El Teatro Campos Elíseos presenta el de La vida a palos (Testamento),un montaje teatral con el que Imanol Arias celebra su regreso a los escenarios después de 24 años. El texto de esta obra es de Pedro Atienza y Jose Manuel Mora y cuenta con la dirección escénica y coreografía de Carlota Ferrer. Esta obra se podrá ver en el Teatro Campos del 28 de junio al 1 de julio.
La última vez que Imanol Arias se subió a un escenario fue en Buenos Aires donde protagonizó Calígula durante un año. Para el actor, “nadie se va del teatro ni vuelve a él. El teatro siempre está ahí. Hay ocasiones en las que puedes realizar un trabajo muy continuado y ocasiones en las que tienes que sustituirlo o aparcarlo. Te conviertes más en espectador que en perteneciente”.
Imanol protagonizará este montaje, cuyos textos le entregó el autor. “Esta obra es un legado, un testamento que me deja un autor, un amigo. He tardado mucho en comprenderlo y en buscarle una solución dramática para que fuera una pieza ese texto, pues no tenía una estructura dramática en sí. Sin tener ni idea de cómo afrontarlo, sí que tenía una enorme sensación de responsabilidad de cumplir lo que se me pidió que prometiera: hacerme cargo de ese texto y ese legado”.
Este montaje se presentará también en Madrid: 4 al 22 de julio, Teatros del Canal – Montevideo, Uruguay: 10 al 12 de agosto, Teatro Galón - Buenos Aires, Argentina: 16 al 18 de agosto, Teatro Coliseo - Rosario, Argentina: 23 al 26 de agosto, Auditorio Astengo - Córdoba, Argentina: 31 de agosto al 2 de septiembre Teatro Real - Santiago de Chile: 15 al 17 de septiembre – Barcelona: 5 al 7 de octubre y 11 al 14 de octubre, Teatro Coliseum.
Jose Manuel Mora, quien ha hecho la dramaturgia a los textos de Atienza, comenta que “además de invitarnos a conocer el mundo del flamenco y sus diferentes palos, el potencial dramático de esta obra está en un tema universal -y fundamental cuando uno está a punto de entrar en la década de los cuarenta-: la relación padre-hijo; el reencuentro entre ambos; reconciliación y la asunción del testamento vital de nuestro progenitor. Como dice el escritor sudafricano J. M. Coetzee, la reconciliación sólo es posible a través del entendimiento profundo entre ellos, es decir, a través de la comprensión por parte del hijo de lo que desea ser el padre, para así poder ser él a su vez un buen padre.
En el texto asistimos a un doble viaje vital: por un lado, el viaje que desde los años 80 del siglo pasado hasta nuestro presente realizó el autor Pedro Atienza por las diferentes geografías -vitales y paisajistas- del mundo y que, finalmente, terminaron marcando su vida en una huida permanente de sí mismo y del dolor de vivir; y , por otro lado, del viaje que en el presente realizará su hijo revisitando aquellas geografías que en su día habitó el padre con el fin de poder comprender el sentido último de su existencia”.
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