Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Estatal de Washington (Estados Unidos), y publicado en el 'International Journal of Environmental Research and Public Health', ha evidenciado que el lugar de residencia tiene un impacto en la longevidad de las personas.
Asimismo, los expertos, tras analizar a 145.000 habitantes de Washington que murieron a los 75 años o más entre 2011 y 2015, han comprobado que el estado socioeconómico también se relaciona con una mayor esperanza de vida. En concreto, en las áreas urbanas más pequeñas y con un mayor poder adquisitivo es más probable que muchas personas puedan llegar a cumplir 100 años.
"Nuestro estudio se suma a la evidencia de que los factores sociales y ambientales contribuyen significativamente a la longevidad", han explicado los investigadores, para recordar que otros trabajos han mostrado que la herencia contribuye entre un 20 o un 35 por ciento a alcanzar los 100 años.
Por tanto, según han detallado los expertos, cuando se vive en una zona donde se favorece el envejecimiento saludable se tiene más probabilidades de vivir durante más tiempo. Al mismo tiempo, han sugerido que en las zonas donde conviven personas de diferentes edades también aporta beneficios en la esperanza de vida.
"Estos hallazgos indican que las comunidades de edades mixtas son muy beneficiosas para todas las personas. También apoyan el gran impulso en los centros urbanos en crecimiento para hacer que las calles sean más transitables, lo que hace que el ejercicio sea más accesible para los adultos mayores y les facilita el acceso a la atención médica y las tiendas de comestibles", han comentado los expertos.
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