Abran los ojos y despierten del
sueño blanco. Miles de aficionados al baloncesto todavía seguimos sumidos en la
magia en la que nos envuelven cada jornada los chicos de Pablo Laso.
Ambientazo dentro y fuera del
Palacio, da lo mismo a domicilio o como locales. El proyecto del Real Madrid de
vértigo que estamos viendo esta temporada nos deja casi sin palabras y no
podemos más que alabar y disfrutar del nivelazo que tiene este equipo que vive
sus mejores momentos. Bueno, eso y seguir con la boca y los ojos bien abiertos
para no perder detalle de los destellos de calidad del eje blanco.
Un equipo que enamora y que
sorprende. Que divierte en cada uno de sus ataques. Que confía en sus
posibilidades y que deja rienda suelta a la creatividad. Esos son los
ingredientes básicos que junto con la estabilidad que aporta Laso en el
banquillo, han hecho que la dura y siempre crítica grada blanca vuelva a
presumir de equipo y sobre todo vuelva a llenar las localidades de una cancha
que vibra y asfixia al rival.
Han conseguido despertar el
interés de un público que no se entrega a vítores. Pero en cualquier caso esto
supera cualquier barrera de afinidad. Sea cual sea el color de la camiseta que
defiende cada uno, todo aficionado al baloncesto se hace eco del ver para
creer. Cada partido del Madrid esta temporada es puro espectáculo y nadie
quiere perderse el festival. Aunque pique o corroa la envidia.
Allá por donde pasan firman buenas
sensaciones. Y ahora bien, ¿fruto de la casualidad o de un proyecto fuerte,
estable y perfectamente trabajado o estudiado? Allá cada uno con sus
pensamientos, pero desde luego que si tenemos que quedarnos solo con el
azar…siete de siete en Liga e invictos también en Euroliga a mi parecer es
demasiada buena fortuna.
Laso ha conseguido crear un grupo
que sabe adaptarse a cualquier partido. Donde la calma, la confianza y el buen
ambiente conviven con la competitividad y con el hambre de seguir creciendo y
rindiendo a un nivel superior. Cuando disfruta el equipo y también la afición,
desde luego que hay algo que se está haciendo bien.
Todo eso y que hoy por hoy el
promedio en cada posesión de los blancos ronda los 14.7 segundos. Ataques de
vértigo mucho más rápidos que sus rivales que hacen que el alto factor anotador
marque la diferencia al final de cada partido.
Además es el equipo con menos
cambios de plantilla estas dos últimas temporadas. Son un grupo sólido, se
conocen, saben qué es lo que funciona y su fluidez somete al rival. Figuras
potenciales como Rudy, Carroll, Mirotic o el mismísimo Sergio Rodríguez es lo
que necesitan. Estabilidad y compromiso. Son las señas de identidad de este
Madrid que se presenta de récord.
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