Fernando Botella es Licenciado en Ciencias Biológicas, experto en neurobiología y neuromanagement. Hace más de una década, se reinventó profesionalmente y creo su propia empresa Think&Action, una consultora especializada en estrategia, talento, formación en habilidades profesionales para directivos y transformación de organizaciones, en la que ocupa el cargo de CEO y que el propio Fernando define como “Boutique de experiencias para el aprendizaje”.
Es autor de varios libros, entre los que destacan los del sello editorial de Alienta: “La fuerza de la ilusión”, junto al ilusionista Jorge Blass, “¡Atrévete!; ¿Y si eliges ser feliz?”, “El Factor H: Las claves reales sobre liderazgo” y su reciente “Bienvenidos a la Revolución 4.0”, del que para documentarse ha consultado más de un centenar de libros.
Por su actividad como CEO de la consultora Think@Action, toma el pulso al tejido empresarial español de forma permanente ¿Considera que en España estamos a la vanguardia en cuanto a transformación digital se refiere, o continuamos en las cavernas?
Considero que estamos más a la vanguardia que en las cavernas. Vamos muy adelantados en ciertos aspectos como el pensamiento disruptivo y con la capacidad de avanzar desde la innovación.
Contamos con compañias fabulosas, no solo multinacionales que realmente están aportando mucho valor al mundo del management y del desarrollo de productos. Sin ir más lejos,te puedes encontrar pequeñas compañias en una provincia como Alicante, donde están desarrollando nuevas metologías para relacionarse con los clientes y de innovación en producto.
Sí es cierto que tenemos una tarea aún sin resolver y es como una pyme se autogestiona y es capaz de desarrollarse, en un país como el nuestro, donde desde el punto empresarial es de pymes, a la que se suele llegar generalmente por dos caminos: Por herencia o a tráves del emprendimiento.
Como te digo, en estos casos suelo detectar una falta de management, que a veces es más necesario, en según que aspectos, que en una gran multinacional.
Pero hablando de forma genérica, mi percepción es que estamos más a la vanguardia, que a la cola.
Charles Darwin afirmaba en su famoso tratado sobre el Origen de las Especies, que el que sobrevive, no es el más fuerte ni el más inteligente, sino aquel que mejor se adapta a los cambios. En la nueva era digital, marcada por la incertidumbre, la velocidad exponencial y la inestabilidad ¿Es suficiente con sobrevivir?
Rotundamente no. El problema de pensar que es suficiente con sobrevivir es que dejas de sobrevivir. En la propia respuesta de Darwin, está el fallecimiento de la especie.
Intentaré de explicar de forma muy resumida el por qué. Creo que siempre fue así, no es una cosa de esta última época y de la aparición de la era digital. Lo que sucede es que como el cambio no era exponencial, no nos dábamos cuenta de que muerte no era tan rápida, por decirlo de alguna forma.
La adaptación es insuficiente. Por definición, la adaptación que explica Darwin en la teoría de la evolución de las especies es ir por detrás de las cosas que van pasando y esto va en contra de lo que necesita sobre todo el mundo de la empresa y del desarrollo profesional.
Versus la adaptación está la disrupción y es verdad que la disrupción se alimenta de adaptación, pero no es solo adaptación. Por poner un ejemplo, las jirafas, que conocemos hoy en día, sobrevivieron no solo porque se adaptaron de territorio, sino porque también disrumpieron en la forma de hacer las cosas.
Al lado de Darwin, había otro pensador y biólogo, Lamarck, que decía lo que te estoy contando, al que Darwin curiosamente y en cierto modo le daba la razón.
Los “Cuatro fantásticos” de la industria tecnológica, los llamados GAFA (Google, Amazon, Facebook y Apple), han cambiado nuestros hábitos a la hora de comunicarnos, comprar, entretenernos o informarnos, y manejan los hilos de la nueva economía siendo su principal fuente de riqueza, los datos generados por sus millones de usuarios/clientes. Ante este panorama, ¿Somos conscientes de que estamos alimentando a un “monstruo” y que nuestras vidas son objeto de deseo?
Pues … Sinceramente no lo sé Alfonso.
Es una pregunta que yo mismo me he hecho cuando he estudiado para escribir este último libro Bienvenidos. Me la he preguntado de la misma forma que me las estás preguntando hoy y que de alguna u otra forma, me preguntan en muchas entrevistas.
De hecho, la tesis del libro nace de una sola pregunta y es Cómo conseguir que la inteligencia Artificial, puede ser cada vez menos artificial y más inteligente.
Para mi, que soy un humanista, la inteligencia es poner a la persona en el centro y que no abusen de nosotros todos los que están manejando los datos, incluyendo tambien en la ecuación a Microsoft y los llamaría GAFAM.
No sabría responderte a esta pregunta, porque no te lo puedo argumentar, aunque quiero pensar que no. Lo que sí me parece interesante es RECLAMAR una legislación urgente para tratar todo lo que tiene que ver con el mundo digital y con el uso tecnológico en las relaciones humanas, porque mientras no exista esta legislación, ni tu ni yo seremos capaces de contestar a esta pregunta.
Por cierto, en mi opinión, creo que aunque no estemos hablando de eso, tiene que ver mucho con la ética y la moralidad, que por mucho que llegue la tecnología, no se pueden perder.
Hace un lustro, auspiciado por Google, se creó Calico (California Life Company), empresa biotecnológica cuyo objetivo es combatir el envejecimiento humano y las enfermedades asociadas al mismo. En su opinión, como biólogo, ¿Hasta cuándo cree que lograrán ese ambicioso propósito, de aumentar nuestra esperanza de vida, sin perder la total esencia humana, de carne y hueso?
Te puedo contestar como biólogo, pero más que como biólogo, que ahora te compartiré mi respuesta, primero te contestaré desde el sentido común.
La evolución humana siempre ha tenido oportunidad de ir ganando generaciones a nuestra propia generación, de tal forma que hemos llegado a ganar hasta tres generaciones a la vida, llegando a vivir generalmente hasta los 85-90 años, cuando ningún otro animal lo ha conseguido.
El motivo fundamental de esto es que el ser humano está en constante y consciente estado de luchar contra la vejez, es decir la longevidad y sinceramente el sentido común me dice que es legítimo. No veo una falta de moralidad, siempre que entendamos cual es el subproducto que hay detrás, diferenciando una vez más lo que es ficción de realidad.
Mi amigo José Luis Cordeiro, habla de la muerte de la muerte y no se si se producirá o no. No tengo ninguna razón para saber si será verdad o mentira. Lo que sí tengo es una razón para saber que, dentro de diez años, se podrá curar el cáncer o que no habrá diabéticos y eso es lo que a mí me interesa de este cuento.
Y como biólogo te podría contestar que eso es porque estamos avanzando en términos de conocer la biología. El transhumanismo será otra cosa y tendrá mucho más que ver con la capacidad de convivir junto a los algoritmos tecnológicos y de diseño, y cuando la selección natural esté ayudada por el diseño tecnológico, las cosas cambiarán y surgirá una nueva fase evolutiva donde lo que estamos viviendo ahora, formará parte de la prehistoria.
Dice que en BETAlandia sus ciudadanos para avanzar hacia el progreso y la inteligencia social, deben DESTRUIR, para volver a construir de forma más idonea y singular, ¿Nos podría explicar más en detalle este concepto de la destrucción y reconstrucción?
Así termina el libro, con una frase final que ocupa una sola página y que no te puedo reproducir ahora porque no me la sé de memoria, pero que se resume en que todo lo que es capaz de morir, se da el permiso de renacer.
Para poder renacer, necesariamente hay que pasar por la muerte, por lo que en el libro hablo de “destrucción”.
Para el ciudadano beta, esto no es nuevo. Siempre lo entendió así, pero ahora lo necesita mucho más. Es la capacidad URGENTE, que no rápida ni estresante de destruir cosas que no funcionan para crear algo nuevo.
La propia sociedad, se está reorganizando de forma más lenta de lo deseable, pero incluso movimientos como el 15 M, por nombrar algo político fuera de betalandia, tiene mucho que ver con una nueva forma de relacionarnos socialmente y de intentar entender la sociedad.
Reconstruir para volver a construir, algunos dirán que es volver al pasado, pero es renacer de diferentes formas.
¿Qué tiene que ver esto con Betalandia? Aunque el libro no lo escribí con ninguna intención política, en el mundo del management y de las relaciones humanas, para poder vivir en beta tengo que darme el permiso de iterar, cambiando aquello que tengo que cambiar, rompiendo lo que me sobra y no solo construyendo lo nuevo, que eso, perdóname, lo sabe hacer casi todo el mundo.
Lo verdaderamente complicado en las organizaciones y en el desarrollo humano es quitar lo que sobra, no añadir lo que falta. Y esto lo tiene muy claro el ciudadano beta, desde su visión de aprendiz continuo, permitiéndose aprender, desaprendiendo.
Aterrizando este concepto, sería similar a sacar ropa del armario, para meter otra o quitar agua de un vaso, para echar más. En definitiva, dejar el círculo de mi vida abierto para entrar cosas nuevas, pero sobre todo para dejar salir las que sobran.
Fernando, escribía en un recitente artículo para Retina (El País), que el ser humano debe aprender a pensar en Beta, de forma más intuitiva y creativa, como parte de la nueva normalidad. En esta nueva Sociedad Beta, ¿Hay espacio para la solidaridad?, y ¿Cómo la vive personalmente?
Creo que jamás hubiese escrito este último libro y pasado casi tres años estudiando sobre tecnología, si no fuese, entre otras cosas, pero la más importante por las relaciones solidarias entre los humanos. Mi intención para hablar de tecnología es hacerlo desde el enfoque del humanismo y dejaría de ser humano, si no hablase de solidaridad.
El acto generoso del ser humano hacia los demás, es sostenible en el tiempo y por el que apuesto el 200%.
Creo en la digitalización de todos los negocios y abrazo la era digital, la inteligencia artificial, Internet de las cosas, el Big Data o la robótica, siempre desde la solidaridad del ser humano.
Por eso, claro que creo que la solidaridad cabe en el ciudadano beta, si no fuese así, sería un ciudadano-máquina, pero no le llamaría beta. Para mí beta es un adjetivo respetuoso, de una forma de entender como me muevo en una determinada sociedad que está cambiando y evolucionando, con necesidad de nuevos valores, o de cuestionarse los actuales.
La solidaridad es para mí algo fundamental y prueba de ello es, como junto a mi paisano, el Director de Orquesta Daniel Abad, difundimos música y educación, de forma benéfica a través del concierto-conferencia “El Mensaje de la Música”.
Por ejemplo, dentro de unos días estaremos en Elche, colaborando con la Fundación Salud Infantil, donde atienden a 140 niños con parálisis cerebral. Estamos hablando de cosas donde hay que aportar nuestro granito de arena, y encima nos divierte hacer este tipo de actos solidarios.
He de confesarte que mi intención en un futuro no muy lejano, es dedicar un porcentaje muy alto de mi día a día a temas solidarios.
Vivir en modo BETA nos ofrece la posibilidad de crecer, estando continuamente iterando en modo prueba, sin esperar la perfección, pero persiguiendo la excelencia, ¿Cómo podemos diferenciar perfección de excelencia?, ¿Aspirar a ser perfecto acarrea más inconvenientes que ventajas?
Hay una forma muy bonita de explicarlo, o al menos a mí me lo parece, que tiene que ver con la resiliencia.
Mientras el perfeccionismo se mueve más en la ruptura de la resiliencia de un cuerpo, la excelencia, se mueve en sacar el mayor partido a cada momento de cada una de las situaciones que se van produciendo. En la medida que somos capaces de comprender una cosa y la otra, entendemos cual es la gran diferencia entre ambas.
Ir por el camino de la excelencia, significa no alcanzarla nunca, pero es ir dirigido hacia ella e intentar hacer las cosas cada vez mejor, mientras que estar en el camino del perfeccionismo es dar peores resultados de los que podriamos dar.
Además, tratar de ser perfecto tiene consecuencias nefastas, ya que el perfeccionismo normalmente castiga el error, genera mucha más incertidumbre y malestar físico y/o emocional. La excelencia, por su parte es un camino de aprendizaje y de avance continuo.
Fijate que curioso, estamos en una época donde va a predominar mucho más la iterancia, y en un momento donde es necesario el error, para crecer es otra de las razones para tratar de ser excelente, en lugar de ser perfecto.
Tambien buscar la perfección te va a paralizar y va a paralizar todo aquello que tenga dependencia con tu trabajo y eso no es permisible en el nuevo entorno social de talento compartido e inteligencia conectiva.
El origen de la 1ª Revolución Industrial fue la máquina de vapor y la mecanización. La 2ª revolución, vino marcada por la electricidad y la producción en masa. La 3ª por la informática y la automatización, mientras que la seña de identidad de la 4ª, en la que nos encontramos inmersos, es la digitalización y el dataismo ¿Se aventuraría a pronosticar que elementos marcarán el punto de partida para la Revolución 5.0?
Sinceramente, mis previsiones están basadas en una opinión, no en hechos que pueda demostrar. Me atrevería a decir que si bien esta es la del dataismo, la próxima será de pleno, la de la Inteligencia artificial. Creo que se fusionará con la actual. Es lo que tiene la curva de la exponencialidad, en terminos de talento, y no solo en términos tecnológicos.
Robótica, inteligencia artificial, y lo que ahora estamos viendo como la digitalización del dato, estarán coexionados en lo que será la 5ª revolución y que será la verdadera revolución transhumanista y posiblemente llegará para finales de este siglo.
Resulta paradójico que el sistema educativo necesite implementar un modelo más interactivo y conectivo, donde es imprescindible el uso tecnológico y algunos gobiernos, entre ellos español, se planteen la prohibición del uso de móviles y tablets en las aulas, ¿Particularmente está a favor de impulsar acciones que favorezcan el aprendizaje a partir del uso tecnológico y la gamificación, sobre todo cuando es conocido que en Silicon Valley optan por colegios “Low-Tech”?
Permíteme en este caso una respuesta dual.
A la pregunta directa que me haces, la respuesta es sí. Estoy de acuerdo con introducir tecnología en el aula, siempre y cuando la utilizemos bien, ya que entre otras cosas permite algunos elementos de mejora como:
- La personalización de la educación de los alumnos.
- Su motivación ante los aprendizajes propios que requiere adquirir.
- La capacidad de sacar lo mejor de ellos, explotando todas lss inteligencias, con el famoso concepto de inteligencias múltiples, que está bajo la discursión en términos cerebrales, pero que es muy práctico conocerlo.
- Potenciar el trabajo en equipo, el modo de relación redarquica, compartiendo talento.
Ahora bien, si esta era la respuesta afirmativa, en el libro hago una referencia a los colegios “Low Tech”, porque otra cosa es el mal uso y sobre todo el abuso de la tecnología.
Cuándo hablamos de tecnología en el aula, me planteo las siguientes preguntas, ¿Es necesario dejar atrás todas las metodologías actuales?, o ¿Jugar en el patio, o jugar en el aula? Yo digo no.
La tecnología es una herramienta y una nueva manera metodológica de trabajar en el aula, y hay que saber sacarle provecho, pero abusar de ella es igual de malo como abusar de jugar, o de utilizar poco la memoria.
Me suelen hacer una pregunta, que conecto con la tuya. Fernando, ¿Qué prefieres, los nuevos profesores expertos en tecnología o los viejos profesores expertos en sus materias, que se han adaptado tecnológicamente?, y no tengo ninguna duda, me quedo con los segundos. Con eso te digo todo.
Fernando, vivimos en un momento en la que todo son prisas, sin apenas dedicar tiempo al razonamiento. Recientemente, la Comisión de Educación del Congreso, aprobó una proposición para que la asignatura de filosofía vuelva a tener carácter obligatorio en las aulas de Bachillerato españolas. En un futuro cada vez más digital ¿Qué beneficios puede aportar la filosofía al ciudadano de a pie?
Creo que varias pueden ser las aportaciones de la filosofía. Para empezar, en empresas punteras como Google o el Grupo Ideo, que es una de las más importantes en innovación a nivel mundial, un gran porcentaje de sus empleados son filósofos, biólogos y antropólogos. El principal motivo de esto es porque uno necesita aprender de su pasado, para poder crear cosas nuevas.
No olvidemos que, el que es capaz de conectar los puntos de la historia con el futuro, es el que tiene más capacidad de crear futuro.
La filosofía es una de las materias humanistas, no la única, necesarias en las escuelas. Los jóvenes no pueden estudiar tecnología sin saber quién es Platón o Aristóteles, o sin conocer una famosa frase, posteriormente atribuida a Woody Allen, que ya decía Platón en el Ágora “Te hablaré del futuro, porque es donde pasarás el resto de tu vida”.
En definitiva, no podemos permitirnos perder la filosofía, y todo lo que ésta tiene que enseñarnos para conectar con el futuro, por lo que estoy totalmente de acuerdo con que se estudie filosofía en los institutos y en los colegios.
Su admirado amigo, Santiago Álvarez de Mon, en su libro “Con ganas, ganas”, habla en estos terminos: “ El funcionariado es una actitud vital, de aquellos que han hecho de la seguridad y de la ausencia de riesgo, su “leitmotiv”. En los tiempos que corren, ¿Ser funcionario no es ir contracorriente, como los salmones en el momento de reproducirse?
Creo que los funcionarios son necesarios, en términos de tejido social. Hay un área profesional que siempre tendrá sentido para que a todos nos vaya bien, que es el área que podríamos llamar de administración social.
Aunque no pertenezca profesionalmente a ese modelo, no estoy en contra del modelo funcionarial, lo comprendo, lo respeto y además les agradezco su dedicación, porque de alguna forma “nos cuidan a todos”.
Y dicho esto, creo que, como el resto de los profesionales, tienen que pasar a vivir en un nuevo modelo social, cambiando y evolucionando, sin generar múltiples resistencias a dicho cambio.
Si bien es cierto que ante las típicas encuestas que les suelen hacer a los universitarios, sobre su futuro profesional, una inmensa mayoría contestan que prefieren ser funcionarios. Es verdad que faltan emprendedores, pero no puedo decir en ninguna entrevista, tampoco en la tuya, que esté mal visto ser funcionario, porque sinceramente no lo creo.
Lo que sí creo es que el modelo debería replantearse, porque entre otras cosas, es muy probable que no sean necesarios tantos funcionarios, creando más empresas y reorganizando todo de otra forma.
Mercedes Sosa, considerada la mayor exponente del folklore argentino, popularizó la canción “Todo Cambia”. Por otra parte, el cantante y actor uruguayo, Jorge Drexler, canta “Todo se transforma”, ¿Considera que cambio y transformación son lo mismo?
Me alegro de que hagas referencia a esta canción de “Todo Cambia”. No sé si lo sabes, pero en la presentación de mis libros en Sevilla, Alicante o Elche, entre otros muchos sitios, he comenzado leyendo el poema de “Todo cambia”.
Cambio y transformación tienen diferencias, más allá de las lingüísticas. El cambio en tu vida te llega muchísimas veces por la vía de que tu no lo elijas, mientras que la transformación, lleva implícita un propósito elegido por ti.
Si bien la transformación es estar en un continuo estado de cambio, al elegir y conseguir nuevos propósitos en tu vida, el cambio es muy adaptativo porque muchas veces, lo que hace es recoger algo que te ha sucedido y no tienes más remedio que cambiar, por ejemplo, una separación, un accidente repentino o te sobreviene una enfermedad.
Por eso, en mi opinión, la gran diferencia entre transformación y cambio es que la transformación consiste en añadir al sumatorio de cambios un propósito.
Por cierto, preciosas canciones las dos.
En primera persona
- Emulando a Teresa Viejo, en su programa de entrevistas “La observadora” de RNE:
¿Estado físico?
Bastante peor de lo que me gustaría. Aunque no me cuido mal para mi edad (56 años), me gustaría estar mejor, perdiendo unos cuantos kilos y la verdad es que me estoy fallando porque quise ponerme a ello hace un tiempo y no he tenido la voluntad para poder llevarlo adelante.
¿Estado emocional?
Muy bien. Me encuentro en la mejor época de mi vida.
¿Estado mental?
Si por estado mental se entiende, ser consciente de lo que me está pasando en la vida, pudiendo elegir y decidir, muy bien también.
- Oriundo de la alicantina comarca del medio Vinalopó, famosa por su larga tradición en el cultivo de la vid, ¿Cómo prefiere consumir el fruto de la uva, en su estado natural, o con moderación, transformada en vino?
Cierto. En Aspe, Novelda y Monforte, se produce mucha uva de mesa, para consumo, pero sinceramente, en mi caso, la uva la prefiero moderadamente transformada en vino. No te voy a engañar.
Aunque no tengo preferencias, generalmente suelo beber más vino tinto que blanco, pero también es cierto que hay días que me apetece muchísimo el blanco.
- Fernando, de la presentación de su Blog, cito textualmente:” Amo la música y suelo decir orgulloso que en una etapa de mi vida viví de ella”, ¿Puede profundizar más en esta afirmación?
Bueno, he de decirte que la carrera me la pagué tocando un saxofón, y mi “arma” en el servicio militar fue un saxofón.
Estudié en el conservatorio durante doce años, y tocaba en la banda de música de mi pueblo. Fue durante la carrera, cuando todos los martes y jueves por la noche tocaba en un garito y en bodas en verano para sufragarme los gastos, porque provengo de una familia muy humilde y nunca podría haber hecho lo que hice, si no hubiese sido gracias a la música.
- Siempre tuvo una marcada vocación por ser maestro, ¿Qué o quien se cruzó en su camino para que acabase estudiando Ciencias Biológicas?
Siempre he tenido interés por las personas y cuando llegó el momento de elegir una carrera dudaba entre estudiar biología o psicología, pero por aquella época como era más científico, me pudo la biología. No quiero decir con esto que los psicólogos no tengan un componente científico.
Estudié Biología con una doble intención. La de la investigación y la de la formación, para ser maestro porque considero que los verdaderos maestros son personas que toman más lecciones que dan y ese el motivo por el que me encantan maestros, y ese el tipo de maestro al que aspiro a llegar profesionalmente.
Se cruzó algo en mi vida, que lo cambió todo. Un viaje a EE. UU para hacer mi tesis doctoral y cuando regresé a España, era más un experto en temas de marketing, relaciones con los clientes y fisiología del consumo, que otra cosa, lo que me llevó a trabajar durante más de veintiséis años en la industria farmacéutica, por ese giro que tuvo su origen en Boston.
Fue a partir de 2007, cuando recuperé mi verdadera vocación, pero en el mundo del management, donde creo que puedo aportar más valor.
- La lectura, suele ser una de las “medicinas” más eficaces para combatir la ignorancia, ¿Qué libros de los que ha leído recientemente nos puede prescribir?
Recientemente, me ha interesado mucho el último libro de Yubal Noah Jariri, “21 lecciones para el siglo XXI” y lo recomendaría enormemente ya que más allá de sus anteriores libros como “Homo Deus” o “Sapiens”, el autor es capaz de hacer una reflexión con mucha filosofía y mucho carácter cultural de lo que está aconteciendo y como enfrentarnos a los próximos acontecimientos.
- Su último libro, “Bienvenidos a la Revolución 4.0”, lleva por subtítulo: “Todo lo que necesitas saber para triunfar en la era digital”. Para Fernando ¿En qué consiste el triunfo?
Es muy importante la pregunta. Este subtítulo, una vez hablado con mi editor, lo puse porque no me refería al triunfo como el éxito profesional o económico, si no porque en realidad comprender la era digital, te hace recibirla con los brazos abiertos y eso para mí es el triunfo y por eso también la palabra más importante del título es la de Bienvenidos, porque para triunfar en algo, lo primero que hay que hacer es conocerlo y recibirlo queriéndolo recibir, si poner resistencias , no oponerte a ello y esa es fundamentalmente la reflexión que hay tras el subtítulo.
- En “Bienvenidos a la Revolución 4.0”, alude a que del mismo modo que no se entiende la vida sin los avances tecnológicos, a veces no vivimos la vida a causa de ellos, ¿En qué medida pone coto a las interferencias tecnológicas, para tratar de vivir la vida?
. Al 100 %. Soy una persona bastante desconectada. Me pongo ciertas horas para contestar mensajes. Salvo que esté esperando algo determinado, no estoy continuamente conectado al WhatsApp. Tampoco soy de esos que lo primero que hacen al levantarme es mirar el teléfono.
En definitiva, intento marcar unos límites a la tecnología y cumplir con hechos, todo eso que digo en el libro, aunque también es cierto que no siempre me es posible, ya que a veces necesito estar pendiente, si he quedado con alguien.
- Una de las citas, con las que introduce los capítulos de su último libro, es de Víctor Hugo y dice así: “El mundo tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes, una oportunidad”. Fernando, ¿Cómo percibe el mundo actualmente?
Como una oportunidad, sin duda. Esta cita está puesta a propósito, para resaltar esta tercera parte de la frase de Víctor Hugo. Recibir todo lo que está por llegar como una oportunidad es encontrar avances con toda seguridad, buscando los puntos positivos y atender los negativos.
Hay algo super importante que Yuval Harari, dice:” Yo no sé lo que pasará dentro de cincuenta años, pero sí sé que, sabiendo puedo distinguir lo que me gusta de lo que no”.
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