Otra semanita más y en un contexto donde hasta los protagonistas del Ébola en España se suman al carro de defenderse o sacar rentabilidad en los platós de televisión, donde uno de los posibles presidentes de gobierno sueña con un programa también en este medio o donde un montón de abogados luchan por intentar que la Pantoja no ingrese en prisión como si les fuera la vida en ello; en todo este contexto, se encuadra la recién estrenada imagen del FC Barcelona. Vuelve el sonado fin de ciclo, cómo les gusta a los medios esta expresión. Será casualidad o inicio de una racha no demasiado favorable. Con tan poco margen todavía no se puede juzgar ni afirmar ninguna de las dos opciones, pero lo que está claro es que el Super Glue de Luis Enrique tampoco se parece en nada al que usó en su momento Pep Guardiola. El club culé no consigue dar con la tecla desde la salida del catalán. La unidad y el juego colectivo en el campo parece que están quedando relegados a un segundo plano, donde la unanimidad y el protagonismo de algunos de sus jugadores, parece estar por encima de todas las cosas. Cuestionada también una política de fichajes que no logra reactivar a un grupo donde parece que hoy por hoy a lo único a lo que juega es a intentar despertar a su estrella con un homenaje que haga que vuelva a confiar y a sacar la mejor versión de él mismo. Veremos si Luis Suarez saca también sus armas de líder y dan entre todos una vuelta de tuerca a los planteamientos de los últimos choques. La Champions, la Liga o la Copa no esperan por nadie y los compromisos o se afrontan sin tener en cuenta pasadas derrotas o malos ambientes, o al final la mala racha sí se va a convertir en ese fin de ciclo tan comentado y recurrente. Pero bueno, mientras, vamos a darles un poco de margen para que se estabilicen y se encuentren a ellos mismos, que Luis Enrique bien se merece eso. Además también tenemos otros protagonistas en los que centrarnos porque las secciones de política y de sociedad de este país siguen estando copadas. En un diario justo leía hoy, que en Suecia están pensando en cerrar cuatro centros penitenciarios porque no logran rentabilizarlos debido al escaso índice de criminalidad. Estoy por llamarlos y decirles que no corran tanto, que en cuestión de unos meses en España nos van a faltar plazas en la cárcel y vamos a tener que mandárselos. Suecos y suecas, piénseselo dos veces, aquí hay negocio, que en España tenemos excedente.
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