Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Felipe VI | MARRUECOS

Felipe VI y el Sáhara marroquí

La visita del rey Felipe a Marruecos confirma el creciente aislamiento de los separatistas saharuis y del Frente Polisario en el plano internacional
Luis Agüero Wagner
lunes, 21 de julio de 2014, 07:26 h (CET)
Marruecos, como ya sucedió muchas veces con gobernantes españoles, fue el primer destino del recientemente coronado rey Felipe VI fuera de la Unión Europea.

Mohamed VI y Felipe VI se entrevistaron a mediados del presente mes de Julio en el Palacio Real de Rabat, donde el monarca español agradeció al rey alaouí la ratificación del acuerdo de pesca con la Unión Europea, aprobado por la Eurocámara en diciembre pasado, y que sólo estaba pendiente de la firma del rey de Marruecos.

El acuerdo resultó altamente beneficioso para España, que se lleva un centenar de las 126 licencias concedidas, sobre todo a andaluces y canarios. Este trato dará trabajo a unos 1.500 tripulantes de navíos pesqueros, además de incrementar en un tercio las posibilidades de pesca para la flota comunitaria..

Durante su estadía en el reino norafricano, el Rey marroquí ha impuesto a Felipe VI el Wissam Al Mohammadi, la más alta condecoración del reino alauí. Presenciaron el acto la esposa de Mohamed VI, Lalla Salma, su hermano, Mulay Rachid, y sus hermanas Lalla Asma, Lalla Hasna y Lalla Meriem.

Los Reyes de España fueron agasajados a su llegada con un iftar en su honor, la única comida del día con la que los musulmanes rompen el ayuno durante el mes de Ramadán.

Las visitas de jefes de Estado y de Gobierno no son habituales en Ramadán, cuando casi se paraliza la actividad del país, por lo que la predisposición de Marruecos para recibir a los reyes de España en estas fechas constituye una deferencia muy especial.

En Marruecos existen unas 800 empresas españolas instaladas, pero las que realizan negocios entre ambos países involucrados suman unas veinte mil. Los estrechos lazos entre España y Marruecos exteriorizados durante esta visita reflejan la voluntad mancomunada para enfocar los conflictos planteados por los asuntos de Ceuta, Melilla, y sobre todo el Sáhara Occidental.

Este nuevo acercamiento español, como era previsible, desató la ira del separatismo saharauis, cuyos líderes advirtieron en tono de amenaza que España se arrepentirá de no haber apoyado la causa saharaui.

El revés sufrido por los saharauis con España se sumó a la humillante objeción a recibir a Joaquim Chissano, que pretendía hablar a favor de ellos en nombre de la Unión Africana, por parte de Pekín y Moscú.

Desde hace cuarenta años, un grupo apoyado por Argelia viene realizando una infructuosa campaña separatista con respaldo de las ONG que lucran con el conflicto y su prensa adicta.

La posición de Marruecos fue siempre apetecida. Lo demostró ya el Imperio Romano, que la ocupó y dio el nombre de Mauritania Tingitana, y al que siguieron visigodos, bizantinos, árabes, españoles, ingleses y franceses. De allí habían venido a poblar la península los íberos que encontró Julio César en tiempos de la expansión del Imperio romano, de allí que los constructores de la Alhambra son abuelos de los españoles actuales y también de los actuales marroquíes.

No resulta extraño, pues, que Argelia pretenda amputar a Marruecos su territorio en busca de una salida atlántica que lo rescate de su confinamiento al Mediterráneo, y para ello instrumenta la “causa saharaui”.

Para justificar su “reclamo” de contramano a las razones políticas, históricas y económicas, los argelinos solventan varios campamentos, uno de ellos en Tinfouf (hoy en territorio de Argelia).

Precisamente sobre esta ciudad el explorador y naturalista francés Theodore Monod había señalado: “Cuando llegáis a Tindouf, has llegado al primer Ksar (castillo) marroquí. Tanto la arquitectura como la indumentaria constituyen testimonios fidedignos de ello”.

Desde tiempos del imperio almorávide (que era un imperio marroquí) todas las rutas que atravesaban el Sáhara y comunicaban el oeste africano con el Mediterráneo estaban bajo control marroquí. Fue con estas realidades en la mano que Hassan II declaró que recuperando el Sáhara Occidental restablecía las raíces de un árbol cuyas ramas ascendían al Mediterráneo. Esta realidad histórica y política incontestable tropieza con la visión que tiene la vieja Europa colonialista y eurocéntrica, y los intereses de sus activistas que viven en las ONG invocando supuestas causas altruistas, así como la falta de sinceridad en la política exterior de Argelia.

En este conflicto del norte de Africa muchos países latinoamericanos se han asomado con ojos ajenos cometiendo graves errores de apreciación, en desmedro de sus propios intereses, tomando partido por violentistas que se empecinan en crear un estado fallido.

El acercamiento de España a Marruecos constituye, en fin, cuando menos una señal para la hispanidad de replantearse la cuestión y repensar el Magreb, territorio poéticamente interpretado como un pedazo de Latinoamérica en Africa por el preclaro líder del Partido del Progreso y el Socialismo marroquí, Moulay Ismail Alaoui.

Y recordar sobre todo que se trata de la llave del estrecho de Gibraltar; el camino de las Canarias, las colonias y la hispanidad americana; el camino a los dos mundos entrelazados de los árabes y el Islam; la España genuina disfrazada con turbante. Un pedazo de Latinoamérica en el estratégico Estrecho de Gibraltar.

Noticias relacionadas

Cuando Zapatero dejó de proteger a unos cuantos de “su club de la ceja” ocurrieron cosas como que Joaquín Sabina –ese cantante rojo confeso y vividor fiel y multimillonario que ningún padre querría para su hija– estuvo en el punto de mira de Hacienda por un presunto fraude fiscal. «¿Tú también?», se preguntó en ese momento la izquierda progre. Y no sólo él, también estuvieron señalados otros como Serrat, J.J. Vázquez o Bardem...

El cristianismo posee una influencia filosófica derivada del platonismo y el aristotelismo y también del neoplatonismo. Si pensamos, por ejemplo, en teólogos y filósofos de la categoría de San Agustín y Santo Tomás de Aquino. La doctrina cristiana se expresa además como la manifestación de la inquietud del corazón humano o, lo que es lo mismo, como señal de su vocación al infinito.

El miedo es un cúmulo de sensaciones bruscas y ásperas, provocadas por una inminente amenaza que todos los humanos, unos más que otros, tenemos una aversión enorme, y cuando vemos el peligro, nos retiene en nuestros sentidos todas estas sensaciones, una desconfianza enorme y difícil de descifrar, dejándonos aturdidos y confundidos.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto