Dos horas en bus, vivir en Caracas, de aquí, Quinta Crespo, Maripérez, para allí. Viajar como cada cual, llegando a tiempo, pagando cuarenta y nueve bolívares treinta y siete, el bus 33, angustia y peso, dolor y rostro que se cae, que ya no valdrá lavarlo con agua y jabón.
Soy pobre, muy pobre y no llego a fin de mes y mi vida será siempre similar a ahora. No habrá cambio, simplemente viviré cada día como si fuera repetido, en otra ciudad. Besar el cielo como a un caramelo en la boca que se chupa y se saborea y se dice “que sabroso es”. Firmes pasos que guían la mirada puesta en el conjunto, en el universo que engaña y se queda con lo tuyo, espero un enamorado que sea como el trueno, sé que tendrá malos instintos, no me importa, no estamos libres de pecado, con que no me mate, intimide o acose, será suficiente.
Ese es mi universo secreto, pero con el gato Jerry como amigo, es que lo deseo vivir.
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