El Ministerio de Sanidad derrapa más que una bicicleta en aceite. Está alicatado de falsedad y negligencia. Sorprende que el filósofo siga al pie del cañón con la que está cayendo. Lo que no sorprende es el nivel de noqueo en que está el gobierno, lo miserable que demuestra ser, los reiterados intentos de aplicar métodos propios de regímenes comunistas, la capacidad de mentir y la dejadez que pretende convertir en buena gestión. Todo esto no son bulos.
No solo pretende mofarse del Cuerpo de la Guardia Civil, utilizando al general Santiago como chivo expiatorio sino que le insta a “minimizar el clima contrario a la gestión de crisis por parte del Gobierno” (sic), tal y como se ha sabido por el telegrama reciente. No se disculpó cuando debió hacerlo, de ahí que la disculpa posterior huela a patraña telegrafiada.
Tampoco faltan usuarios de las redes que pretenden ver una estrategia en la que, José Manuel Santiago, intenta decir a la sociedad la presión a la que está siendo sometido y, como militar, lee cuanto le ordenan: esto lo descarto por completo, pues no es más que un simple retorcimiento de la cuestión. El valor no se le supone; la Benemérita sigue siendo admirable, pero tiene esa oveja negra.
Espero que nadie hable de improvisación o de bulo. La primera la vemos a diario en el gobierno. Lo segundo sabemos qué es y cuántos han producido, tanto desde el propio gobierno como a través de ‘bots’ con sus procesos autómatas como si fueran personas. A ello hay que unir gran cantidad de ‘trolls’ o usuarios que pretenden “ofender, provocar y empobrecer cualquier conversación”; actúan invadiendo las redes y dedicando insultos de todo tipo a quienes plasman opiniones contrarias a la gestión del gobierno “trichavito” (Izquierda ‘Hundida’, Podemos y Psoe) o instalándose en el polo opuesto a quienes pretenden razonar argumentos en la conversación. ¿Alguien me va a decir que es un bulo?
Esas prácticas son frecuentes. Siempre se hacen con una intencionalidad dañina. Sorprende que, tanto el Ministerio de Sanidad como el propio gobierno ‘trichavito’, caigan tan bajo. Esta vez, ese ministerio estaba representado por Lonna, Eilehen, Shandy, Jacey, Tamia, Kylie, Kennal, Rose, Daphne, McKenna, Britnney... Son perfiles creados para el engaño y para “arrimar el ascua a su sardina”. Hablamos de miles de perfiles de presuntas mujeres, más propios de publicidad de prostitución on line” que de otra cuestión publicitaria. Ni una con apellido español. No hay duda de que son ‘bots’ y el cometido es elogiar las fracasadas medidas que el gobierno viene acometiendo en la gestión del Covid19. Esa práctica ruin de la izquierda no es un bulo.
Reviso los datos mundiales del Covid19 y compruebo que España sobrepasa los 200.000 infectados y los 25.000 fallecidos. Me congratulo de los recuperados. No es un bulo, como tampoco lo es que el gobierno supiera de la importancia del problema desde enero de este mismo año ya que la OMS había hecho al menos cinco avisos de ello. Ni siquiera es un bulo que el gobierno haya amenazado a quien publique fotos de las morgues y cadáveres, escudándose en no “herir sensibilidades a la población”. Eso sí, permite que salgan imágenes de otros países donde se construyen fosas comunes o se informa de cómo se enterrarán cadáveres en parques durante dos años, dada la falta de terreno apropiado.
Tampoco son bulos la falta de crespones; la ausencia de luto oficial; la clasificación en hospitales atendiendo a criterios de edad; el montante de más de 35.000 sanitarios afectados por falta de medios; la compra de material sanitario a China, a pesar de que se pueden adquirir en España; la mediocre gestión que ha hecho de la crisis el gobierno “trichavito”; el ocultamiento del intermediario del cargamento de mascarilla defectuoso; la “compra” de medios de comunicación para que sigan la línea de “Sextrola” y “Newtrola”, Ferreras, Wyoming, Fallarás, Cristina Almeida…; la negligente contabilidad de fallecidos por coronavirus y la falta de test a toda la población; el filtrado de preguntas a la Comisión, al más puto estilo leninista; el olvido de la actitud de la izquierda y su algarada permanente en el caso de Ébola, por citar algunos. Claro que no son bulos.
El Ministerio de Sanidad sigue de torpeza en torpeza. Primero la cometió con Fernando Simón y después con Salvador Illa. En ambos casos les han pillado “defecando tras los juntos”. Con las trampas pretendían aumentar las interacciones y se han estrellado. Ya son la mofa y el hazmerreír de la población. El gobierno ve con angustia su reiterada incompetencia. Tan solo pueden elogiarlo Tezanos, los ‘bots’ y los ‘trolls’ nocturnos. Ni siquiera los suyos lo hacen. ¿Acaso es un bulo?
La práctica a la que ahora recurre el gobierno carece de toda ética. Simular corrientes de opinión favorables al gobierno en nada le va a beneficiar. Como decía un camisa vieja del PSOE: “Un mentiroso chulo de playa, un filósofo separatista, una “parásita” feminista, un agente de Maduro, un ministro monitorizador, un recepcionista de aeropuerto y una ministra incapaz de explicar los ERTE, valen para lo que valen. No para gestionar la crisis. Menos aún para salvar vidas”. No son bulos.
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