Operación Chamartín (XXXIII)

Se ha aparcado. Se paró la Operación Chamartín. Y lleva 25 años. Pero no era eso lo que vociferaban las partes. Nos vendían que ya se iba a aprobar. El verano pasado, en julio, lo escenificaron con rueda de prensa del ministro de Fomento Iñigo de la Serna, la alcaldesa de Madrid Manuela Carmena y el presidente de Distrito Castellana Norte (DCN) Antonio Béjar. Dijeron que se había alcanzado un acuerdo y que antes de finalizar el año 2017 se pondrían a trabajar para cambiar el Plan General de Ordenación Urbana y aprobarlo en el primer trimestre de 2018. Nada ha ocurrido. Querían aprobarlo definitivamente a finales de año. Pero no han empezado. Finalizó el trimestre y… nada. Nos vendieron que querían que la Operación empezase ya. El ministerio que quiere hacer obras para mayor gloria del ministro. Adif, que necesita los 1.200 millones de euros que le corresponden para mejorar las Cercanías. DCN, que quiere empezar porque a BBVA y a Constructora San José les conviene. Y el Ayuntamiento de Madrid, que quiere ponerse medallas de cara a las próximas elecciones municipales, pero tiene una fuerte división interna y la Operación no avanza. Está parada.

¿Y ahora qué? Ahora estamos en el punto de partida. Bloqueada la Operación, a esperar otro Ayuntamiento tras las elecciones de mayo de 2019. Todos quieren que empiece la Operación Chamartín, pero no empieza. ¿Alguien lo entiende? ¿La rueda de prensa de julio pasado fue una farsa?

En el Ayuntamiento, los partidos opositores están preocupados. Tanto que en la última sesión de la Comisión de Desarrollo Urbano Sostenible hubo una pregunta sobre la situación. La pregunta 2018/8000414, hecha por la concejala García Romero, portavoz del Grupo Municipal del PP en la Comisión, que, con error sintáctico incluido (coma innecesaria), pretendía saber “cuál es el motivo por el que el Área de Desarrollo Urbano Sostenible no ha aprobado inicialmente, el planeamiento relativo al proyecto de Madrid Nuevo Norte”. La Comisión la presidía el concejal de Ciudadanos Bosco Labrado, hacía de secretario el Secretario General del Pleno López de la Riva y asistían los concejales Corominas, García Romero, González López y Maillo (PP); Arce, Gómez Lahoz y Gómez Morante (Ahora Madrid); y Espinar y González Fernández (PSOE). Pero la respuesta no fue del concejal Delegado del Área de Gobierno de Desarrollo Urbano Sostenible, Calvo, que no asistía. Fue del Director General de Planeamiento y Gestión Urbanística, Lasheras Merino, que se limitó a relatar lo que la portavoz del PP tomó por “historia de la Operación Chamartín..., una falta de respeto total y absoluta..., por contestar así a una pregunta bien clarita y bien concreta... Y usted pone que es muy complicado. Hombre, ya sabemos que es muy complicado, pero si existe un compromiso firmado, existe un compromiso. Y aparte, no puede echar balones fuera, como ha dicho doña Rita Maestre, diciendo que la pelota está en el tejado del privado, si se cambió toda la Operación Chamartín para establecerse que iba a hacerse una operación publica y que Desarrollo Urbano Sostenible iba a hacerse con todo el cargo y todo el peso, el peso donde está realmente es en ustedes, en ustedes que no han hecho absolutamente nada y es una vergüenza”

De forma dura, la portavoz del PP había expuesto la situación doliéndose del comportamiento de Lasheras y advirtiendo la parálisis. Pero, en el fragor, se le escapó la frase: “Nosotros, si existe la conformidad de las tres Administraciones y el privado, por supuesto que vamos a apoyarles en el Proyecto…, si existe el acuerdo de todos, pero no creo que eso mismo pase ni con los concejales, que tiene nueve díscolos que no le van a aprobar, y el Partido Socialista, pues no sé muy bien qué es lo que va a hacer”.

Se conocía así, además de la disposición del PP para apoyar a Carmena ante sus concejales desobedientes, la realidad del equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid. Ya habíamos advertido que el problema está en ese equipo. Lo contamos en el capítulo XXXI. Así que volvemos al principio. Las prisas para iniciar las obras antes de las próximas elecciones han desaparecido. Ya no hay tiempo. Veremos luego quién gobierna el Ayuntamiento y la Comunidad, sobre todo si Cifuentes abandona. No se ha llegado a 2019, las discrepancias dividen al Ayuntamiento y el proyecto está parado. Ni Carmena, ni el concejal Calvo son capaces de convencer a sus compañeros para que den el visto bueno.

También hay otras desavenencias. No sólo es en el Ayuntamiento. Comentan que entre DCN, la promotora participada por BBVA y Constructora San José, y Adif, que depende del Ministerio de Fomento, también hay discrepancias. La disputa surge del Ayuntamiento. Porque los radicales exigen rebajar la edificabilidad al sur de la M-30 que apoya Adif, pero, según el seudo acuerdo de julio pasado, se debería compensar a DCN con terrenos alrededor de la nueva estación de Chamartín. Sucede, además, que llueve sobre mojado y DCN quiere seguridad. Papeles. Metros edificables y saber a qué se van a dedicar. Todo firmado. Porque van 25 años de espera, y de zancadillas.

Hasta hoy, que se sepa, Adif no ha aceptado este apartado. A pesar de sus ganas de que se apruebe la Operación y la apetencia de una estación nueva. Queda por saber, como apuntamos en otros capítulos, si la estación la pagarán las plusvalías o si la pagaremos entre todos. Mientras, DCN quiere seguridad para hacer negocio y evitar la arbitrariedad de más recortes. Quiere que todo quede recogido en el nuevo plan. Escrito. Busca que el diseño de la Operación tenga definición. Sin flecos pendientes. DCN quiere hacer el proyecto, va a su negocio y está en su derecho. De los vecinos que se ocupen los estamentos públicos, Ayuntamiento y Ministerio de Fomento. Pero hay connotaciones políticas y el consistorio está dividido entre los radicales y la gente de Carmena. Si no se ponen de acuerdo, no hay Operación Chamartín.

El ministro De la Serna, respalda a Adif. Quiere la Operación ya. Tiene tanta prisa y tanto interés en que se empiece que ya se ha reunido con el presidente del BBVA, Francisco González. El BBVA tiene el mismo interés, porque necesita empezar la obra para mejorar resultados. Además, porque Francisco González, a punto de jubilarse, quiere la obra como medalla de despedida. Pero la Operación está parada. Es difícil que se consiga la foto de aprobar nada con votos de la oposición y el rechazo de concejales del equipo de gobierno. Porque parte de Ahora Madrid quiere vender que se ha opuesto a una especulación con beneficios para la banca y en contra de Carmena. Total, con la alcaldesa en entredicho y su equipo de gobierno dividido, la cuerda está tensa. ¿Se romperá?

De momento, van nueve meses perdidos en peleas entre concejales.