Este 29 de Septiembre de 2018 en la zona fronteriza entre Marruecos y su principal antagonista africano, Argelia, estaré presentando mi libro “Sahara marroquí más allá del Sahara Occidental”.
Decía un escritor perseguido por las dictaduras del Plan Cóndor por sus denuncias, que no querían que viesen lo que escribía porque escribía lo que veía.
Difícilmente hoy alguien pueda ignorar que los libros, herramientas del saber y de las ideas de los seres humanos han sido en el pasado objeto de persecuciones y censuras de todo tipo, desde parciales a totales.
Un paradigma al respecto nos dio la Iglesia Católica, institución que dentro de su pretendida doctrina moral intentaba satanizar con severidad lo que no debíamos leer. Los libros prohibidos por el catolicismo llegaron a ser tan numerosos que la Iglesia tuvo que componer un listado de todos ellos, el cual fue llamado precisamente índice de libros prohibidos – Index Librorum Prohibitorum.
Esta infame lista fue mantenida desde 1559 hasta la próxima fecha de 1966 y abandonada definitivamente durante el papado de Pablo VI dentro de los preparativos del Concilio Vaticano II.
Al más puro estilo de la Inquisición medieval, los enemigos del reino de Marruecos, país que se encuentra a la vanguardia de lo que a tolerancia religiosa se refiere en el mundo islámico, han decidido atacar un libro que desnuda los sucios negociados y el andamiaje de corrupción que han levantado usando como bandera a los saharauis secuestrados en Tinduf.
Un ataque grotesco y plagado de incoherencias por parte de los enemigos de Marruecos, fue el primer éxito del libro "Sahara marroquí más allá del Sahara Occidental" que aún no está en circulación y ya está dando que hablar De acuerdo a la noticia difundida por estos conocidos personeros de ONG que lucran malversando la ayuda internacional a los saharauis, “El libro (Sahara marroquí más allá del Sahara Occidental) fue lanzado en Paraguay en idioma español y prometía expandirse a otros países de habla hispana, pero el fracaso de sus ventas ha obligado a varias librerías a desentenderse de el”.
En solo ese párrafo se pueden discernir tres mentiras en apenas dos renglones. Primero, el libro no fue nunca lanzado en Paraguay, dado que el lanzamiento fue suspendido el 16 de marzo de 2016, porque a la mañana de ese día partía mi vuelo rumbo a Dakhla, a donde viajé invitado a un foro sobre los verdaderos problemas de Africa.
En segundo lugar, el libro aún no fue distribuido en Paraguay dado que el lanzamiento aún no se concretó en Asunción, y recién tendrá lugar en noviembre del presente 2018. En cuanto a la expansión a otros países de habla hispana, el libro llegó a ser editado en Chile y presentado en la Feria del Libro de Panamá, llegando ya a ser expandido en varios países de habla hispana.
Con respecto a mi viaje a Marruecos, estoy partiendo por tercera vez a ese legendario y fascinante país, y por méritos que no tienen nada que ver con el contento o descontento de los marroquíes.
La invitación me la hicieron autoridades del Consejo del Presidente de la Región Oriental del Reino de Marruecos, y referentes de la sociedad civil marroquí, interesados en un enfoque latinoamericano concerniente a la cuestión del problema del Sahara.
El ataque también se equivoca diciendo que desde mi país le informan quién soy, dado que en lugar de publicar una opinión paraguaya, contiene un enlace a un diario centroamericano que publicó un libelo con el que infructuosamente intentaron desacreditarme partidarios del obispo Fernando Lugo, desalojado del gobierno de Paraguay en medio de bochornos y por mal desempeño de funciones.
En todos estos ataques a un libro no es difícil ver reminiscencias de los tiempos oscuros en que los jefes religiosos, supuestos adalides de las creencias que defendían, demostraban tener poca fe en su propio culto, dado que los dogmas y las trabas que imponían a la racionalidad y la difusión del conocimiento sumían al mundo en una oscura barbarie.
Lo mismo podría decirse de los “adalides” de una causa política, económica y diplomáticamente perdida, pero que sigue siendo crematísticamente lucrativa para una minoría de inescrupulosos que siguen utilizando como pretexto la independencia del Sahara Occidental.
Una causa que al decir del asesinado presidente argelino Boudiaf, carece de pista de aterrizaje.
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