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La Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) ha trasladado al Gobierno una petición para que, con todas las garantías de seguridad sanitaria, permita el uso del agua reutilizada en la industria de alimentación y bebida para las labores de limpieza de las superficies, objetos y materiales que puedan estar en contacto con los alimentos.
Los objetos se llevan bien con la arqueología, la vanidad de los coleccionistas, con los semiólogos y los museos, que enjaulan a aquellos que arrastran prestigio para beneplácito del visitante. Michel Foucault al radiografiar el discurso sobre estos como una película invisible que no se les superpone, inauguró un capítulo hermenéutico importante.
Tal y como lo define la Fundación Ellen McArthur, “la economía circular es un sistema en el que los materiales nunca se convierten en gasto y todo se regenera”. Se trata de un proceso continuo en el que diferentes recursos de una empresa se utilizan para producir materiales de otras características. En definitiva, la circularidad empresarial busca reducir el gasto y, con él, la contaminación también en línea con la Agenda 2030.
El servicio circular SoundCircularity apuesta por conseguir que los materiales sobrantes a base de lana mineral, como los absorbentes de pared y los falsos techos, procedente de proyectos de construcción, instalación y demolición, puedan ser reciclados en nuevos edificios, en lugar de terminar en vertederos.
Dice un gran amigo mío, que “cuando uno llega a los 79 años, comienza una década llena de ilusiones, creativa y depuradora”. Ese amigo mío, está muy unido a otro gran amigo común, el “Hermano Rafael”, trapense, San Rafael Arnaiz. El “Hermano Rafael”, tenía un lema, que hoy viene como anillo al dedo: “Lleva siempre una goma en el bolsillo y cuando algo o alguien te hace daño, sácala y pásala por la frente, borrando todo con cuidado”.
Una de las máximas del ecologismo es la que habla de reducir el consumo, reutilizar productos y artículos y reciclarlos cuando no sean posible ninguna de las dos acciones anteriores. Si trasladamos esta idea al mundo del motor, cada vez existen más iniciativas relacionadas. Hoy en día podemos encontrar en el mercado muchas tiendas y talleres que reciclan estos elementos.
Durante el mes de agosto, varios equipos de educadores medioambientales recorrerán las playas con mochilas recolectoras de latas de bebidas sensibilizando sobre la importancia de reciclar durante el tiempo de ocio en el medio natural. Estos residuos son 100% reciclables por lo que, al depositarlos en el contenedor amarillo, se ahorra en materiales y se reduce hasta 70% el consumo de agua y un 95% de energía, frente a la fabricación de una lata de nueva materia prima.
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