Hoy, ya primero de Junio, después de lo ocurrido ayer y con susto por lo que vaya a ocurrir hoy, la votación en las Cortes, hay una cosa que me da cierta tranquilidad, que Pablo Iglesias y pareja se hayan comprado una casa nueva.
Esa casa tan criticada por los de derechas, como era lógico, por los de izquierdas y por los suyos, de entre los que al parecer más de un 30 por ciento lo recriminaron específicamente.
Me tranquiliza porque recuerdo anécdotas de mi juventud, anécdotas sociales, “cuasi refranes”. Creo recordar que esto lo comentaba un amigo pintor, ya muerto hace años, al que le compré uno de su cuadros, pequeño, que aun conservo. Él presumía de ser un artista muy, muy, de izquierdas y refiriéndose a alguien de sus amigos, al que yo no conocía, contaba que estaba muy desilusionado porque se había hecho muy de derechas, y añadía: “bueno no muy, pero de derechas” y decía en valenciano:
“Li ha passat lo que a tots, primer es va comprar un sofá después un olla de pito i ja ho tens, de dretes”.
Aunque todos hablemos valenciano por si acaso he cometido errores, además de pedir disculpas, lo traduzco: “Le ha pasado lo que a todos, primero se compró un sofá, después una olla de pito (a presión) y ya lo tienes, de derechas.
Mi tranquilidad va, recordándolo, porque Pablo Iglesias ya tiene la “olla de pito”.
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