Ismail Ajjawi, un estudiante palestino de 17 años que creció en un campo de refugiados en el Líbano, logró algo destacable: ser admitido en la Universidad de Harvard con una beca completa. Podemos imaginar sus sensaciones al aterrizar en Estados Unidos el pasado 23 de agosto, en el Aeropuerto Internacional Logan de Boston. Pero no pudo llegar muy lejos; fue detenido por oficiales de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos y después, según describió, lo interrogaron sobre sus creencias y prácticas religiosas. Lo forzaron a someter a revisión su teléfono y su computadora, tras lo cual un oficial le gritó enfurecido porque habían encontrado publicaciones en las redes sociales que criticaban a Estados Unidos…no de él, sino de algunos de sus amigos. Ante eso, la visa de Ismail fue anulada y fue deportado de regreso al Líbano.
En un video producido por la Agencia de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina, Ismail contó acerca de su vida: “Me llamo Ismail Ajjawi y tengo 17 años. Obtuve las mayores calificaciones de la región sur en biología, en el Bachillerato oficial libanés, y el octavo lugar en todo el Líbano. También obtuve las mayores calificaciones en el examen de Brevet de la región sur y recibí una beca para estudiar biofísica en la Universidad de Harvard. Mi objetivo es hacer una doble especialización y estudiar medicina en el futuro”, La Agencia de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas dirige más de 700 escuelas para más de 500.000 estudiantes en los territorios palestinos y en los campos de refugiados palestinos en el Líbano, Jordania y Siria. La agencia brinda atención médica en numerosas clínicas y servicios sociales adicionales para la población de refugiados palestinos.
El relato de Ismael Ajjawi continúa: “El ambiente en la secundaria y en el campo de refugiados es muy desafiante. Hay un gran problema de superpoblación allí, las casas están muy cerca entre sí. En este ambiente no hay privacidad para que los estudiantes palestinos estudiemos. Cada año, estas limitadas oportunidades se van reduciendo. Esta es mi institución, la secundaria masculina Der Yassin, de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos. Aquí he vivido momentos tanto agotadores como divertidos. Les digo a mis compañeros que se esfuercen mucho en sus estudios y que trabajen duro para que puedan cumplir sus sueños como yo”.
El tratamiento que recibió Ismail en el aeropuerto de Boston y su deportación sumaria provocaron indignación en sus compañeros y compañeras estudiantes de Harvard y también en el presidente de la universidad y otras organizaciones internacionales. Summer Lopez, de la organización PEN America, que trabaja en defensa de la libertad de expresión, escribió: “La idea de que debe evitarse que Ajjawi ocupe su lugar en Harvard debido a su discurso político sería alarmante. Que se le niegue esta oportunidad en base al discurso de otros es completamente ilegal”.
Una diversa coalición de estudiantes y grupos comunitarios organizó una campaña para exigir que Ismail sea admitido en Estados Unidos; la petición fue firmada por miles de personas. Uno de los nuevos compañeros de clase de Ismail es David Hogg, quien el año pasado sobrevivió a la masacre escolar de Parkland, Florida, y se convirtió en un destacado defensor del control de armas de fuego. Hogg tuiteó: “Lloré cuando leí la noticia. Hoy le robaron la alegría y la emoción de mudarse a Harvard a mi compañero de clase Ismail B. Ajjawi”.
Ismail recibió apoyo para llevar adelante sus estudios de la organización educativa sin fines de lucro AMIDEAST con sede en Estados Unidos. Theodore Kattouf, presidente y CEO de AMIDEAST y exembajador de Estados Unidos en Emiratos Árabes Unidos y Siria, manifestó en una entrevista para Democracy Now!: “El propio Ismail se benefició de lo que se conoce como “programas de oportunidades educativas”. Esto es, fue a Beirut, a un club universitario competitivo que lo capacitó sobre cómo hacer para postularse a una universidad estadounidense, cómo presentar su perfil. Él es una persona con mucha capacidad, pero tuvimos que enseñarle cómo hacer que Harvard y otras universidades se enteraran de sus capacidades. Y tenemos a otros 53 palestinos que actualmente están cursando estudios de grado en Estados Unidos, que han pasado por programas similares. De hecho, tenemos un joven en Gaza, del campo de refugiados conocido como “Campamento de la playa”, que irá a Stanford este año. Tenemos a otra joven de Gaza que asistirá a la Universidad Smith en Massachusetts. Y podría seguir con otros casos”. Irónicamente, Ismail fue seleccionado para participar de un programa de becas del gobierno de Estados Unidos, que financió algunas de sus actividades de preparación para la universidad.
Hace poco más de un año, el gobierno de Trump anunció que iba a cancelar los aportes estadounidenses a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos, que ascienden a 360 millones del presupuesto anual de 1.200 millones de dólares de esta agencia de ayuda. Mientras que un consorcio de 42 naciones y organizaciones trabajaba para llenar el vacío, Matthias Schmale, director de operaciones de la agencia, declaró para Democracy Now! desde la ciudad de Gaza: “Aún sufrimos el golpe de la pérdida de nuestro mayor donante”. Sobre la situación de Ismail, contó: “En esta situación se encuentra la mayoría de los niños refugiados de Palestina. La situación es similar a la de Ismail en cuanto a que tienen el beneficio de recibir educación a través de Naciones Unidas, a través de las escuelas de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados, pero, lamentablemente, las oportunidades son pocas y distantes entre sí en cuanto a poder salir de donde están”.
Ted Kattouf, presidente de AMIDEAST, reconoció el trabajo de Harvard y la Embajada de Estados Unidos en Beirut para restaurar rápidamente la visa de Ismail, lo que le permitió regresar a Massachusetts justo a tiempo para comenzar las clases en la universidad.
Si bien Ismail finalmente pudo comenzar sus estudios universitarios, la situación de los palestinos sigue empeorando. El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu prometió, en caso de ser reelecto la semana próxima, anexar al menos un tercio de Cisjordania, lo que socavaría aún más las esperanzas de lograr un Estado palestino viable. En la Franja de Gaza, durante la Gran Marcha del Retorno que se lleva a cabo todos los viernes desde marzo de 2018, más de 7.400 manifestantes pacíficos resultaron heridos y al menos 210 palestinos han muerto, entre ellos, niños y personal médico, a causa de disparos de francotiradores del ejército israelí.
El asedio de Gaza debe terminar. Los estudiantes de la Franja, de Cisjordania y de los campos de refugiados de las áreas vecinas deben tener libertad para estudiar, en casa o en el extranjero. La injusticia que sufrió Ismail Ajjawi a manos de los agentes federales del aeropuerto de Logan debe investigarse a fondo y se debe evitar que vuelva a suceder.
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