No es de las festividades más señaladas para el gran consumo, pero hay productos dentro de la cesta de la compra que en el Día de los Enamorados irrumpen con fuerza, y no sólo los consabidos bombones. Así, las ventas de champagne durante la semana de San Valentín son un 28% superiores frente a la semana anterior. Y en el caso del cava, el crecimiento asciende a un 9%, según Nielsen.
Y tan romántico es brindar después de la cena, como hacerlo justo antes de empezar y durante. Así, parejas y matrimonios tienden a descorchar un vino con DO aprovechando lo especial de la ocasión, en tanto sus ventas durante la semana de la festividad de los enamorados crecen un 4%.
Tan importantes son ciertas bebidas, como lo son los clásicos bombones, que tienen en el 14 de febrero una de sus fechas clave del año. Con ocasión de este día, sus ventas crecen en torno al 20%. Y los fabricantes desarrollan formatos más pequeños e incluso específicos para incentivar su consumo.
El 14 de febrero es una fecha en la que las empresas intentan posicionar sus productos de la forma más “apetecible” posible para flechar a los consumidores. De hecho, es una tendencia entre las marcas crear un vínculo afectivo con las personas que les haga ganarse un lugar preferencial en su TOP of the mind y generar una experiencia.
Según Alberto Iglesias, Head Group Manager de Nielsen, “no nos olvidemos de otro San Valentín, el más millennial, que puede incorporar a la cesta de la compra gadgets tecnológicos, actividades de aventura, dulces o bandejas de sushi con las tradicionales formas de corazones, o incluso indumentaria deportiva”.
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