resolver, los españoles piden más acción y resolución ante cuestiones sociales (30%), seguido de la economía (23%) y el clima y medio ambiente (20%). Por tanto, los españoles muestran ciertas diferencias entre lo que les preocupa y lo que urge subsanar.
El paradigma de esta tendencia es la propia guerra. Si bien preocupa mucho a casi 9 de cada 10 españoles, solo un 14% pide hacer algo a los Gobiernos y organismos Globales. Y lo mismo sucede con la pandemia, pues preocupa al 38%, pero solo un 7% demanda que la sociedad y sus responsables pongan solución.
Incluso la inflación es percibida desde esa distancia racional. La economía preocupa a un 49%, pero es un 23% nada más el porcentaje de la población que pide hechos y acciones que la resuelvan.
Martin Wohlfart, director del estudio en España comenta: “Todo ello deja un halo de eventualidad en los españoles respecto a las crisis, ya que se están acostumbrando a ellas, de modo que, si bien les toca la fibra sensible, piensan que las aguas volverán a su cauce natural y que todo se solucionará.”
Cambio climático vs actualidad
Otra de las conclusiones del informe es que el cambio climático continúa sin ser percibido como una emergencia inmediata, como sí ocurre con la guerra, la economía o la pandemia. Así, un 20% de españoles cita los problemas ambientales como una de las grandes preocupaciones.
Este dato nos sitúa lejos de países de nuestro entorno, como Francia o Alemania, donde alrededor de una tercera parte de la población se muestra muy sensible respecto a esta cuestión.
No obstante, los españoles poco a poco van desarrollando acciones en pro de la sostenibilidad. Así, por ejemplo, un 47% afirma que ha dejado de comprar ciertos productos o servicios por su impacto ambiental o social. Y un porcentaje parecido afirma buscar empresas y marcas que compensen su impacto con acciones sostenibles (plantar árboles o iniciativas similares).
En el fondo, los españoles están supeditando la sostenibilidad al bolsillo, de modo que dos de cada tres consumidores afirman querer comprar productos sostenibles, pero las marcas deben hacerlos más asequibles para sus economías.
Según Wohlfart, , “la sostenibilidad tiene que pelear también por la cuota de bolsillo de los españoles, que están concienciados con el medio ambiente, pero no a cualquier precio. De hecho, solo dos de cada diez se muestran realmente preocupados. El resto no es que no lo esté, pero, al ser un problema tan duradero en el tiempo, se va diluyendo en ellos la preocupación. Nos es más fácil preocuparnos por lo coyuntural que por lo estructural”.
|