Siempre he procurado arrimarme y aprender de aquellos que tienen una edad más provecta que la mía. Ahora que me encuentro a finales de mi etapa como perteneciente al “segmento de plata”, sigo contando con el consejo, la sabiduría y la amistad de varios amigos pertenecientes al que yo denominaría como “segmento de platino”. Son tan sabios, que no han perdido su capacidad de aprender y su firme convicción de seguir transmitiendo su ciencia a través de todos los medios a su alcance. Ahora aprovechando las redes sociales.
Tengo la suerte de compartir amistad, fe y conversación con un hombre ilustrado que se encuentra ya en una edad avanzada. Se trata del Ilmo. Señor D. Francisco García Mota. Pese a su diferencia de edad con este modesto plumilla (15 años), conservamos una vieja amistad que se inició (creo que el no se acordará) en un coloquio-tertulia sobre la Semana Santa en la vieja Peña Malaguista. Allí mantuvimos criterios diferentes… desde el respeto. Y hasta hoy. En estos tiempos, durante el verano, nos vemos algo más, durante el resto del año le mando lo que escribo y me contesta a veces.
Mi amigo Paco, todo un personaje de la Iglesia Malagueña, es sacerdote desde 1954, maestro de enseñanza primaria, licenciado en teología pastoral, prelado de honor de su Santidad, Monseñor, Canónigo de la S.I. Catedral, Doctor en Ciencias de la Educación, Profesor Jubilado de Teoría e Historia, de la Educación de la Universidad de Málaga, Profesor jubilado del Seminario, hijo predilecto de Cortes de la frontera, hijo adoptivo de Gaucín, Miembro de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, Etc. Etc. Tiene una calle con su nombre en Málaga y una plaza en Gaucín.
Con ese curriculum se entretiene en escribir cada mañana, de madrugada, un pensamiento basado en su meditación personal. Unas pocas frases llenas de vida y de testimonio personal. Lo sube a Facebook y nos hace pensar a todos cuantos le seguimos.
Ole por él. Genio y figura. Me siento muy orgulloso de ser su amigo y discípulo.
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