Estimular una región particular en el cerebro a través de la entrega no
invasiva de una corriente eléctrica mediante pulsos magnéticos, llamada
estimulación magnética transcraneal, mejora la memoria, según informa
un nuevo estudio de la Universidad de Ciencias de la Salud Northwestern,
en Bloomington, Minnesota, Estados Unidos.
El descubrimiento, que se detalla en la edición de este viernes de la
revista 'Science', abre un nuevo campo de posibilidades para el
tratamiento de alteraciones de la memoria causadas por condiciones
como el derrame cerebral, la enfermedad de Alzheimer en fase inicial, la
lesión cerebral traumática, el paro cardiaco y los problemas de memoria que se producen
durante el envejecimiento saludable.
"Por primera vez, demostramos que se puede cambiar específicamente funciones de la
memoria del cerebro en los adultos sin cirugía o fármacos que no se han mostrado
efectivos", afirma el autor principal, Joel Voss, profesor asistente de Ciencias Sociales en
Medicina en la Escuela de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern. "Esta
estimulación no invasiva mejora la capacidad de aprender cosas nuevas. Tiene un
enorme potencial para el tratamiento de trastornos de la memoria", resalta.
El estudio también es el primero en demostrar que recordar eventos requiere que una
colección de muchas regiones del cerebro trabajen en conjunto con una estructura clave
de la memoria llamada hipocampo, similar a una orquesta sinfónica. La estimulación
eléctrica es como dotar a las regiones del cerebro de un director con más talento, de
forma que trabajan en la más estrecha sincronía.
El enfoque también tiene potencial para el tratamiento de trastornos mentales como la
esquizofrenia, en la que estas regiones del cerebro y el hipocampo están fuera de
sincronía con las demás, alterando la memoria y la cognición. Según sus autores, el
estudio de la Northwestern es el primero en mostrar que TMS mejora la memoria mucho
después del tratamiento.
En el pasado, se ha utilizado esta técnica de forma limitada para cambiar
temporalmente la función del cerebro con el fin de mejorar el rendimiento durante una
prueba, por ejemplo, hacer que alguien apriete un botón ligeramente más rápido mientras
que el cerebro está siendo estimulado. El estudio muestra que la TMS se puede utilizar
para estimular el recuerdo de eventos de al menos 24 horas después de administrar la
estimulación.
No es posible estimular directamente el hipocampo con TMS porque está demasiado
profundo en el cerebro para que los campos magnéticos penetren hasta él. Así, mediante
el uso de una resonancia magnética, Voss y sus colegas identificaron una región del
cerebro superficial, a un centímetro de la superficie del cráneo, con alta conectividad con
el hipocampo y quisieron ver si dirigir la estimulación a este lugar podría, a su vez,
estimular el hipocampo.
"Me quedé asombrado al ver que funcionó tan específicamente", afirma Voss. Cuando
se utilizó TMS para estimular este punto, las regiones del cerebro involucradas en el
hipocampo se volvieron más sincronizadas entre sí, como lo indican los datos tomados
mientras los sujetos estaban en el interior de una máquina de resonancia magnética, que
registra el flujo sanguíneo en el cerebro como una medida indirecta de la actividad
neuronal.
Cuanto más de esas regiones trabajaron juntas gracias a la estimulación, las personas
fueron más capaces de aprender nueva información. Los científicos reclutaron para su
trabajo a 16 adultos sanos de 21 a 40 años, a los que se les realizó una imagen anatómica
detallada de su cerebro, además de una grabación de diez minutos de su actividad
cerebral mientras resposaban en silencio dentro de un escáner de resonancia magnética.
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