Odio, odio hasta la tortura del ser, del mío que tiene que soportarlo todo.
Odio, sentimiento que lleva al mar, perturbador y sin razón de ser. Más con que razón se tiene, cuando se trata de la luz que ellos no ven.
Odio, oscura fuente del pozo azul, que bruta soy, sólo al verlos, tan concentrados en el mal. Odio que me corre por las venas, que sale de mis poros. Odio que entra y sale de mi corazón, que no me deja dormir en paz, y sin embargo, soy lo que soy.
Odio, perturbación infinita que con qué razón se tiene. Odio, mal sentimiento que deja su huella, del que quiero escapar, que no me deja en paz. Odio, sentimiento de ira, de desolación, del infinito deseo de ver como desaparece el ser odiado, y son tantos… tantos y tantos los seres que se odian, y con qué razón… Odio que quita la alegría, asocia ideas y se pregunta ¿por qué?.
Odio, que es como una máscara, reflejado en el rostro, que brota por las mejillas cuando todo se apaga. Odio, que no deseo morir, más mi muerte se desea. La desean esos odiados por mí, que lo sepan eternamente. Nunca responderé por ellos, para mí nada son… que se hundan en una arena sin sol.
Aunque… después de tantos años, creo que mi suerte no fue mala. Todos los males que vinieron, fueron por bien.
No odies, no ames, no sientas. Sólo ama la justicia, el Sol y tu fe.
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