Las nubes se acumulan y al final descargan, es lo que pasa cuando aumenta el calor y la evaporación engorda las nubes, luego llega aire frio y descargan. Pues eso es lo que ha pasado y estallado el 21 y 24 de octubre.
Todo empezó con la aparición de un hombre muerto en una chabola a mediados de agosto. Murió a los pies del edificio Arcade, a escasos 100 metros de: una residencia de cascaos, de dos institutos, el Campus de Tarongers y …. El cementerio del Cabanyal. La prensa recogía: “Un anciano muere en una chabola tras rechazar su ingreso en una residencia”, tenía 80 años y una pensión de 300 euros, se negaba a ser enclaustrado en una residencia porque podía valerse por sí mismo y quería, como todos, vivir en su entorno social. Yo creo que además estaba convencido de que el dinero público es sagrado y sería robarlo el obligar a un gasto de 1200 euros mensuales por una plaza de residencia, cuando con 300 y la solidaridad mantenía la dignidad intacta.
En agosto, con el calor, se puso de moda lo del cubo de agua helada, a cuenta de los nobles del casquerio de la estirpe de la ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica), para recaudar fondos para investigación. Una campaña estacional, que permitió llenar espacios de televisión viendo pozalás a famosos… Pero para pozalá de agua helada la que ha recibido un cascao de ELA, cuando le han dicho que se suspende el programa de respiro de ADELA Valencia hasta que la Generalitat reanude el suministro de aire; aunque para entonces hayan marchado una parte y otra haya visitado centros sanitarios para hacer gasto en sanidad y ahorrar en servicios sociales. Bueno, las funerarias también se llevaran su parte. Al socaire de la campaña de la pozalá salió el reto lanzado por un cascao al Presidente del Gobierno, Consell y Consellera de Bienestar Celestial para que pasaran 24 horas con él: aspirando mocos, rascando la nariz, dando de comer, vestir, manipular papel higiénico, hacer cambios posturales por la noche cada tres horas,….
Luego apareció Teresa y con ella la primera víctima del Ébola en España: Excalibur. Afortunadamente Teresa ha salido de esta y hay que reconocer que, si fue su atención y contacto con el enfermo lo que propició el contagio, tenemos que agradecer su implicación en el trato a los enfermos; que yo tantas veces he tenido ocasión de recibir de médicos, celadores, auxiliares y enfermeros.
En la tertulia comentábamos que a Teresa la curaban los especialistas en bichos, pero que quienes le mantenían viva eran los neumólogos que se ocupaban de sus pulmones, ventilándola con respiradores. Y en ese avance en materia ventilatoria cayeron miles de niños entre los años 50 y 60. Más que los avances del pulmón de acero, para nosotros tiene una especial reconocimiento el que, cuando en Copenhague en 1952 un brote de polio devastador hizo insuficientes los respiradores con que contaban, 200 estudiantes de medicina se turnaron para ventilar a mano a unos 40-70 pacientes las 24 horas del día durante varias semanas. La mortalidad entre esos pacientes, los que tenían menos posibilidades de salir adelante y se les excluía de utilizar los pulmones descendió del 80 al 40%. Ese fue el germen de la aparición de las UCI, que tantos hemos disfrutado. Quien lea esto y haya pasado por una UCI después de una operación o le haya sido aplicada ventilación mecánica (respirador) no estaría leyéndolo sin la actuación de los 200 que estuvieron dándole al ambú, al ladito de infectados del virus de la poliomielitis.
Los niños españoles no tuvieron tanta atención, no se reconoció la epidemia y la implantación de la vacuna se retrasó por lo menos 5 años, que por lo visto fueron los que se necesitaron para que la administración decidiera el departamento competente para llevar el asunto.
El pasado 21 de octubre llegó la sentencia de la Audiencia Nacional anulando la de Primaria Instancia que reconocía indemnización a los afectados por la Talidomida en España. Me descolocó, había leído la del Juzgado de Primera Instancia y me pareció bien argumentada y justa, pero Como dice Justo: “Hasta el rabo todo es toro” y “La justicia es una cosa y lo que te da el derecho puede ser otra”. Así que tendré que esperar a conocer la letra de la sentencia, porque eso de que la pena ha prescrito … creo que los afectados no lo comparten, los efectos del medicamento continúan. Y en lo que respecta a que falta un estudio científico que avale la tesis de la demanda…. ¡¡ Blanco y en botella…!!. Leches, que a los alemanes les han soltado la pasta sin ese estudio y en definitiva lo que indigna, al menos a mí, es que el medicamento continuara dispensándose en España 5 años después de dejar de fabricarse porque se había detectado el efecto que causaba. Parece que en nuestra parte de la piel de toro se liquidaron las existencias.
Lo de envenenar a embarazadas durante 5 me hace trajo a mi coco a los niños sanos que nacieron durante 5 años en España y contrajeron una enfermedad, la polio, que tenía una vacuna, la del doctor Jonas Salk. En honor de quien se negó a patentar la vacuna para que todo el mundo tuviera acceso a ella celebran el 24 de octubre, los afectados del síndrome post polio en España el que, aunque tarde para ellos, las autoridades sanitarias españolas empezaran la vacunación de una vacuna gratuita que desde 1963 evitó que los niños españoles adquirieran una enfermedad tan invalidante. Preguntado Jonas Salk, por qué no patentó y se hizo millonario, contestó: "No hay patente. ¿Acaso se puede patentar el sol?".
Por eso tengo fe, que es creer en lo que no se ve, en que los tribunales harán justicia con quienes han sido víctimas de una talidomida que 5 años antes debería de haber sido retirada por quienes la patentaron y se llevaron sus buenos marcos, los mismos con que se pagaron botes de penicilina de contrabando en el puerto de Valencia a mediados de los 50 para curar enfermos de tifus. Aquellos pagos se hicieron porque las familias se empeñaban con su entorno familiar y vecinal, la solidaridad tapó las vergüenzas del sistema sanitario de entonces, vergüenzas que el Sistema de Seguridad Social que se implantó después consiguieron tapar. Lo jodido es que la manta que las tapaba se ha retirado y hay gente que tiene que elegir entre comer y medicarse.
No hay patente. Feliz Navidad y el año que viene Dios dirá. Porque “Hay que hacer las cosas como Dios manda”, esta patentada la frase pero no recuerdo al creador.
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