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Empieza a ser vergonzoso ver al exvicepresidente del Gobierno «trabajando» en la Complutense. Y lo es porque un personaje así no puede dar buena imagen a la principal universidad pública de Madrid. En el buen sentido de la palabra es un monstruo tal universidad con sus casi 6.000 profesionales docentes. Su lema es de sobra conocido en el mundillo universitario: «Libertas Perfundet Omnia Luce» que en román paladino viene a decir que «La libertad ilumina todas las cosas».
Para la ley de la irresponsable y mamerta, Irene Montero, con la complicidad del Consejo de ministros, el Ejecutivo ya contempla reformas tras haber beneficiado hasta la fecha a 1 de cada 10 agresores y violadores sexuales. Si tenemos en cuenta que en los «talegos» del régimen penitenciario español tenemos casi 4.200 reclusos con ese tipo de delitos, el cálculo definitivo es fácil de hallar, aunque estoy convencido de que la proporción va a aumentar sin tardar.
Nunca he tenido dudas de que la actividad política debe ser enfocada para la solución de los problemas de la sociedad. Ha llegado un momento en que se confunden los objetivos y las perspectivas: prima lo ideológico, el insulto, el desprecio y la humillación fácil al contrincante, que no enemigo. Empiezan a no servir de nada los ideológicos y estériles debates, más orientados al marketing electoral que a hacer más fácil la vida de la ciudadanía.
A Pedro Guindaleras empiezan a no cuadrarle las cuentas, ni ver lógicas las explicaciones de los banqueros. Esos señores encorbatados o señoras presidentas con lustroso traje rojo le recuerdan a los agricultores de su pueblo: todos los años son malos y todas las cosechas se quedan cortas, aunque los datos digan que son extraordinarios y que representan las mejores cosechas del siglo.
Cuando empiezo a escribir este artículo compruebo que ya son 391 las personas que se han beneficiado de la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual. Para ser más precisos: ese es el número de delincuentes sexuales condenados que ya han encontrado rentabilidad y provecho en la tan manida Ley Montero o del «Solo sí es sí». Bien es verdad que no solo ella es la culpable del desaguisado, sino que lo es todo el Gobierno que la aprobó en Consejo de ministros.
Ha tenido que salir a escena la pandilla de indocumentados políticos que tenemos para darnos cuenta de que no saben lo que es gobernar y mucho menos trabajar para el bienestar de la ciudadanía. Cultivan la soberbia, la chulería, el analfabetismo, la falta de respeto y el desprecio a la mano que les da de comer.
No dan más de sí. Toda esta colección de mamertos que han aterrizado en el Gobierno parece que no las habían visto igual de gordas o siempre las espigas las habían segado verdes. No solo los mamertos de Unidas Podemos que están en el Gobierno son los culpables de la aberración legislativa de Garantía Integral de la Libertad Sexual.
Dime de qué presumes y te diré de qué careces. Eso es lo que lleva tiempo pasándole a Yolanda Díaz, la «Varufakis» comunista de España o «gallina bolchevique» como es conocida dentro de Unidas Podemos. Ella y sus erróneos datos nos están haciendo pasar ratos de mofa, vergüenza y no menos risa.
No me imagino al torpe, mentiroso y fantasioso, Pedro «Antonio» Sánchez, disolviendo el Congreso de los diputados para que no pudiera llevar a cabo la oposición una moción de censura. ¿Se imaginan a Sordo y a Álvarez cerrando sus «burdeles» sindicales para que no pudiera dirigirlos otro dirigente?
Permítanme seguir dudando de la ventolera que hace unos meses recorrió Argentina. Como dijo en su momento el periodista Marcelo Duclos: «Dudo de todo y no es mi culpa, es del kirchnerismo». No menos dudas recogieron al respecto las redes sociales; ello se debió a que la izquierda nos tiene acostumbrados a estas cosas cada vez que ve próxima la soga del ahorcado.
Pere Aragonés, presidente de la Generalidad catalana, ha aprendido a mentir siguiendo las enseñanzas del felón de Moncloa. No ha dudado en acudir a la patraña, al engaño y a la falsedad documental. Nadie sabe de dónde ha sacado que España pretende sustituir todo lo catalán por lo castellano en un intento de centralización política y económica.
Los aires que soplan en Cataluña son cada día más dañinos y lo peor de todo es que siempre dañan a los mismos. Hay muchos motivos para decir esto y buena culpa de ello la tienen el Gobierno actual y los precedentes. Incluso a Pedro Sánchez «el mentiroso» le afectan esos bamboleos ventosos porque se le nota cada vez más degenerado en sus manifestaciones.
Antes de que la extrema izquierda comunista hiciera la afirmación sobre la falta de preparación de los jueces debería aprender a lavarse la boca con agua fuerte o simplemente con lejía. ¡Qué atrevida es la ignorancia y qué vulgar el atrevimiento por desconocimiento! ¡Cuánta maldad y odio acumula esta mafia destructiva de ese sector de la izquierda indocumentado! ¡Cuántas inutilidad hemos descubiertos entre los mamertos y mamertas aún en el Gobierno!
En este momento hay motivos más que suficientes para salir a la calle y tomarla con todas las consecuencias (esa que han perdido los sindicatos obreros y sectarios). No hay sector que no pida con contundencia y sobradas razones la dimisión de la iletrada y esperpéntica ministra, Irene Montero, por su nula contribución en defensa de las mujeres, su falsedad e hipocresía al tratar el denostado feminismo y por atentar contra el poder judicial.
Chapuza de ley. Chapuceros dirigentes de la extrema izquierda. Chapuza de Gobierno. Chapuza de presidente e iletradas caraduras que defienden lo indefendible. Bien es verdad que, cuando da explicaciones un especialista serio, besan el suelo y se convencen de la atrabiliaria postura que adoptan, incluso sueltan la sonrisa socarrona para dar muestras de tranquilidad y seguridad, pero no es más que la vena hinchada como queriendo pisotear y triturar al oponente.
El dramático hallazgo en Gijón de una niña de seis años muerta en la casa de su madre es una tragedia más, inimaginable y cruel. Lo ideal para la ministra de Igual-Da hubiera sido que sucediera al revés para poder vociferar, hablar del infernal feminismo y poner apellidos a lo que es violencia con mayúsculas.
Mucho presumir el Gobierno de crecimiento, pero estamos en el vagón de cola de la UE. No se recuperará nuestra economía hasta 2025; Bruselas y el BCE dicen que España será la última en salir de la aguda crisis debido a las políticas mediocres y procomunistas que se han aplicado; grandes empresas que habían confirmado su instalación en España, postergan la decisión y exigen garantías al Ejecutivo.
«Madrid tiene un buen alcalde, sin duda, y una espléndida presidenta», en palabras de exvotantes de la izquierda. Hay que ser muy ignorantes para negar las evidencias. A los hechos y resultados me remito. Sin embargo, el Gobierno central prefiere gastar el dinero en 1.200 asesores a dedo que en un hospital público en previsión de nuevas olas pandémicas y de futuros contratiempos sanitarios de gran alcance.
Estoy convencido de que con este Gobierno de fracasados miembros no nos auguran en Europa un futuro tranquilo a corto plazo, ni siquiera esperanzador. Desde Bruselas y desde la propia Comisión Europea deben de poner todos los medios para que Sánchez no llegue a la presidencia turnista de la Unión Europea: no es momento de hacer el ridículo, ni de que se gasten 140M de euros en pavonear y mentir.
Hace tiempo que venimos observando ciertos complejos en Pedro Sánchez cuando se enfrenta a Núñez Feijóo en el Senado. Los expertos también aprecian cómo se muerde la mandíbula ante situaciones incómodas y, frente a Alberto Núñez, el gesto lo repite constantemente. Numerosas fotografías y secuencias grabadas lo demuestran.
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