Estoy casi seguro que para la mayoría de los jóvenes, el mejor regalo que pueden recibir de sus padres o amigos es un celular de los más modernos que se ven en el mercado nacional e internacional o quizás una computadora portátil, una tablet, etc. Cualquier obsequio de esta índole sería formidable, siempre y cuando se le dé un agradable uso…
El maestro, escritor y poeta nicaragüense Iván Uriarte, el 4 de mayo del 2015, me obsequió 30 libros de contenidos literarios, él es un bardo reconocido internacionalmente por su excelsa obra literaria. Es un admirable gestor cultural, su labor es sumamente extraordinaria, son pocos los artistas que dedican tiempo a este arte, Uriarte es un destacado e investigador de la exquisita, variada y diversa obra del legendario Rubén Darío, gracias a su bello idealismo, la juventud actual y futura tiene el privilegio de conocer cómodamente a profundidad la grandiosa poesía Dariana, en su radionovela “El vuelo del cisne”, de 87 capítulos, se demuestra su inmenso trabajo que ha realizado en el recorrido de su existencia, este legado debe extenderse y conocerse internacionalmente.
Poeta, mil gracias por este maravilloso regalo, es lo mejor que alguien pudiera recibir antes de dejar de respirar, le agradezco infinitamente porque tuvo la gracia y el tiempo para hacer llegar esos libros a mis manos, han sido sumamente bien recibidos, serán una guía magnífica para alimentar mi intelecto, en mejores manos no pueden estar, les daré el máximo provecho posible…
Gran parte de la población tiene negativa opinión sobre los libros, piensan que si los tocan se van a contagiar de lo perverso, ya nadie compra textos y los que tienen los queman, en muchos pueblos ya no se miran bibliotecas, están siendo aborrecidas, quemar un libro es quemar la sabiduría, es desperdiciar el alimento del conocimiento.
Leer aparte de un arte es un placer estupendo, es el puente ideal y perfecto aliado para que desarrollemos lo que tenemos almacenado en mente, el poder del vocablo es infinito. ¡Vamos todos a cultivar este don que tiene nuestro corazón, leyendo cotidianamente nuestra ortografía y lenguaje verbal tendrá solemne admiración, para los verdaderos lectores reciban dulces y sinceros elogios.
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