Lo he dicho con anterioridad, y no soy el único. Muchos han reparado en ello. Los 'progres' reverencian la tolerancia. Prácticamente la idolatran. Para ellos es como una religión. Bien, ahora llega un estudio que avala la idea.
Un nuevo estudio del Pew Research concluye que en lo que respecta a la enseñanza de los chavales, los 'progres' dan mucha más prioridad a inculcar "la tolerancia" que a la enseñanza de la religión. Que los 'progres' están haciendo esto en los centros escolares está patentemente claro, pero al parecer también lo hacen en su hogar.
En este punto, concluye el Pew, los 'progres' son el extremo opuesto a los conservadores. "Las diferencias ideológicas más claras [entre izquierdistas y conservadores] se presentan a tenor de la cuestión de la enseñanza de la confesión religiosa", concluye el Pew. "Entre quienes mantienen posturas constantemente conservadoras a lo largo de un abanico amplio de valores políticos, el 81% considera especialmente relevante que a los menores se les inculque la confesión religiosa… Entre quienes mantienen opiniones constantemente de izquierdas, apenas el 26% valora de manera especialmente importante la confesión religiosa, y solamente el 11% considera que se encontraría entre las facetas de la educación infantil más relevantes".
Por otra parte, concluye el estudio, la friolera del 88% de los estadounidenses "de izquierdas unánimes" sitúa la tolerancia como su valor más importante en la enseñanza de sus hijos.
Si bien el dato es significativo, también es limitado. Depende sobre todo de cómo se defina "la tolerancia" y en especial de la definición de tolerancia de los 'progres' que se definen tolerantes.
Yo estoy convencido de que, en general, los 'progres' no son tolerantes realmente. Los progres solamente toleran lo que quieren tolerar. Toleran las cosas con las que están de acuerdo - cosa que, por supuesto, no es tolerancia. La tolerancia consiste en aceptar las diferencias a menudo espinosas que surgen entre alguien con quien usted discrepa fuertemente y usted, y respetar el derecho de esa persona a tener un punto de vista contrario. Obviamente, éso no es progresismo. Se puede poner de manifiesto de múltiples maneras, pero pensemos en dos ejemplos destacados presentes en los titulares cotidianos: el comportamiento de los 'progres' hacia el matrimonio homosexual, y la actuación de los progres con el aborto.
Los izquierdistas denuncian, demonizan, boicotean, atacan físicamente, imputan delitos, montan piquetes, presentan pleitos, multan y hasta amenazan con encarcelar incesantemente a las personas que no están de acuerdo con ellos en la cuestión del matrimonio entre personas del mismo sexo. Si su familia posee un granero en Nueva York (o en cualquier otro lado) y rechaza alquilarlo a una pareja homosexual para la celebración de unas nupcias porque tal acuerdo vulnera sus creencias religiosas y su libertad religiosa, los 'progres' le multarán con 13.000 dólares. Si usted trabaja en Elaine Photography en Nuevo México y se atreve a no hacer el reportaje fotográfico de una boda homosexual, los izquierdistas le llevarán a juicio. Si usted pertenece a la familia Klein de Oregón y opta por no elaborar el pastel de una ceremonia homosexual, le montarán piquetes, le arrastrarán ante audiencias públicas y su sustento será arruinado por izquierdistas. Si usted se llama Jack Phillips y es un panadero de Colorado o un florista de un buen número de estados, y de igual forma opta por no prestar sus servicios en actos sociales de parejas del mismo sexo, se le amenazará con penas de cárcel. Si usted es el propietario del Chick-fil-A o de cualquier otra empresa, y se atreve a admitir públicamente que está en contra de la modificación de la definición del matrimonio porque usted cree que su Dios dice que no se puede, los izquierdistas le asegurarán a muerte que Jesucristo le va a mandar al infierno. Podría seguir sin parar con más ejemplos: El consejero delegado dimitido de Mozilla, el periodista deportivo Craig James, el propietario de pastas Barilla, el gobernador de Arizona, etc. etc. etc.
Los 'progres' rechazan tolerar a quienes rechazan modificar la definición del matrimonio.
En cuanto al aborto, los 'progres' no sólo van a negarse a respetar su punto de vista; van a insistir en que usted financie sus abortos. Desde la demanda de la empresa Hobby Lobby y su seguro de franquicia que no cubre los abortos hasta las Hermanitas de los Pobres, le harán pagar. Si no paga, le multarán con contundencia.
Podría seguir sin parar con más ejemplos de más polémicas. Fíjese en la forma en que los izquierdistas dirigen las universidades, el campo de maniobras de sus misioneros de la diversidad. Los claustros de estos centros universitarios están compuestos por docentes de izquierdas en un 80-90%, y los conservadores no sólo están condenados al ostracismo sino que a menudo tienen prohibido intervenir en los campus o son objeto de las protestas indignadas de estos autoproclamados defensores de la apertura de miras y la libertad de expresión.
Todo esto nos dice mucho de los izquierdistas, pero sobre todo evidencia lo adulterado de sus reivindicaciones de "la tolerancia".
Siendo sinceros, lo que los 'progres' practican se llama en realidad "tolerancia selectiva". Y cuando usted y su punto de vista no entran dentro de esa tolerancia selectiva, ellos le dirán que usted está en contra de la tolerancia, que está en contra de la diversidad, y que "odias".
Todo lo cual me lleva al estudio de Pew. A mí me parece que han sacado a la luz algo todavía más profundo. Muchos izquierdistas han abandonado la religión porque no encaja en su definición de lo que debe ser la religión (o Dios). Se han marchado en masa del cristianismo a causa de facetas concretas que no coinciden con su forma de ver el mundo. Su cristianismo es, en el mejor de los casos, una especie de cristianismo de buffet, en el que se elige y se opta por los elementos de la confesión que son de su gusto y se dejan en el plato los que no. Es un cristianismo selectivo.
Los 'progres' practican más bien la confesión de la tolerancia. Pero también se trata de una confesión selectiva.
Y lo más irónico es que esta tolerancia selectiva a menudo excluye lo religioso - o al menos lo religioso que molesta a los 'progres'.
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