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La noche caía como un manto de seda negra sobre el horizonte, mientras Lucía caminaba por las calles de un pueblo olvidado por el tiempo. La última luz del sol dibujaba sombras alargadas que parecían extenderse para abrazarla. Había llegado allí en busca de respuestas, de algo que diera sentido a las grietas que sentía en su interior.
El trineo chirrió y el barín arribó atrás el sueño, las verstas y el sopor helado de la estepa y las medidas de aguardiente de los cocheros y otra vez el sueño en menudos copos.
Con puntualidad ansiosa, cada año, cuando el otoño llama a la puerta, aparece por las librerías, como una hoja de árbol caída más, una nueva novela de Arturo Pérez-Reverte. La de 2024 lleva por título ‘La isla de la mujer dormida’, editada por Alfaguara.
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