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En las reservas sioux de Dakota del Sur, los puestos de control salvan vidas

​El espíritu depredador de los colonos blancos no es algo desconocido para estas dos tribus, que forman parte del pueblo oceti sakowin.
Amy Goodman
lunes, 18 de mayo de 2020, 08:10 h (CET)

En Dakota del Sur, Estados Unidos, se viene intensificando un enfrentamiento en torno a la seguridad y la soberanía. Dos comunidades indígenas de ese estado, la tribu sioux del río Cheyenne y la oglala sioux, establecieron puestos de control en las carreteras que conducen a sus territorios para asegurarse de que todos aquellos que procuren ingresar a tierras tribales viajen por una razón aprobada y esencial, y no presenten síntomas de Covid-19. El pasado viernes, la gobernadora republicana de Dakota del Sur, Kristi Noem, que se encuentra entre los ocho gobernadores del país que se negaron a emitir una orden de confinamiento, exigió que retiraran los puestos de control o, de lo contrario, enfrentarían una intervención del gobierno estatal. Los puestos de control siguen en pie.

Harold Frazier, presidente de la tribu sioux del río Cheyenne, expresó en una entrevista para Democracy Now!: “El objetivo principal de estos puestos de control es mantener seguro a nuestro pueblo. Por nuestra población, por nuestra carencia de instalaciones médicas, observamos con atención a nuestros parientes del sur, la Nación Navajo, y vemos lo que está pasando allí. Perfectamente eso mismo podría pasarnos a nosotros”.

Frazier se refiere al brote masivo de Covid-19 en la reserva navajo. La reserva de la tribu sioux del río Cheyenne cuenta solo con ocho camas en su clínica y no tiene unidad de cuidados intensivos. El hospital más cercano, en Rapid City, está a tres horas de la reserva.

El presidente de la tribu oglala sioux, Julian Bear Runner, explicó su decisión de crear puestos de control en un video en vivo por Facebook: “La gobernadora Noem juzgó equivocadamente el nivel de compromiso que tenemos para proteger a nuestra gente más vulnerable del “capitalismo de amigos”, de las amenazas para obligarnos a abrir nuestra economía como ellos quieren. No hay forma de ponerle valor a lo que tenemos para perder si dejamos que nos insulten de esta manera. Mis ancestros han estado aquí por millones de años. Se ha demostrado que todo lo que [los capitalistas] han traído a nuestras tierras ha sido veneno”.

La gobernadora de Dakota del Sur es una aliada incondicional del presidente Donald Trump y con frecuencia es invitada a los programas del canal de noticias Fox News. En una clara señal de apoyo a los grupos que en el mes de abril protestaron contra las órdenes de confinamiento en varias capitales estatales, conformados en gran medida por personas blancas fuertemente armadas, Noem le dijo a la presentadora de Fox News Laura Ingraham: “Mucha gente renuncia a sus libertades por un poco de seguridad, y no tienen por qué hacerlo”.

A pesar de que Dakota del Sur actualmente tiene una de las tasas de infección de crecimiento más rápido del país, Noem está promoviendo un retorno a la “normalidad”, lo que podría disparar el riesgo de un aumento de las muertes por Covid-19. La ciudad Sioux Falls de Dakota del Sur aloja un enorme matadero de la empresa Smithfield Foods, donde 3.700 trabajadores “procesan” cerca de 20.000 cerdos por día. Esa planta se convirtió en el foco de Covid-19 más intenso del país.

De los 3.723 casos positivos y 39 muertes confirmadas en Dakota del Sur, más de 3.000 casos y 34 de las muertes provienen del condado de Minnehaha, donde se encuentran Sioux Falls y la empacadora de carnes de Smithfield Foods.


La gobernadora Noem rechazó las solicitudes de cierre de la planta suscritas por funcionarios locales, trabajadores y líderes sindicales, cediendo únicamente cuando el brote se hizo demasiado grande para ignorarlo. Más adelante, el 28 de abril, el presidente Trump invocó la Ley de Producción de Defensa, una ley de abastecimiento utilizada en tiempos de guerra, para impedir que los gobiernos estatales y locales cerraran las empacadoras de carne. La planta de Smithfield Foods reabrió el pasado 7 de mayo. La cifra de infecciones por coronavirus sigue en aumento.

La gobernadora Noem dijo en un comunicado: “Nuestro plan de ‘volver a la normalidad’ no incluye nuevos programas gubernamentales, trámites burocráticos, fases proscriptivas, controles estrictos ni nada por el estilo. […] Nuestro plan sigue dejando el poder de la toma de decisiones en manos de la gente, a quienes pertenece”.

No obstante, esta defensa incondicional de la libertad por parte de Noem termina en los límites de las reservas indígenas. Ella apoya a los justicieros armados blancos que amenazan a los gobernadores demócratas en estados como Wisconsin. Pero cuando los indígenas estadounidenses se atreven a proteger la salud pública en su territorio soberano, la gobernadora Kristi Noem de repente se convierte en una gran admiradora de los gobiernos que se atribuyen grandes poderes de intervención.

Los puestos de control funcionan, por cierto. Una persona que pasó por el control respondió que había estado en un conocido foco de propagación de Covid-19, lo cual fue debidamente anotado por las autoridades tribales. No mucho después, esta persona informó que se sentía enferma y, en menos de ocho horas, obtuvo un resultado positivo en la prueba de Covid-19. Los funcionarios de salud de la comunidad realizaron un rápido rastreo de contactos y pusieron en cuarentena a quienes habían estado cerca de la persona infectada. La recopilación de datos en el puesto de control agilizó la respuesta y, con suerte, ha evitado una mayor propagación del virus. La comunidad oglala sioux acaba de registrar su primer caso positivo esta semana, lo que motivó que inmediatamente se impusiera un toque de queda en todo el territorio de la reserva.

El espíritu depredador de los colonos blancos no es algo desconocido para estas dos tribus, que forman parte del pueblo oceti sakowin. El jefe Toro Sentado observó en 1877: “El amor a las posesiones es una enfermedad que tienen [los blancos]. […] Se apropian de esta madre nuestra, la Tierra, para su uso propio, y colocan vallas en ella para separar a sus vecinos; y la desfiguran con sus edificios y su basura… Todo esto es un sacrilegio”. La tribu siux del río Cheyenne y la tribu oglala sioux están haciendo todo lo posible para evitar que el coronavirus tenga un impacto fuerte en sus comunidades. Una buena noticia es que sus medidas de autoprotección y ayuda mutua se están extendiendo. La Nación Omaha, en el vecino estado de Nebraska, acaba de establecer sus propios puestos de control.

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