| Ficha técnica | 93 - Real Madrid: Llull (12), Rudy Fernández (4), Suárez (8), Mirotic (18) y Begic (4) -quinteto titular- Sergio Rodríguez (8), Carroll (13), Slaughter (2), Hettsheimeir (7), Draper (5), Darden (1) y Reyes (11).
82 - Estudiantes: Granger (22), Kirksay (15), Kuric (11), Barnes (2) y Clark (11)-quinteto inicial- Fisher (2), Jaime Fernández (6), Vicedo (4), Guerra (-), Brizuela (-), Kyzlink (-) y Nogueira (9).
Parciales: 29-18, 21-20, 25-17, 18-27.
Árbitros: Redondo, Peruga y Manuel.
Incidencias:Trigésima segunda jornada correspondiente a la Liga Endesa, disputado en el Palacio de los Deportes (Madrid) ante 7.506 espectadores. |
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La maquinaria está perfectamente engrasada. El Real Madrid se presentará, este viernes, en Londres en máxima plenitud para hacerse con su novena Copa de Europa. No sabemos si este estado de perfección baloncestístico, físico y mental será positivo o negativo. Lo que está claro es que derribar a este equipo es una tarea tan complicada como coronarse en el Himalaya. En una semana, el Real Madrid se ha impuesto a Barcelona y Estudiantes con dos actuaciones igualmente convincentes. La autoestima, además, está en cotas históricas.
Estudiantes, y es un decir, sólo aguantó hasta el descanso (50-38). Sucedió así porque el Real Madrid mantuvo con vida el derbi y porque Granger se empeño en hacerse con un hueco en todas las crónicas con sus 19 puntos al descanso (38 de Estudiantes). Porque nada más comenzar el tercer cuarto, el Real Madrid enseñó sus colmillos y devoró a Estudiantes (73-51). Éstos ni se enteraron. Sufrieron un huracán ofensivo (25 puntos) y un ciclón en defensa. El Real Madrid, por momento, bordó el baloncesto. Ese que gusta a cualquier aficionado exigente. Hubieran borrado del mapa a cualquier adversario. Y eso que este Real Madrid no se jugaba absolutamente nada en la clasificación. Eso sí, el orgullo de ganar un derbi siempre es una atracción poderosa.
Lo demostraron desde el comienzo. Lo contrario que Estudiantes. Ellos saltaron fríos y como lamiéndose las heridas de no contar con English y Germán Gabriel, dos baluartes de mucho peso. Dos ausencias importantes. Casi más el capitán que el anotador. Porque el Real Madrid dominó ambos aros con enorme facilidad, tanto en el rebote como en el aspecto anotador: al descanso, a excepción de Slaughter (jugó sólo en segundo tiempo), todos los jugadores habían anotado. Todo ello después de un 8-0 de salida y otro parcial semejante al término del primer cuarto: 29-18. Era un aviso de una pesadilla para Estudiantes.
Los colegiales no tuvieron forma de detener al Real Madrid. Su defensa hacía aguas ante el poderío anotador del cuadro de Laso, cuyas rotaciones apenas desinflaron a su equipo, contundente y veloz como siempre y agresivo como nunca, con un Estudiantes que sudó sangre hasta anotar. El derbi se mantuvo en el aire (y es casi una licencia con Estudiantes) hasta ese tercer arrollador cuarto. Y porque Jaime Fernández movió a sus compañeros y Granger tenía en su mano un fusil preciso desde el triple. Cuando el primer se sentó y el segundo desapareció (2 puntos en ese tercer cuarto), Estudiantes, que sólo fue capaz de maquillar el marcador en el cuarto de desenlace, fue engullido por un Real Madrid que llegará a la cita de Londres en un momento dulce. Quizá sea el momento oportuno de endulzarse con una Copa de Europa.
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