Hasta finales de marzo la ‘Mariposa Monarca’ seguirá coloreando los bosques de Michoacán de rojo y negro. Las colonias de este lepidóptero viajan casi 5.000 kilómetros desde Canadá y Estados Unidos para buscar el calor durante dos meses de hibernación en los árboles de los montes michoacanos y recuperar fuerzas para su regreso al norte.
Estos bosques son santuarios para ellas. Los meses de febrero y marzo son las fechas idóneas para visitarlos. Los primeros rayos de sol que anuncian la llegada de la primavera, van despertando a las mariposas que comienzan a recuperar sus funciones vitales y a revolotear en las partes bajas de los bosques, convirtiendo dicho momento en un espectáculo natural único.
Conforme avanza el mes de febrero, las ‘Monarca’ abandonan los racimos que forman en los troncos de los árboles y comienzan a buscar agua y alimento. Es por ello, que en las horas más cálidas del día, los bosques comienzan a llenarse de nubes ‘rojas y negras’ en busca de arroyos y néctar de las flores.
Santuarios de la Monarca en Michoacán
En el estado mejicano existen varias zonas concretar donde poder ver este mágico momento:
El Santuario de Senguio: Es uno de los menos conocidos, se encuentra en la ‘Sierra Chincua’. El camino hasta la mariposa se puede realizar a pie, en caballo o incluso en coche. El recinto está preparado con cabañas y zonas de acampada para poder pasar varias noches.
El Santuario Sierra Chincua: Es el segundo punto más visitado, se encuentra en el corazón de la Reserva de la Biósfera de la ‘Mariposa Monarca’. El santuario cuenta con un centro de interpretación, donde el visitante puede conocer todo sobre este animal y realizar numerosas actividades en naturaleza como: tirolinas, puentes colgantes o escalada.
El Santuario de El Rosario: Es el santuario más grande y más visitado de Michoacán. Está a pocos kilómetros del pueblo mágico de Angangueo, una localidad minera con un conjunto arquitectónico impresionante, de grandes iglesias, pequeñas casa rurales rodeado de puro manto verde natural.
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