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La patronal y los sindicatos de la construcción han alcanzado un preacuerdo “histórico” para impulsar la creación del primer plan de pensiones colectivo sectorial, que se formalizaría siempre que el proyecto de Ley de Regulación para el Impulso de los Planes de Pensiones de Empleo recoja incentivos ambiciosos comprometidos por el Gobierno. Se pacta un incremento salarial del 10% repartido en tres años hasta 2025 y regulan el nuevo contrato indefinido adscrito a obra.
Los sindicatos del langostino, la gamba, la corrupción y las incontables sentencias por aprovechamiento indebido han perdido las calles. Ni Paco Lobatón ha conseguido dar con ellos estos días de intensas manifestaciones. Andan escondidos disfrutando de la millonada que el Gobierno de la miserable izquierda los ha dado. Lo raro es que no hayan protestado porque, con los transportes en huelga, no les llegarán los langostinos.
La palabra “silencio”, según el DRAE, tiene seis acepciones, siendo las dos primeras y principales “Abstención de hablar” y “Falta de ruido”, respectivamente. Sin embargo tiene, lo mismo que otras palabras, lo que podríamos llamar muchos apellidos o complementos con la que formar frases de muy diversos sentidos, que van de lo positivo a lo negativo y viceversa.
Mala gestión y peor imagen del ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños. Intenta recabar apoyos para la contrarreforma laboral porque el Gobierno sólo cuenta con 155 escaños en la Cámara Baja. Pinta mal y varios grupos ya han anunciado su negativa. El listo de Garamendi ha metido en un buen lío a la ministra comunista y a los «hambrientos y sedientos» sindicatos clasistas, pero lo ha hecho a un alto precio: la CEOE se ha desmoronado.
Ni se sabe. Este príncipe de la mentira y del engaño que es Pedro Sánchez tiene toda la capacidad de seducción de todos los embrolladores. Es tan falaz que él mismo se cree sus falsedades, pero ya nos estamos hartando de tanto embuste con el que nos está pretendiendo engatusar desde que llegó a la Presidencia del Gobierno. No cumple su palabra por muchas veces que se le exija, embuste tras embuste va dando trompicones para seguir manteniéndose en el poder.
Muchas veces, el activismo ideológico deja en segundo plano la lógica, el bienestar y la razón. Eso es lo que le ha sucedido a José Luis Escrivá, ministro de Seguridad Social y cosas varias. Sabe que los fondos de recuperación comunitarios dependen de una serie de factores que el Gobierno ha de cumplir, sí o sí. No sé cómo explicará a Bruselas que la patronal se ha retirado de la mesa de las pensiones.
La calle se caldea. Ha costado, pero se va logrando. Los camioneros están hasta el pico de la boina; los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado han acabado hartos de abusos y de mentiras de Pedro «El mentiroso» y del fundido Grande Marlasca; Los metalúrgicos van a peor cada día y están olvidados; los agricultores venden por debajo de lo que cuesta producir; los sindicatos andaluces se gastan en putas el dinero que debían entregar a los parados, y así sector tras sector.
Otra rectificación más en lo que será la reforma laboral no reformada; es decir, retocada y apenas modificada. Si ayer era «técnicamente imposible» cambiar la reforma laboral y «sí hacer pequeños cambios», hoy ya ni sabemos qué es lo que piensa el Gobierno al respecto. De momento, aquel 15% que se iba a aplicar para los contratos temporales, ahora se flexibiliza y se estudiará.
Confieso que no me fío de los sindicatos mal llamados «obreros». Ha sido tanta la corrupción que han generado y acumulado en este país que, cuando escucho la palabra sindicato de clase, instintivamente me llevo la mano al bolsillo. ¡Como para no hacerlo! Desde que el sindicato socialista se enredó en el «caso PSV» y algunos afiliados colgaron longanizas en la puerta de las sedes, no soporto las acciones de estas organizaciones cavernarias y destructoras de empleo.
Sánchez regala dinero a los sindicatos clasistas, mal llamados obreros, y cargarán los cursos a un fondo de 63 millones de euros de ayudas a La Palma. A manirroto no le gana nadie. Este tipo de sindicatos, que se han ganado la fama de inservibles y que precisan de una reforma en profundidad, no representan a los trabajadores. Es el mundo de los liberados y los vividores que sólo protesta ante la derecha, pero traga carros y carretas con la siniestra y la injusticia social.
La posibilidad de que se reconstituya alguna forma de confederación o ente peruano-boliviano podría ayudar a los altoperuanos a tener una salida directa al mar a través de una unidad aduanera y un mercado común. Esta clase de bloque ayudaría a ambas naciones a vencer a los grandes intereses que buscan mantener en el atraso y en la opresión a las mayorías, particularmente a las de origen amerindio y africano.
Estos días, como siempre, los de a pie, los que hacen colas en el transporte público, por necesidad, se encuentran secuestrados por lo que los Sindicatos quieren llamar huelga. Basta leer los textos anteriores, para hacer ver a todo el que tenga un poco de interés honrado, que lo que está sucediendo no tiene ninguna base legal.
Si analizamos “la cosa”, aunque sea someramente, a cada paso que damos, el IVA nos persigue: al comprar el billete del autobús, al desayunar en el bar o cafetería, al comprar la prensa, al fumar el primer cigarrillo, al repostar el coche, al pagar la cuenta de supermercado, al comprar un libro, en la visita al dentista o a la farmacia.
Cada vez son más quienes afirman que “los sindicatos son la peor estafa de un país después de las comunidades autónomas”. España no pierde nada porque desaparezcan los sindicatos de malversadores. No estaría de más que el nuevo sindicato “solidaridad” diera una lección de actuación, métodos y honradez a las vetustas organizaciones sindicales de clase; es decir, clasistas. A ver si así aprenden a trabajar y a conjugar ese verbo.
En ese día se celebra la festividad del trabajo, en ella el movimiento obrero mundial, aunque muchos de los que participan en las manifestaciones y, en muchas ocasiones algaradas, desconozcan el por qué de la conmemoración de ese día.
El pasado mes de Diciembre, el Servicio Andaluz de Empleo (SAE) informó que, desde la puesta en marcha de la oferta de empleo, en noviembre de 2020, tan sólo se habían inscrito 5.800 personas para trabajar en la campaña de la fresa y frutos rojos de 2021 ya en marcha, al tiempo que reconocía que en la campaña anterior solo se inscribieron 500 personas.
Habrá que ver hasta dónde llega el grado de cinismo de los sindicatos, presuntamente encargados de la defensa de los obreros, infractores habituales conscientes y reincidentes de que están actuando en contra la ley cuando convocan huelgas políticas y salvajes que nada tienen que ver con las empresas y las relaciones laborales y sí, mucho, con temas políticos en defensa de aquellas ideas subversivas con las que pretenden alcanzar objetivos o ayudar a alcanzarlos, que forman parte del programa político de comunistas, ácratas o socialistas de ideas extremas.
Es obvio que la misión, la intención última de los sindicatos de trabajadores y la de cualquier trabajador que quiera pensar en formar una familia sin correr el riesgo de tener que cambiar de trabajo en varias ocasiones, a lo largo de su vida laboral es, sin duda alguna, conseguir la estabilidad, la seguridad de un empleo fijo, la tranquilidad de no tener que pensar en el día de mañana como una amenaza que se cierna sobre el propio trabajador y su familia.
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