El conflicto generalizado, el declive económico, la inseguridad alimentaria y el colapso de los servicios públicos esenciales son los factores que han confluido para que, a cuatro años del inicio del conflicto, casi la mitad de la población de Yemen esté al borde de la hambruna, según datos recogidos en un informe publicado hoy por Oxfam Intermón.
La organización advierte en su informe Yemen, la crisis implacable de que, aunque no haya por ahora una declaración oficial de hambruna, el país ha alcanzado niveles críticos de hambre y sufrimiento humano.
Ya hace un año que Naciones Unidas declaró que Yemen sufría la peor crisis de seguridad alimentaria del mundo. “La situación desde entonces no ha dejado de empeorar”, apunta Paula San Pedro, autora del informe. “A falta de que se publiquen los últimos datos, está claro que el país avanza sin pausa hacia una hambruna. Esta guerra ha disparado todos los índices a niveles históricos. En julio 2017, 6.8 millones estaban a un paso de la hambruna. En noviembre 2018, todo apunta a que esa cifra podría llegar a 14 millones. Estamos ante una situación sin precedentes”.
La declaración oficial de hambruna corresponde a Naciones Unidas. En los últimos 20 años se han declarado dos: la primera, en Somalia en el año 2011, costó la vida a 250.000 personas. La segunda, de dimensiones mucho menores, afectó a unas diez mil personas en Sudán del Sur en el año 2017. “Pero es el avance imparable de las cifras en Yemen lo que lo convierte en un caso estremecedor que podría llevarnos a la peor hambruna de los últimos cien años” ha explicado San Pedro.
El peor lugar del mundo para las mujeres El informe también señala que el impacto sobre las mujeres es tan grande como poco visible. Las mujeres, las niñas y los niños representan el 76% de las personas desplazadas, que son las más vulnerables al abuso y a la explotación. Hay 1,1 millón de mujeres embarazadas que sufren de malnutrición aguda, con las graves consecuencias que tiene esto para ellas y sus hijos. “Llueve sobre mojado para ellas, que ya antes del conflicto ocupaban sistemáticamente el último puesto en las clasificaciones que evalúan la brecha de género. Por ejemplo, en el lado educativo ha habido una caída de la escolarización de las niñas en 2017 tanto en primaria como en secundaria. Mientras los niños están inscritos en un 91 y un 48%, respectivamente, la tasa de las niñas corresponde a un 77 y un 33% y la brecha se sigue acentuando con el conflicto”, dice San Pedro.
Oxfam Intermón, que lleva 30 años trabajando en Yemen, alerta que incluso actividades tan básicas como comprar alimentos se han convertido en una amenaza a la vida. Cuando el hambre apremia y la comida escasea, ser herido o perder la vida yendo al mercado se convierte en un riesgo real. Los bombardeos contra mercados y otros objetivos civiles han sido reiteradamente denunciados. Oxfam recuerda en su informe que la cesta básica de supervivencia para una familia ha aumentado en un 142% haciendo imposible cubrir las necesidades mínimas. Como consecuencia, muchas familias están reduciendo su alimentación a una comida al día y muchas otras utilizan agua no potable, a pesar de todos los riesgos que conlleva, ya que no pueden comprarla.
La guerra, el colapso de la economía, los precios desorbitados y más de un millón de funcionarios sin cobrar sueldos desde hace meses, ha desembocado en que el 75% de la población no tenga más que la ayuda humanitaria para sobrevivir.
La mayor crisis humanitaria del momento ha lastrado ya a la mitad de la población a la pobreza redacción confusa, ha “arrojado” tal vez. Desde que se inició la guerra, la tasa de pobreza ha pasado del 30% al 52%.: El 19% de la población es ya extremadamente pobre.
Hodeida: el foco de los ataques La nueva ofensiva en la ciudad portuaria de Hodeida está poniendo una vez más en jaque a la población civil que vive atemorizada ante los ataques, que por primera vez se están centrando en las zonas residenciales. El principal hospital ha sido tomado por las fuerzas gubernamentales,los civiles están sitiados y la mayor parte de las carreteras que conectan con el resto del país están cerradas. La ofensiva avanza sin tregua hacia el puerto y hay una amenaza real de que éste sea dañado o destruido, lo que podría suponer una hecatombe para el país. El puerto de Hodeida es clave en la supervivencia de los yemeníes. Por él pasa el 70% de los alimentos y del petróleo que importa el país, así que cualquier interrupción podría tener efectos desastrosos en el funcionamiento del país sobre todo en la llegada de alimentos y suministros humanitarios. Hodeida ya era una ciudad hambrienta antes de esta ofensiva. El año pasado, más de 800.000 personas estaban a un paso de la hambruna, y muchas todavía carecen de alimentos. El 25% de los niños y niñas sigue sufriendo malnutrición en esta ciudad, que fue el epicentro de la emergencia de cólera, la peor epidemia jamás registrada que mató de media a una persona casi cada hora. En este momento, las vidas de casi 100.000 niños están en riesgo en la ciudad portuaria
El agua escasea en la ciudad portuaria. Partes del suministro de agua y de las aguas residuales de la ciudad se han cortado debido a la excavación de las trincheras por las partes en conflicto.
El informe también pone de manifiesto que la violencia sigue teniendo un impacto enorme sobre la capacidad de las organizaciones para poder operar y ofrecer servicios clave. El 11 de junio de 2018, un centro de respuesta de cólera en Abs fue atacado por una bomba aérea después de que Oxfam hubiese reparado su sistema de agua y saneamiento. Un sistema de abastecimiento de agua donado por Oxfam que proveía a 6.000 personas fue también destruido el 13 abril de 2018 en Al Hamazat, en la región de Sada.
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