Las becas destinadas a estudiantes con insuficientes recursos económicos y que inician sus estudios universitarios, deben ser otorgadas a personas con una nota de corte mínima de 6’5, por cinco motivos: para incentivar la cultura del esfuerzo, para fomentar la responsabilidad individual, porque la filosofía intrínseca de esta medida promueve la evolución o el progreso, porque un favor de la administración pública debe tener una base de confianza, y para propiciar la reducción del gasto público.
En primer lugar, ésta es una medida proesfuerzo, ya que para conseguir la beca se deben alcanzar unos resultados, siendo el esfuerzo un camino para la obtención de esa meta. Es cierto que el esfuerzo no asegura conseguir ningún objetivo vital, pero es posiblemente el mejor medio, o como mínimo una gran garantía. También es cierto que el esfuerzo como concepto genérico no se puede medir, pero la necesidad de poner márgenes implica que éste se tenga que cuantificar con una nota límite. De todos modos, la cultura del esfuerzo es gratificante, ya que lograr los objetivos en base a la dedicación y las ganas es un motivo de orgullo.
En segundo lugar, ésta es una medida que fomenta la responsabilidad individual. Hay que destacar, que no debería ser responsabilidad de las personas que pagan impuestos, ni siquiera del Estado, que una persona con insuficientes recursos económicos no pueda estudiar, ya que cada uno es amo de su persona y debe buscar los medios para obtener los recursos necesarios que le permitan estudiar. Por ejemplo, una persona que a sus 18 años no puede estudiar, quizás tendrá que trabajar dos o tres años para poder pagarse los estudios posteriormente.
Cabe destacar, que un contraargumento clásico a este hecho es, que es injusto que haya personas que sí puedan estudiar, porque sus padres se lo permiten económicamente. No obstante, no es un hecho injusto, porque esos padres deciden libremente invertir o gastar parte de su capital en lo que consideran oportuno, que en este caso sería la educación de sus hijos. Por lo tanto, este tipo de decisiones deben ser respetadas.
En definitiva, si un individuo no tiene suficiente capacidad económica y necesita esa beca, tiene dos opciones: llegar al 6’5, o bien, responsabilizarse de su persona y conseguir los medios económicos para poder estudiar.
Asimismo, la filosofía intrínseca de esta medida promueve la evolución o el progreso, ya que implica que los estudiantes que quieran obtener la beca deberán ser autoexigentes e intentar aproximarse a la excelencia.
Por otro lado, la administración pública permite que muchos individuos puedan estudiar una titulación universitaria a causa de la existencia de universidades públicas y becas. Este hecho supone un favor que se le hace a muchos alumnos, no obstante, éstos deberían hacer algo a cambio por la administración pública, o como mínimo tendrían que demostrar que las ayudas recibidas serán aprovechadas. Y es que, hay que recordar que estas ayudas no son gratis, sino que tienen origen en los impuestos de los ciudadanos. Por lo tanto, el requisito de obtener la beca con un 6’5 está totalmente justificado, ya que el favor de la administración pública debe tener una base de confianza.
Finalmente, esta medida propicia la reducción del gasto público, siendo necesario para que no sea un factor que incremente la deuda y para aproximarse al equilibrio presupuestario. Es cierto que no toda política de austeridad está justificada en base al contexto de crisis económica, pero en referencia a esta medida ya se han aportado argumentos de otras índoles. Por lo tanto, también hay que tener en cuenta que esta propuesta aporta beneficios económicos para las arcas públicas.
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