“Si el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) declara la ilegalidad de la Doctrina Parot”, animales como el terrorista Domingo Troitiño o el asesino, torturador y violador de las niñas de Alcasser, así como otros presos peligrosos, quedarían en libertad”
“¿Te imaginas que sanguinarios asesinos quedasen de un día para otro en libertad y pasearan por nuestras calles sin haber cumplido condena?” es la pregunta lanzada por las víctimas del terrorismo, y a buen seguro por buena parte de la sociedad española.
Y es que la AVT acaba de lanzar una campaña, inmediatamente seguida por miles de españoles, en defensa de la conocida como “Doctrina Parot”, que es esa jurisprudencia establecida por el Tribunal Supremo el 28 de febrero de 2006, posteriormente ratificada por el Tribunal Constitucional, que consiste en aplicar los beneficios penitenciarios de los delicuentes a cada una de las penas a que haya sido condenado el reo de forma individual y no sobre el tiempo máximo de permanencia en prisión.
Si el TEDH ratificase este próximo miércoles, como el gobierno teme vaya a suceder, la ilegalidad de dicha jurisprudencia, animales como el terrorista Domingo Troitiño y otros 53 etarras, Miguel Ricart, el asesino, torturador y violador de las niñas de Alcasser, así como otros presos peligrosos, alguno de ellos con más de 70 condenas por agresiones sexuales, quedarían en libertad y podrían reclamar, ya es el colmo, millonarias indemnizaciones.
Y es que el pasado 10 de julio de 2012 el Tribunal de Derechos Humanos de la Unión Europea, en un fallo dictado por unanimidad de los magistrados, sentenció, en relación con la asesina etarra Inés del Río, que dicha jurisprudencia vulneraría varios artículos de la Convención Europea de Derechos Humanos.
Siendo cierto, y esto no es culpa de los tribunales europeos, que resulta perentoria una revisión de nuestro sistema penal, tan complaciente con los criminales y tan duro con las víctimas, a las que en el mejor de los casos ignora, no es menos cierto que la doctrina Parot ha supuesto un alivio para la sociedad española, permitiendo mantener en prisión a sujetos claramente peligrosos, en algunos casos –violadores reincidentes- no reinsertables. Sujetos que el jueves, quizá, podrían salir a las calles. Por eso yo he firmado.
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