Y probablemente buscar la FELICIDAD (sin entender en concepto en sí) de forma constante y plena, es lo que nos lleve a hablar en ocasiones de infelicidad.
De forma personal, entiendo felicidad como momentos puntuales de bienestar, relacionados con sensaciones de placer, y la interpretación del cerebro. Quizá antes de buscarla, debamos instruirnos en: aprender a ser felices.
Si no aprendemos a analizar los pequeños detalles de nuestra vida, lo que nos llena y nos completa, es difícil hablar de un concepto tan abstracto como éste. Podríamos entender la felicidad ,como un círculo, siendo cada punto de tinta que conforma ese círculo, momentos de alegría.
Pongamos ejemplos:
-“He conseguido el trabajo, soy feliz”. Analizándolo podríamos llegar a una construcción más compleja: He conseguido el trabajo, he podido conseguirlo, me siento bien con mi capacidad de búsqueda y consecución, voy a tener solvencia económica, y tengo una sensación tan grande de alegría, que utilizo el término FELICIDAD.
Gracias a este ejemplo, vemos claramente que se trata de una interpretación que da nuestro cerebro a una serie de situaciones puntuales. Con lo cual, no está ni en el corazón, ni en el estómago, ni en la sexualidad, ni tampoco en lo externo ni lo material. Parece obvio pensar, que es totalmente necesario educar a nuestro cerebro para que sus pensamientos y las interpretaciones, nos ayuden a “SENTIRNOS MÁS FELICES”, ¿es esto posible?, la respuesta es clara: si.
El amor, la salud, el dinero…. Son fuentes de alegría y bienestar que contribuyen a la felicidad. Pero es la educación que tengamos, y como la proyectemos a estos ámbitos la que nos hace felices. ¿Quién no ha visto alguna vez un pobre o una persona de clase baja muy feliz?, ¿Quién no ha visto alguna vez el brillo de la felicidad en los ojos de una persona enferma?, ¿Conocéis a alguien soltero/a que sea feliz?.
Y ahora que sabemos DÓNDE está situada, y ahora que sabemos que es un concepto GENERAL, ABSTRACTO Y SUBJETIVO, añadiendo que PODEMOS APRENDER A APRENDER A SER FELICES. Vamos a preguntarnos ¿Qué hacemos para serlo?, ¿Cuántos momentos puntuales de alegría personal nos dedicamos y cuanto tiempo les dedicamos a interpretarlos? ( una buena canción, un buen beso, un homenaje frente a una mesa, unas palabras de amor hacia alguien especial, un abrazo a un amigo/a, una buena conversación).
Por último, recuenden que la felicidad es un bien totalmente personal, y demasiado manipulado por el ambiente y las grandes masas: Noticias de televisión, situación económica, vidas de amigos, por nuestros hijos, nuestras parejas, nuestra historia familiar...etc.
Pero nadie nos puede decir ni como, ni cuando, ni la forma; y mucho menos, pueden influir en NUESTRA INTERPRETACIÓN. Somos nosotros los que podemos, elegimos y queremos aprender a ser….. un poco más felices.
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