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Los cuentos tienen gran valor cuestionador

“Los finales alternativos nos orillan a replantearnos toda la historia previa”
Abel Pérez Rojas
lunes, 29 de abril de 2019, 09:17 h (CET)

A pesar de que el cuento es considerado muy frecuentemente y de manera errónea como un género literario meramente lúdico o aleccionador, gratamente se presentan ocasiones para ver que esta narrativa también puede ser extremadamente reflexiva y cuestionadora.


Este fin de semana tuve la grata ocasión de reflexionar sobre lo anterior con motivo de la presentación del más reciente libro de mi amiga Antonia Estarlich (Alberic, Valencia, España): Es cuento… ¿pero si fuera realidad?


La más reciente publicación de la escritora española con corazón mexicano es una antología de cinco cuentos, a saber:  ¿Qué desean revelar María Magdalena y sus amigas?, ¿En aquellos tiempos de Eva y Lilith…?, La rebelión de los hijos del clero, ¿Por qué tantos dioses en paro? y el entramado que da nombre al libro: Es cuento, ¿pero si fuera realidad?

En cada uno de sus escritos Antonia pone el dedo en la llaga sobre algunas de las creencias que aún imperan en el siglo XXI, en torno a las relaciones humanas, el amor de pareja, la homosexualidad y sobre otras tantas cuestiones que a primera vista parecerían no estar contempladas.


A través de historias breves Antonia logra su cometido principal: cuestionarnos, provocarnos y dejarnos un sabor de boca que el humor negro provoca.


Antonia me concedió el honor de que le escribiera una breve reflexión para que fuera incluida en su libro, lo cual me orilló a detenerme a pensar un poco en lo que aquí escribo.


Con la autorización de Antonia te comparto lo que escribí para su libro:


Antonia Estarlich lleva al campo de la ficción una serie de inquietudes que vienen del pasado lejano, pero están presentes en la sociedad del siglo XXI.


Encarnados en personajes míticos, legendarios y otros más terrenales, Antonia tuerce las historias que hasta ahora hemos escuchado y aceptado sin chistar, privándonos esto de un amplio abanico de posibilidades que toda mente libre podría bosquejar en un simple ejercicio lúdico de cierta altura.


En sí, el título de la obra muestra sin recato alguno la cuestión transversal del libro que tienes en tus manos: Es cuento, ¿pero si fuera realidad?


Estarlich Sánchez no intenta engañarnos con su postura central: ¡claro que es cuento lo que te estoy compartiendo!, pero ¿y si fuera realidad al menos alguno de los enredos de las historias que trazo?, ¿de cuántos escenarios nos hemos privado por el simple hecho de descartar ciertas posibilidades’, ¿cuántos sentimientos de culpa, discusiones e inclusive guerras podríamos haber evitado de haber tomado derroteros diferentes las historias que han moldeado el imaginario colectivo acumulado?


La respuesta a las preguntas no las sabremos con exactitud porque la historia, al menos la socialmente aceptada, se ha escrito de una forma diferente a la planteada en este libro, por eso se le agradece de sobremanera a Antonia el esfuerzo para sacarnos de nuestra comodidad intelectual a partir de entretenimiento pensado para mentes que quieren ir más allá.


En efecto, son cuentos, ¿pero si fueran realidad?


Hasta aquí la cita.


Como puedes ver, es valioso que el cuento sea orientado como medio de reflexión y análisis, por ello se agradece a quienes a través de su pluma logran dicho cometido. ¿O no?

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