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¿M.Robles en Defensa?, ¿Nos engañan sobre el crecimiento de España?

Un Gobierno, el socialista, que no tiene escrúpulos en tergiversar la información con tal de arrimar el ascua a su sardina
Miguel Massanet
viernes, 23 de noviembre de 2018, 09:30 h (CET)

Cuando se pretende contentar a todos; se busca, a toda costa, ganar puntos entre los posibles votantes; satisfacer a los lobbies feministas e ir comprando voluntades a base de subvenciones, promesas, enchufes y privilegios; nos encontramos, sin duda, ante una de las situaciones más adversas que se pudieran dar para un país que aspira a crecer, ser competitivo, mejorar su imagen, merecer la confianza de los inversores, ganar la fama de demócrata, mantener saneada su economía y conseguir un nivel digno de bienestar para sus ciudadanos. Como podrán suponer nos hemos estando refiriendo a esta España a la que parece que no dejan de surgirle, de un día para otro, esta especie de bubones, pústulas o crostas purulentas propias de aquellas naciones que han dejado perder su virginidad democrática, para lanzarse a los brazos de absurdas aventuras desquiciadas en manos de quienes han decidido convertirla en un medio para progresar, enriquecerse, conseguir el poder y establecer regímenes totalitarios, generalmente de índole comunista, en los que se suprimen las libertades ciudadanas para dar paso a las tradicionales dictaduras, tan propias de quienes se han querido inspirar en el régimen soviético de Lenin y Stalin.


Hoy hemos tenido la ocasión de escuchar, en la COPE del señor Carlos Herrera, una entrevista en directo a la señora Margarita Robles, ministra de Defensa de la nación española. Siempre hemos pensado que aquello de “zapatero a tus zapatos” tenía mucho sentido y que, no necesariamente, una persona a la que se la considera bien preparada para el ejercicio de su profesión, en este caso magistrada en excedencia, no tiene por qué ser la más idónea para ocupar otros cargos o ejercer otras profesiones que no estén directamente relacionadas con sus conocimientos universitarios. Es obvio que una jurista, de aspecto más bien débil, de condición feminista y de ideas propias de una objetora de conciencia con respecto a las funciones propias de los militares; haya podido ser designada como ministra de Defensa. Es evidente que, el Gobierno del señor Sánchez, voluntariamente paritario y trufado de féminas incrustadas en él para cumplir con aquella idea absurda consisten en que es preciso que en cualquier grupo u organización, sus dirigentes, mantengan una paridad, no tanto por la valía de cada uno de sus componentes, sino para cumplir con la Ley no escrita de que, por la fuerza, ha de haber en cualquier grupo de personas una dirección que contenga los mismos hombres que mujeres. La señora Margarita Robles, si tuviéramos que calificarla como aspirante al puesto al que se la ha asignado, seguramente la hubiéramos situado como “persona poco adecuada” para el mismo.


Una ministra de Defensa, que se opuso a la venta de bombas a Arabia por escrúpulos respecto al posible uso de las mismas contra población civil, sin duda que, si el Ejército español tuviera que defenderse de ataques hostiles por parte de cualquier grupo armado, tampoco consentiría que se utilizasen contra el enemigo por miedo a que, como daño colateral, pudiesen caer sobre algún civil. Una ministra de Defensa que manifiesta durante la entrevista que le hizo Carlos Herrera que “ella nunca utilizaría, como ministra de Defensa, la política contra los otros partidos de la oposición” y, a los pocos minutos, ya acusa al señor Morenés como el culpable de que los proyectiles se hubieran vendido a Arabia Saudí, pese a que fue su jefe, el señor Pedro Sánchez, el que la desautorizó cuando ella había manifestado su oposición a tal venta. Una señora ministra que dice que las bombas no procedían de fábricas de armas españolas (que las hay, ¡vaya si las hay!) sino que eran de procedencia americana y que formaban parte de los stocks del Ejército, como reproche al “anterior gobierno” por habérselas vendido a Arabia y no habérselas quedado para utilizarlas ellos, seguramente con los mismos efectos deletéreos que ella les atribuye contra la “indefensa” población civil sobre la que se hubieran podido utilizar contra los árabes.


La señora Robles ha repetido, al menos media docena de veces, acusaciones contra el gobierno anterior del PP, pese a haber dicho que “nunca” utilizaría su puesto como ministra de Defensa para cargar contra sus adversarios políticos. Cuando se le ha preguntado sobre el hecho de que existían contratos de venta y dinero recibido a cuenta, con respecto a la venta de las bombas “inteligentes”; se ha refugiado en que era una “herencia del gobierno anterior” como si al nuevo gobierno no le correspondiese hacerse cargo de las obligaciones internacionales contraías por el ejecutivo anterior. Y cuando el presentador ha intentado bucear en el aspecto jurídico de un incumplimiento de contrato, se ha salido por la tangente, seguramente por considerar que los españoles no estábamos a la altura para entender su sabiduría en la materia. Se ha valido del Derecho Romano, para dar a entender la posibilidad de aplicar la cláusula “rebus sic stántibus” una clausula reconocida por la jurisprudencia pero que, como sabrá la jurista debe contemplarse siempre con suma prudencia ya que no está basada en ninguna Ley positiva. En todo caso, también existe otro principio general del Derecho que establece que “pacta sud servanda” y que seguramente, en el caso que nos ocupa, sería la que predominase si lo alegado para el incumplimiento del contrato con Arabia Saudi fueran simples remilgos morales que, en todo caso, habrían sobrevenido después y no antes de la firma del contrato.


Existen otros motivos de preocupación, aparte de las particulares opiniones de la ministra de Defensa que, no obstante, parece que no le preocupaban las cinco corbetas del contrato de Navantia con Arabia Saudí que, con todo seguridad, hubieran seguido la misma suerte del contrato de las bombas, si es que éste hubiera sido anulado. La pretendida solución de la ministra se ha basado en que, España, ya hubiera encargado otros trabajos a Navantia para que no tuviera que despedir a sus 6.000 empleados. ¡Parece una tomadura de pelo! ¡Pues claro, a base que los paganos hubiéramos sido todos los españoles con nuestros impuestos, señora mía! De la otra manera, será Arabia Saudí la que pagará las naves y los salarios de los operarios de Cádiz. ¡Faltaría más! Se trata de que, tal y como se barruntaba, la UE desde Bruselas no parece tan convencida de la bondad de estos presupuestos que, el señor Sánchez, está tan empeñado en conseguir aprobar en el Parlamento; intentando evitar que luego, de llegar a conseguirlo, pasaran como es preceptivo, por el Senado para ser refrendadas, si lo consideraban procedente, en él.


Para Bruselas los números de los presupuestos presentados no cuadran. Según ellos existe riesgo de incumplimiento del Pacto de Estabilidad y Crecimiento; critican que se hayan hecho “progresos limitados” en los esfuerzos para reducir el déficit público. Están convencidos de que se gastará más y se cobrará menos

(algo que ya era algo evidente, ante la avalancha de promesas de los socialistas, basadas únicamente en el aumento de la deuda pública, un tema que Bruselas también critica). La advertencia es seria y no debiera, nuestro Gobierno, tomarla como algo sin importancia ya que, según los analistas de la CE, existen grandes posibilidades de que estos presupuestos no llegaran a aprobarse. Y, vean ustedes que la ministra Nadia Calviño, ministra de Economía y Empresa, no sólo no se ha mostrado preocupada por las severas advertencias de Bruselas, sino que lo ha considerado como algo “positivo” porque, según su criterio (Dios nos salve de semejantes orates) esto quiere decir que Europa nos “tiene en cuenta”. Si quisiéramos hacer una comparación es como aquel ladrón que se alegrara porque el juez le “ha tenido en cuenta” y, en consecuencia, lo condena a cuatro años de cárcel.


Lo malo para el Gobierno es que los palos le llegan de todas partes, ya que el FMI y la OCDE también han rebajado la previsión de crecimiento del PIB español para el 2019-2020. Desconfían de que las nuevas medidas tributarias del Gobierno, “tengan un rendimiento incierto”, en particular las relacionadas con”los nuevos impuestos” que, en pura teoría, deberían recaudar 5.678 millones de euros. Una parte importante se derivarían de los impuestos sobre servicios digitales. También dudan de que España pueda rebajar su Deuda Pública y están en contra de la elevada subida del Salario Mínimo, lo que piensan redundará en una bajada de la contratación. Harían bien, el señor Sánchez y su gobierno, en tomar en cuenta dichas advertencias en lugar de tomárselas a broma, si es que no quieren enfrentarse a las medidas que pudiera tomar Bruselas en referencia a las ayudas que venimos recibiendo de nuestros vecinos de la UE.


O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadanos de a pie, mucho nos tememos que toda esta batería de supuestas mejoras sociales que, tan alegremente, están montando los ministros de Sánchez, medidas extraordinariamente costosas, pensando que van a conseguir mantenerse en el poder, pese a lo que está sucediendo en el país y la postura intransigente de los separatistas catalanes y, estando convencidos de que que la ciudadanía va a estar dispuesta a soportar un nuevo, aumento de la carga fiscal, una de las mayores de toda Europa, cuando los salarios ni siquiera se acercan a la de la mayoría de sus países. Mal tema y peor expectativa para el pueblo español.

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