El Instituto de Política Familiar hizo públicas el pasado día 19 sus propuestas para una política Pública con Perspectiva de Familia, son 100 medidas de apoyo a la familia que esperamos tengan en cuenta los partidos que se presentan a las próximas elecciones generales, municipales, autonómicas a la hora de confeccionar sus programas.
La familia es la institución básica de la sociedad que está sufriendo los mayores ataques desde las ideologías que se dicen progresistas, sin duda, neo marxistas quisieran hacerla desaparecer para que el individuo pueda ser manipulado y adoctrinado desde los poderes públicos al quedarse sin las referencias y valores de la tradición familiar.
Las funciones que desempeña la familia son vitales y sin ella desaparecería la sociedad, razón por la cual necesita más que nunca de una protección especial por parte de las autoridades públicas que, en muchas ocasiones, en lugar de protegerla la están erosionando.
Una verdadera protección a la familia representaría el cumplimiento del mandato constitucional mediante políticas activas que promuevan un apoyo efectivo para el cumplimiento de sus funciones, por ejemplo, reconociendo a los padres el derecho a tener el número de hijos que deseen, eliminando los obstáculos de toda índole a los que se enfrentan.
Asimismo reconocer e impulsar el derecho de los padres e hijos a una estabilidad conyugal y familiar, con políticas activas de formación y orientación familiar que eviten el escandaloso número de rupturas conyugales que se vienen produciendo desde la implantación del divorcio exprés, cuyas víctimas son los menores.
Reconocer el derecho a la conciliación de la vida laboral y familiar y arbitrar medidas efectivas para ello que se detallan entre las cien medidas propuestas, así como el derecho de los padres a la libre elección en la educación de sus hijos, eliminando obstáculos y evitando adoctrinamientos desde los poderes públicos.
También se propone conseguir un pacto de Estado sobre la familia, la natalidad y la demografía con visión de futuro, evitando vaivenes electorales y con garantía de una política común. Las bajas tasas de natalidad están produciendo un claro envejecimiento de la población al no alcanzarse el nivel de reemplazo con graves incidencias respecto a las prestaciones de la seguridad social y la dependencia de los mayores.
También se señalan entre las medidas la necesidad de una convergencia gradual con Europa respecto al gasto social en familia, que solo alcanza el 1,3% del PIB mientras que en la UE es el 2,4% y la necesidad de una redistribución más equitativa de las prestaciones destinadas al concepto “familia”, o el incremento de la prestación de la ayuda directa por hijo a cargo hasta alcanzar la media europea, por ejemplo.
Se señala también la necesidad de una política decidida de revisión de la fiscalidad con una perspectiva familiar en la adquisición de bienes y servicios, incluida la vivienda y muchas medidas más que no caben en este pequeño artículo pero que pueden leer directamente descargando el documento.
Insisto en que merece la pena estar atentos a los programas de los partidos que concurren a las elecciones y comprobar si son receptivos a los problemas familiares que a todos nos afectan.
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