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Eguiguren y Díaz contra Valenciano

Eguiguren y Díaz contra Valenciano. Esa es la campaña electoral. Mientras, Cañete se come un yogur. Caducado
Almudena Negro
lunes, 21 de abril de 2014, 06:43 h (CET)
Semanas se ha pasado Elena Valenciano peleando contra su sombra, debido a que Mariano Rajoy no había comunicado sobre quién se posaría su dedito, es decir, quién sería el elegido. Miguel Arias Cañete, ministro de Agricultura y, como ya demasiados en el PP, abogado del Estado. Un candidato de perfil bajo, que no molesta, no traspasa, no se nota. Cosas de Arriola o del “no” de otros. Vaya usted a saber. El PP en su mundo, que es el del intervencionismo feroz.

Pues bien, acontece que Valenciano había fijado como eje de su discurso electoral la bioideología de género, que, por ser la más coherente de cuantas bioideologías hay y haberla asumido en buena medida la sociedad española y europea, es la dominante entre las filas del PSOE. Sin el feminismo de género no se entiende hoy en día el partido que fundara Pablo Iglesias. Si Indalecio Prieto y Victoria Kent, firmes opositores al voto femenino allá por 1931, levantasen la cabeza…

El sincero discurso de Valenciano contra el maltrato doméstico en un año en que las muertes de mujeres a manos de sus maridos se han disparado parece acertado para su parroquia de votantes. Está bien exigir al gobierno del PP que adopte medidas y se preocupe del tema. Si no fuera por… Eguiguren.

Y es que estos últimos días, justo cuando Valenciano se lanzaba a la denuncia contra el maltrato, ya es casualidad o mala baba de algún aspirante, salió Jesús Eguiguren a la palestra para rebuznar aquello de que Madrid vivía mucho mejor en los años en que más de cien personas caían asesinadas por la banda terrorista ETA de sus desvelos. Y se lio parda, como es normal. Porque resulta que Jesús Eguiguren, presidente del PSOE en el País Vasco, es un maltratador condenado en sentencia ya firme, por golpear a su primera esposa. De esos contra los que pretende alertar Valenciano al PP. El PSOE es el único partido europeo que mantiene en un alto cargo a un hombre condenado por tal delito. Adiós al discurso de Valenciano, que suena a hipocresía.

Para colmo de males, en esos días en que peleaba con su sombra, no tuvo mejor ocurrencia la candidata de Rubalcaba, que poner a Andalucía como ejemplo para Europa. La Andalucía del 30% de paro y mucho más del 30% de fracaso escolar. La Andalucía de ese bluff llamado Susana Díaz, que tengo para mí sabe de política lo que yo de física cuántica, de la que unos cuantos trincones del régimen se lo llevaban crudito. Hasta en cajas de zapatos. Y se lo llevaron por miles de millones. De los cursos de formación para parados. El escándalo no ha hecho más que empezar. Quizá Juan Manuel Moreno Bonilla sea el perfil adecuado, si Javier Arenas se lo permite y se retira de una vez, para cambiar el signo político –dudo que la política- del gobierno de tan bella tierra. Ay, Valenciano. En Baviera, sin duda, no quieren saber nada de tan edificante modelo … de mangoneo.

Eguiguren y Díaz contra Valenciano. Esa es la campaña electoral. Mientras, Cañete se come un yogur. Caducado.

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