Para los amantes del fútbol esta semana se puede decir que
ya ha empezado el “otoño”. Comienzan de nuevo los agobios con las colecciones
por fascículos, el vientecillo que ya no es solo fresco y señores, vuelve la
Champions.
Esa competición que tiene un “color especial” y que nos hace
a todos entrar de golpe en la nueva temporada. Que nos llena de entusiasmo y
que nos pone los pelos como escarpias en cuanto tintinean los primeros acordes
del himno. Suena “friki” sí, pero oye cada uno tiene sus vicios.
Las semanas de Champions nos tienen a media Europa pillados
delante del televisor. Solo unos pocos privilegiados pueden ir al campo a
sentir el espectáculo en vivo ya sea con sus ahorros o con los del resto del
país. Allá cada uno con su conciencia porque está visto que en España, por
alusiones, quien no corre vuela y tonto el último.
Por lo pronto, en cuanto a lo deportivo, esperemos que el
refrán no se cumpla y que lo que bien empieza acabe de igual modo. Salvo descarte
de la Real que tropezó o le hicieron tropezar…el resto de equipos españoles
pisan fuerte y se perfilan como serios rivales acumulando esta primera jornada
unos números que hacen creer en “la orejona”. Pero bueno, torres más altas han
caído y sino que se lo pregunten a Mou que debe pasarse el día jurando en
hebreo con su primer shock europeo esta temporada.
Y otro que no se lo debe creer es Iker. De ángel y salvador
pasó a ser un caído, para los seguidores del luso un traidor y para gran parte
de la afición poco más que un villano. Más que un deportista de élite parece un
actor de telenovela venido a menos. Y ni todo es tan blanco ni todo tan negro. Lo
que no es normal es que después de ganar prácticamente todo defendiendo la
camiseta blanca, acumulando dos Eurocopas y un Mundial en su palmares, tenga
que saltar al terreno de juego frente al Galatasaray como si fuese un portero
de un equipo juvenil. Con los nervios propios de tener que justificarse o
demostrar algo. Está claro que la situación ha cambiado, pero él sigue siendo
el de siempre. Un porterazo reconocido y aclamado por todos que ahora parece no
salir de su particular pesadilla. Una pesadilla donde todos día a día echamos
más leña al fuego sin entender que lo que único que general esta situación es malestar
a título personal y al equipo. Madridista o no, un jugador así siempre es valorado
y no llego a comprender la controversia de la situación. Cuando la falta de
respeto comienza a ser la protagonista, honestamente, todo pierde el sentido.
La ignorancia, sin duda, es muy atrevida, así que mejor no entrar demasiado en
ello.
Un apunte más. Las fieras de Cristiano y Messi parecen
desatarse de nuevo, pero ojo, una cosa tengo clara. Si Isco fuera brasileño,
argentino o igual hasta portugués, valdría por lo menos 100 millones. Control,
elegancia y visión de juego que hicieron que el Madrid brillara después de
estar casi 45 minutos sometido a la pasión turca. La revelación de la temporada
vuelve a tener nombre propio.
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