La psicología positiva estudia el bienestar humano, que se traduce en crecimiento
personal, parece complejo realizar los cambios adecuados en nuestra vida para así
potenciar las competencias vitales que nos ayuden a crecer como personas. Pero nos
equivocamos ante esta afirmación, ya que lo que necesitamos es poner en nuestra
vida los distintos elementos que potencien nuestro bienestar y que nos ayuden en
un primer momento a incrementar los niveles de satisfacción con la vida.
La psicología positiva en la década de los noventa gracias a los trabajos del psicólogo
Martin Seligman, padre de esta disciplina, dedicada a potenciar y mejorar la vida de
las personas. Desde ese momento se han aunado esfuerzos es potenciar los estudios
sobre la esperanza, la felicidad, las fortalezas del carácter, los valores, las relaciones
positivas, la resiliencia, etc.
Por supuesto, la psicología positiva no ignora los problemas o los trastornos
psicológicos, sino que viene a complementar la psicología tradicional como una rama
más de conocimiento y estudio del ser humano desde una nueva perspectiva.
Además ella nos dará los primeros brotes de felicidad en ese jardín que hemos
decidido cultivar, para ello solo tenemos que potenciar nuestra emoción positiva,
siguiendo a Seligman. Esa emoción positiva conformada por la felicidad como
elemento principal, así si somos capaces de comenzar a generar felicidad, a sentirnos
en definitiva felices estamos comenzando los pasos para forjar un buen bienestar.
Para ello has consciente el día a día, aprécialo, vívelo disfrutando de los momentos
como si fueran únicos. Ríe, practica deporte, da paseos al aire libre, aprovecha los
momentos y sácale partido a tu vida.
Junto a esta vivencia emocional es importante encontrar en nuestra vida elementos
que potencien la entrega, es decir, hobbies que te ayuden a fluir, tareas y trabajos que
te permitan poner todos tus sentidos y hacer que el tiempo se transforme y se casi
imperceptible, y que tu mente fluya con las ideas y genere creaciones originales. La
sensación que experimentarás a posteriori, te dirá que has disfrutado y que has sido
feliz, y esa sensación generará emociones positivas.
Pero aún ve más allá busca sentido a tu vida, has cosas que te identifiquen, vuélcate
en actividades que de sentido a cada segundo que vivas, identifícate con unos ideales
o lleva los tuyos a la práctica, potencia tu espiritualidad si así lo deseas; pero rodea de
sentido todo ese mundo en el que te mueves.
Pero no solo de sentido, rodéate de amistades positivas, te pareja, y únete a grupos,
con los que puedas compartir todas estas experiencias, con el tiempo verás que tu
bienestar será estable, habrá aumentado tu satisfacción con la vida y te considerarás
feliz.
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