Un verano más, desde hace 25, culmina el Festival de La Mar de Músicas de Cartagena, dejando tras de sí en esta ocasión una cadena de actuaciones que han quedado grabadas en los corazones de quienes las presenciaron. El sábado fue la noche de los Morente. Una gala con la que el festival nos traía a Kiki, Estrella y Soleá, los tres hijos del cantaor Enrique Morente y la bailaora Aurora Carbonell. La primogénita hizo las delicias de la velada en la ciudad portuaria cubriéndola de flamenco, arte y gloria.
El auditorio estaba hasta la bandera, no había sitio libre en barandas, escaleras, rincones varios, cualquier lugar era bueno para presenciar lo que venía. El público buscaba sentarse y perderse en el derroche de magia que se adivinaba.
Estrella Morente, grandeza y humildad en una noche de copla
Estrella Morente presentó su último disco Copla honrando de principio a fin a la canción popular española. Hizo aparición con un precioso traje de color rosado entonando Madrina. Brillaban los ojos de la Morente en la distancia y se caía en auditorio con los aplausos cada vez que terminaba una canción. Me quedó la impresión de que la gente tiene gana de lo suyo, de volver a escuchar estas historias tan nuestras y, si no las conoce, entonces tiene ganas de conocerlas.
La diva estaba grandiosa sobre el escenario frente a un público totalmente a sus pies y, sin embargo, no olvidó volverse a las raíces y a los grandes de la cultura popular española de la que brota su último disco.
Magistral su orquesta, cantaores y maestros, el vestuario, la interpretación, todo. Aun siendo una noche de copla, la artista dedicó un tiempo al flamenco, para lo que se reconvirtió en cantaora, rodeada de guitarristas y palmeros. Su copla es una faceta poco conocida pero no podía dejar al público sin sacar a relucir su cara más adorada, la de cantaora flamenca.
Un recuerdo para los que no están A gritos de “preciosa” y “estrella”, la diva honró al género y desde lo más alto de su arte también dejó ver su humildad con unas proyecciones de Lola Flores, Rocío Jurado, Carmen Amaya, Miguel de Molina, Imperio Argentina, Concha Piquer y tantos otros que quedaron presentes por medio de sus fotografías, su arte y su recuerdo. De todos ellos venía la interpretación de la Morente. Ellos son sus raíces, ¡casi nada!
Fotografías de más de cien años, en algunos casos, nos dejan entrever la conciencia de la artista quien reconoce de dónde viene, gesto que la corona con el rasgo que distingue a los grandes, la humildad. Qué lujo poder contar con alguien como ella para transmitirlo a las siguientes generaciones, con tanta elegancia, buen gusto y maestría.
El alma popular española en la copla Embajadora de la cultura popular española, Estrella hace junto a su equipo, un trabajo esencial. No solo honrar la profunda y maravillosa expresión del pueblo mediante sus melodías y letras sino afianzar nuestra identidad y ser conscientes de dónde venimos.
Cada copla es una historia de principio a fin. Pasión, dolor, alma y corazón, amor, grandeza y debilidades humanas, todo está comprendido en la copla. El alma de la gente, está plasmada en sus letras.
La copla, altísimo arte sobre pasiones humanas, pues quién no ha conocido o vivido alguna vez “amante de abril y mayo; tengo miedo de quererte; pena que me corre por las venas; qué mala estrella me guía; el hombre de mi corazón; ella tiene 40, él tan solo 22; yo soy esa; que aprendan todas de mí a querer como las locas”.
Kiki Morente y su fino cante en Albayzín El pequeño de los Morente presentó su primer disco Albayzín abriendo la noche en el Auditorio Parque Torres. Su estilo destila pureza, cante bien entonado, algunas veces desgarrador. Kiki apunta maneras.
Agradeció a la organización del festival la posibilidad de juntar a los tres hermanos en la misma velada y se refirió a su hermana Soleá como “la princesa de la casa” y a Estrella como “la reina de la casa”.
A las dos de la madrugada comenzó la pequeña de los Morente pero no podemos decir que cantar sea lo suyo. Alguien dijo a mi lado “suena a casette de gasolinera” y es que un gran apellido a veces no lo es todo.
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