Empieza a ser vergonzoso ver al exvicepresidente del Gobierno «trabajando» en la Complutense. Y lo es porque un personaje así no puede dar buena imagen a la principal universidad pública de Madrid. En el buen sentido de la palabra es un monstruo tal universidad con sus casi 6.000 profesionales docentes. Su lema es de sobra conocido en el mundillo universitario: «Libertas Perfundet Omnia Luce» que en román paladino viene a decir que «La libertad ilumina todas las cosas». Y aquí es donde no me cuadra que el machito alfa «trabaje» bajo ese digno e ínclito paraguas centenario que es la Universidad Complutense.
Tampoco me cuadraría la estancia del ya fracasado exvicepresidente bajo el paraguas de la frase bíblica de San Mateo, y que tanto repetía don Miguel de Unamuno: «Ubi est thesaurus tuus, ibi est cor tuum» (donde está tu tesoro allí está tu corazón). Puedo dar fe de que en ninguna máxima donde la libertad sea el centro podría incluir al revolucionario de Tío Vivo y frecuentador de Herriko Tabernas. Tal vez en el único paraguas que podría estar es en el que dice eso de que donde hay pus, hay que drenarlo; máxima médica que predicaban los galenos latinos con el conocido «Ubi pus, ibi evacua». No obstante, el compañero de al lado me recuerda que falta la frase clave o paraguas que mejor le cuadra al ‘fantasma’ de la Complutense: «Donde está la porquería, allí están las moscas».
Dice un término jurídico, incluido en «El ABC del Derecho: Latín Jurídico», del autor David Efraín, si no me falla la memoria, que «donde las palabras no son ambiguas, no hay lugar para interpretaciones». Sin duda, la sentencia es irrefutable. Solo en la ambigüedad, la deficiente redacción y la torpeza dan lugar a situaciones rocambolescas como la cutre y chapucera ley del «Solo sí es sí».
¡Santo Cielo a dónde me he ido para decir que Pablo Iglesias, el «fantasma» de la Complutense, se ha quedado sin alumnado en clase, por ser personaje envanecido y presuntuoso, tal como refiere el DRAE en su quinta acepción! Ha recogido el desprecio que ha extendido, el odio que ha aventado, las mentiras de las que no ha dudado y la vagancia que ya se le reconoce. ¿Y su gestión? Pues, cero patatero. ¿Y su programa político? Pues, para la basura y en desuso, como así demostró Díaz Ayuso.
Sus barbaridades no se atreve a cometerlas con mujeres de verdad. Tan solo lo hace con mujeres de su cuerda comunista que no pasan de ser «mujeres de medio mandil» y colgantes pezones a lo Belarra, como decía Umbral de las mujeres que nada hacían por mejorar la vida de los demás y sí la suya propia; es decir, el equivalente al falso feminismo actual de chiringuito y batucada. Al expresidente podemita no le tragan sus alumnos, ni siquiera los más mamertos, además de que ya no le consideran líder de nada, aunque sí culpable de muchas calamidades e indecencias. Si fuera profesor de secundaria, ya le habrían suprimido la plaza hace tiempo. ¿Y vamos a seguir pagando con dinero público a un degenerado como éste? ¿No me digan que no es triste e injusto?
Me duele escuchar que «ha retomado su labor de profesor». ¡Qué manera de desprestigiar el concepto de profesor! Un mal profesor nunca será un buen maestro, ni podrá ser calificado así por su alumnado. También es verdad que un personaje como éste hace menos daño en una universidad que en cualquier otro tipo de centro educativo. El alumnado le ha tomado la matrícula en la siniestra Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UCM y saldrán corriendo. Huirán de su cutre machismo y de su putrefacto sectarismo.
Echen un vistazo por la normativa educativa de las CC.AA., donde la competencia educativa es de ellas, y comprobarán que un aula para cinco alumnos no se autoriza en infantil, aunque excepcionalmente se ha hecho en la zona rural por dar imagen de creer en la repoblación, pero eso no es rentable económicamente. En educación primaria solo hay excepciones, también en el mundo rural. En los IES no se autoriza ni de coña; es más, se han suprimido aulas con el doble de alumnado. En las clases del que fuera «marqués de Galapagar», el machista rotativo, se han matriculado 14 alumnos, acuden cinco y acabarán como el Rosario de la Aurora.
La crónica de su primera clase ha sido para correrle a gorrazos o darle bofetadas en el pico de la boina. Sigue con su vejatorio comunismo maltratando las mentes adolescentes. No deja de ser un «asaltacunas» de ideología barata, mamerta y catastrofista. Solo con decir que ha llegado a vicepresidente del Gobierno en retirada… Hoy no voy a entrar en toda la porquería que ha llevado al Gobierno y la que allí permanece tras su sospechosa huida y en su salida a patadas de la política, gracias a la ínclita Isabel Natividad Díaz Ayuso.
Cuando Díaz Ayuso lo expulsó de la política, a miles llovieron los memes. Muchos no teníamos dudas de que acabaría arrastrando el culo por el zarzal de la universidad, donde fue rechazado en todas ellas a las que optó y donde le dieron una lección tras otra. La gente que alberga odio, no merece el pan que come y menos aún estar al frente de la educación de los jóvenes. ¿Qué valores puede aportar e infundir un personajillo como el «fantasma» de la Complutense a la juventud? ¿Comunismo baratero, retrogrado, sectarioy absurdo?
Confío en que no pretenda reverdecer el refresco en los aseos con estudiantes jovencitas y junto a su amigo del alma, a quien debe su plaza ocasional de la universidad. Ya no es el macho alfa con el que rotan títeres de la izquierda. Hasta el héroe del momento, «Rabocop69», le ha dado una lección de ligoteo, encariñamiento sexual antisistema, rotación feminista de perfil independentista y acendrada españolidad en vena. «Rabocop69» no ha dejado de poner banderillas negras al sector antisistema, ni de entrar a matar a cuerpo tatuado y cresta levantada. Y todo ello con el reconocimiento y la explícita satisfacción de las antisistema tras el mutuo consentimiento, algo que parece no interesarle a la izquierdadado su demostrado apoyo a violadores y agresores sexuales, como tampoco interesa al radical feminismo de chiringuito batucado.
La sociedad le reconoce a «Rabocop69» su desinteresado trabajo por la patria y su mérito de profunda españolidad. No faltarán ahora los que reclamen para “Dani” la Medalla de Sufrimientos por la Patria, creada por Fernando VII, o el Toisón de Oro.
Personalmente, le otorgaría la Laureada de San Fernando por sus sacrificios en la reeducación nacional, la necesaria españolidad, la introducción de valores, el desinteresadorejoneo con garrocha y el restablecimiento del equilibrio españolistadentro de la perversión del mundo antisistema.
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