Vivimos una época de desencanto social tanto en política como en liderazgo. La sociedad está cansada de corrupciones, escándalos; pero, sobre todo, de que no exista un líder de confianza. Hoy en España: las promesas incumplidas son una constante y eso merma la confianza. Esa ruptura ha llegado al inconsciente colectivo.
Hay algo grave y es la asociación de la palabra político o líder con la mentira o la palabra no cumplida. Lo que busca la política es alterar el comportamiento del electorado, de convencer e influenciar en creencias en esas inquietudes o motivaciones del electorado al que se dirigen. Es fácil encontrar en acontecimientos de la historia ejemplos donde el comportamiento de países o continentes haya sido alterado por estrategias de persuasión (nacismo, fascismo, comunismo).
Son líderes que no han sabido interpretar realmente qué es la influencia. Hay que saber diferenciar influencia y manipulación. La influencia se basa en el beneficio mutuo y en la responsabilidad, mientras que la manipulación busca el beneficio propio y a diferencia en muchos casos está detrás el miedo.
A partir de los años 40 se dispara con la propaganda, antecesora de la publicidad, y empieza a utilizarse de forma masiva en política. Según Juan Carlos Castro, experto en neuromarketing y neuroinfluencia, «este fenómeno puede cambiar la percepción de una dictadura. Si entendemos la diferencia entre el beneficio común y el propio estaremos más cerca de saber qué es influencia y qué es persuasión y qué hacen los políticos hoy en día». Neuroinfluencia es liderazgo. Un líder hoy primero tiene que ser ejemplo para los demás. Cuando las personas encuentran un líder que demuestra lo que dice, que hace aquello que dice, que es ejemplo, son inspiradores. Pero… ¿cuántos líderes son ejemplos?
La influencia en política no solo va de mensajes adornados, los grandes mensajes no vienen ni determinados por ellos, sino por sus gabinetes de comunicación y eso no inspira al electorado. Los grandes líderes son los que generan confianza. Hoy la confianza tiene más que ver con hacer que con hablar. El electorado ya no solo pide saber qué van hacer sino entender por qué y que existan razones de peso que lo justifiquen.
Crear un buen mensaje no es difícil. Hay que identificar el valor simbólico de la sociedad. Identificar qué supone la educación para crear un mensaje que impacte en la mente de la gente es sencillo. ¿Pero eso es influencia o manipulación? «Los políticos han identificado las claves del inconsciente colectivo de la masa. Pero influenciar va más allá», explica Juan Carlos Castro.
¿Cuántos líderes en la actualidad lo hacen? Líderes como Obama, Peña Nieto, confían sus campañas en las consultoras de neuromarketing más reconocidas.Existen muchas personas dedicadas a la neuropolítica: son neuroconsultores.
Según el experto son piezas imprescindibles en política y se utilizan en la mayoría de las elecciones. «Contratan empresas de neuromarketing y neuroinfluencia. Desde EEUU hasta Turquía», añade Castro.
¿Cómo se utiliza el neuromarketing dentro de la política? Los expertos en neuroinfluencia recurren a dos formas: controlar o ayudar. «La forma correcta y adecuada de persuadir debe ser la segunda, pero eso no siempre es así», explica Juan Carlos Castro.
Es incomprensible que hoy en día se gasten millones en consultorías para estudiar cómo se altera el comportamiento humano con un mensaje. Sin embargo, hay una mayor desafección y separación entre sociedad y líderes y la clave está en la intención de esos mensajes.
La realidad es una y el objetivo son los votos y esos mensajes se quedan pobres porque se ciñen solo a la campaña, pero no van más allá, no profundizan en el sentimiento real de la sociedad. Tocan ciertos códigos o temas sensibles, pero no toman conciencia de lo que viene después. La parte que más persuade es predicar con el ejemplo. Aquello que digo lo hago.
«La influencia es responsabilidad con el prójimo para cubrir necesidades reales», concluye Juan Carlos Castro.
Líderes de empresas que sí inspiran Las empresas más potentes priorizan el pensamiento del líder y aportan nuevas ideas, paradigmas, talento e innovación. Empresas como Amazon, PayPal, Tesla, Apple, son líderes que proponen un mensaje distinto, que ilusionan y dan ejemplo.
Una nueva forma de ver y entender el mundo. Las personas que tienen esa creencia, se unen. Los empresarios lo han entendido mejor y no solo quieren resultados en la cuenta de explotación sino han querido con su mensaje transformar el mundo.
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