Enero es un mes que comienza repleto de celebraciones tradicionales como el Año Nuevo, la Epifanía, el Bautismo del Señor y Nuestra Señora de Belén en su Huida a Egipto.
El Año Nuevo se celebra el 1 de enero en todos aquellos países que se rigen por el calendario gregoriano, el cual fue establecido en el año 1582 «para mantener la armonía entre las naciones cristianas en la celebración de las fiestas» por el Papa Gregorio XIII en su bula Inter gravissimas del 24 de febrero.
En la Epifanía, o Día de los Reyes Magos, los católicos conmemoran la «adoración de Jesús por unos “magos” venidos de Oriente», tal y como recuerda el Catecismo y que se celebra el 6 de enero. Esta fiesta religiosa es precedida por actos públicos como la recepción oficial a los Reyes Magos y la cabalgata del día 5.
La solemnidad del Bautismo del Señor se celebra el primer domingo tras la Epifanía y con ella se da por concluido el tiempo litúrgico de la Navidad que comienza el 25 de diciembre con el nacimiento de Jesús.
Y es precisamente en este domingo cuando también se celebra la festividad de Nuestra Señora de Belén en su Huida a Egipto, hecho recogido por el Evangelio de San Mateo tras la adoración: «Luego que marcharon, un ángel del Señor se apareció en sueños a José, y le dijo: Levántate, toma contigo al niño y a su madre, huye a Egipto, y estate allí hasta que yo te diga, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo».
Esta festividad tiene su importancia ya que se trata de la patrona de los arquitectos en España. Nuestra Señora de Belén en su Huida a Egipto fue confirmada y declarada patrona de estos profesionales el 12 de septiembre de 1949 por el papa Pío XII.
Sin embargo, su devoción por parte de los arquitectos se remonta al siglo XVII, tiempo en el que los maestros de obras tenían como patrona a Nuestra Señora de Belén, San José y Ángeles. Una historia y tradición de piedad que va unida a la existencia de la Congregación de Arquitectos de Nuestra Señora de Belén en su Huida a Egipto, cuyas ordenanzas fueron aprobadas en el año 1688 por el cardenal arzobispo de Toledo.
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