Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Dúo Dinámico | Coronavirus | Pandemia

​¿Son las ocho?

Oigo bullicio fuera de casa. Ya son las ocho
María del Carmen Portugal Bueno
lunes, 30 de marzo de 2020, 13:09 h (CET)

Recuerdo los ladridos de Loba avisando que mi padre había llegado de trabajar, aunque todavía no había puesto un pie en la entrada.

Son las ocho, hora fijada en toda España para agradecer con aplausos a los sanitarios su duelo contra el coronavirus, su extenuante lidia por salvar vidas.

Salgo a la terraza. Balcones y ventanas de los edificios que rodean al mío están aplaudiendo. Me uno a ellos.

Gratitud, fortaleza, ánimo y solidaridad son los sentimientos que envío con cada palmada, con las mismas manos transmisoras de la infección.

Con estas mismas manos lanzo un grito de agradecimiento. Y lo hago con las manos libres, sin protección, porque estoy en casa a salvo. Ellos no.

El ruido de una sirena irrumpe en los aplausos. Me asomo. La policía nacional está haciendo su ronda y se unen al homenaje. Otros héroes que están en primera línea, pienso. Pero enseguida recuerdo haber leído declaraciones de médicos afirmando que no son héroes, que son profesionales. ¡Qué grandes!

Este alboroto se adentra en la noche y deseo que la oscuridad que nos rodea a todos sea transmisora de mi afecto para aquellos que se enfrentan cara a cara al COVID-19.

Me siento bien. Me siento útil.

Las ocho. Palmas y silbidos me invitan a agradecer, otro día más, la labor de nuestros custodios. Y lo hago junto a decenas de vecinos en sombras.

Muere el primer profesional de la sanidad con coronavirus, leo en la pantalla del portátil. Me sobresalto, no debido a la noticia, que me encoje el corazón, sino a una explosión de decibelios que ha rasgado sin piedad el silencio de la noche.

¿Son las ocho?

Recuerdo a mis padres, no por su confinamiento, sino por sus historias de guateques a ritmo del Dúo Dinámico. No me resisto y me sumo a las palmas a ritmo de los sesenta.

Otra noche que piso mi terraza para alentar a todos, en especial a mi cuñada y amigos sanitarios. Luego me evado por unos minutos al son de la música. Ellos no. Ellos no podrán.

Siento que las ocho ya no es el aliento de ánimo de unos muchos a unos pocos. El aplauso agradecido y tenso ha sido degradado a una verbena de barrio.

Me siento mal. Se merecen un instante de mi tiempo dedicado exclusivamente a ellos. Un aplauso con un antes y un después en silencio, ese que no disfrutan desde hace tiempo. Y, después, bailemos.

Volveré a salir al frío de la noche para aplaudir calladamente con la esperanza de infundir a nuestros veladores calma, recogimiento y paz. Y esto con la solemnidad que precisa, la misma que ellos aplican a nuestras vidas.

Mientras, siguen estando presentes en mis oraciones.

Noticias relacionadas

El acceso a una vivienda digna es uno de los temas que más preocupa a nuestra sociedad. Relacionado con este asunto surge el problema de la ocupación ilegal de bienes inmuebles, algo que inquieta a gran parte de la población. Muchos ciudadanos se sienten desamparados e indefensos, especialmente los implicados en sucesos de ocupación, al percibir una falta de sensibilidad por parte de las autoridades y creer que hay impunidad ante la comisión de un delito.

Aclaremos el panorama. Si el presidente de la única superpotencia realmente existente lanza su ofensiva mundial de aranceles clamando -como si fuera un muy debilitado llorica- “nos han engañado durante más de 50 años, (…) América empezará a ser rica de nuevo”, desvela dos realidades. Una, que la hegemonía estadounidense realmente camina hacia su ocaso mundial. Y dos, que su burguesía monopolista apuesta por golpear a los países y pueblos del mundo.

En la sociedad de hoy, hay quien confluye en la idea de rechazar la propiedad como elemento esencial en la libertad de los ciudadanos. El acceso a una vivienda en España se ha convertido en un camino lleno de obstáculos: subidas de impuestos, falta de vivienda social, aumento de precios por la falta de oferta, especulación, complicidad con los movimientos de 'okupación' ilegal de viviendas, etc.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto