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Premio Cervantes de Literatura dice que el Sahara es marroquí

Un viejo defensor de los derechos marroquíes sobre el Sahara es el galardonado con el Premio Cervantes de Literatura 2014
Luis Agüero Wagner
miércoles, 26 de noviembre de 2014, 08:28 h (CET)
En este mundo de falsedades, muchas veces la verdad escasea tanto como el agua en el desierto. Pero como alguna vez escribiera Antoine de Saint Exupéry en su cuento “Le petit Prince”, lo que embellece al desierto es que en alguna parte esconde un pozo de agua.

Juan Goytisolo, flamante premio Cervantes de Literatura, es uno de esos extraños intelectuales que jamás se dejó llevar por la corriente ni naufragó en la marea de mentiras que como una usina inagotable, surgían del desierto del Sahara marroquí.

Ello le llevó a publicar en 1979 un libro titulado “El problema del Sahara”, un brillante ensayo donde demuestra la incuestionable marroquinidad del territorio que algunos llaman Sahara Occidental.

Goytisolo, quien en 1954 había publicado su primera novela titulada “Juego de Manos”, vivió mucho tiempo exiliado en Paris para alejarse de la inculta dictadura de Francisco Franco, que asolaba a España. Hoy disfruta en Marrakech de la desbordante cultura marroquí, tan abundante que hasta pudo regalarle jirones de ella a España en tiempos del imperio almorávide.

Fue precisamente ahí, en el camino de las Canarias y la hispanidad americana, en esa España genuina disfrazada de turbante, donde Goytisolo fue sorprendido por la noticia que su valiosa obra se había hecho acreedora del galardón más preciado.

Aquellos que se dejan influenciar por la propaganda, aseguran no comprender su apoyo a Marruecos en el tema del Sahara, dado que combate la dictadura y la injusticia en el resto del mundo. Ignorantes acaso de la realidad, desconocen que defender la verdad es la primera herramienta de liberación y la más justa de las causas.

La injusticia más bien es la que retrasó estos honores cabalgando sobre las falacias de aquellos que defienden la creación de un estado fallido en el desierto. Es que la causa humanitaria es un gran negocio, y ciertas ONG son especialistas en prolongar el sufrimiento humano para lucrar con las tragedias. Es el caso de los defensores de la “causa saharaui”, un mito español que por mucho tiempo relegó a un plano secundario a los verdaderos intelectuales, aquellos que no se humillan firmando comunicados y mintiendo solo para quedar bien.

Dice Goytosolo que "la novela es un género omnívoro, puede incluir la poesía, pero la poesía no puede incluir la novela”. Quizás el éxito de este escritor omnívoro contribuya a echar luz sobre la verdad todavía difusa que esconde el Sahara, y marque el principio del fin para aquellos que se suben a un tren de mentiras solo para lograr una mínima pertinencia en ciertos círculos periodísticos.

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