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En los últimos años los días internacionales han invadido nuestro calendario. El uso masivo de Internet y las Redes Sociales han influido de manera decisiva en la creación de la mayoría de ellos. Así, a los clásicos que llevan toda la vida con nosotros, como el Día Internacional de la Mujer -8 de marzo-, promulgado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1972 o el Día Internacional de la Paz -21 de septiembre- establecido por este mismo organismo en 1981, se le han sumado otros tantos de diferente índole, ya sea cultural, política o medioambiental. Algunos realmente particulares, como el Día Internacional del Jazz -30 de abril-, el Día Internacional de los Vuelos Espaciales Tripulados -12 de abril- o el Día Internacional del Juego Responsable -17 de febrero-. Este último, como ocurre con muchos otros, con el objetivo de concienciar a la sociedad actual sobre el buen uso de algún producto, en este caso el Juego, ante el creciente número de casas de apuestas de carácter universal como Sportium, bwin o 888sport, entre otras.
Y es que el motivo principal por el que empezaron a crearse los días internacionales o mundiales es ese, sensibilizar a la sociedad o generar cierta conciencia sobre aspectos determinantes para nuestra salud, convivencia, derechos y, más recientemente, sobre nuestro planeta. En resumen, para hacernos pensar. Como decíamos, tradicionalmente era la Organización de las Naciones Unidas (ONU) o alguno de sus organismos oficiales (OMS, OIT, FMI, UNESCO…) los encargados de proponer en sus asambleas estas jornadas internacionales. Pero a esa iniciativa oficial en el marco europeo se han ido uniendo con el paso de los años empresas, asociaciones y otras instituciones privadas que han tratado mediante potentes mecanismos de marketing viral crear un día internacional. Y algunas lo han conseguido.
Así, en la actualidad encontramos más de 400 días internacionales, solapándose en el calendario varios de ellos, y de los cuales solo 150 están oficialmente listados por la ONU. Este organismo político asegura que “la promulgación de estas fechas es una llamada de atención a los medios de comunicación y a su vez a la opinión pública para informar de que existe un problema sin resolver”. De este modo, en el último lustro el cambio climático ha provocado la aparición de numerosos días internacionales relacionados con este asunto de trascendencia planetaria: Día Meteorológico Mundial -23 de marzo-, Día Internacional de la Madre Tierra -22 de abril- o el Día Internacional de las montañas -11 de diciembre-. Todos ellos se suman al pionero Día Mundial del Medio Ambiente -5 de junio-, promulgado en 1972 con el objetivo claro de crear un sistema sostenible. Poco efecto ha conseguido.
Aunque lo cierto es que, como apuntábamos, muchas multinacionales o iniciativas privadas han tratado de hacerse un hueco en ese calendario que en pleno 2020 presenta un overbooking de días mundiales. Y muchos de ellos son verdaderamente extravagantes, incluso absurdos si tenemos en cuenta el objetivo inicial de estas jornadas: generar una conciencia social sobre un tema trascendente. Así, próximamente se celebrará el Día Mundial del Pistacho -26 de febrero-, todo un éxito de la industria alimentaria de los frutos secos, de igual manera que el 4 de diciembre lo hará el Día de la Galleta (con el aplauso de las azucareras) y el 17 de octubre el Día Mundial de la Pasta (con el beneplácito de la cocina italiana). Para el 26 de abril queda el Día Mundial del Pene (¿?), cuyo origen se ubica en Japón, y para el 5 de diciembre el Día Internacional del Ninja, también por petición del país del sol naciente.
Lo cierto es que, tras la degeneración del calendario inicial creado por la ONU, muchos días internacionales que tratan de publicitar asuntos delicados, como son los relativos por ejemplo a las Enfermedades Raras , tienen menos repercusión mediática que otros bastante absurdos. Y que por lo surrealista de su propia existencia han alcanzado más popularidad que los días mundiales importantes. Un poco contradictorio todo. Y dantesco en algunos casos.
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