La novela breve es un disparate que ha germinado en mis 7 años de residencia en una villa monumental, mimada por el entorno de la Ría de Villaviciosa, capital de la Comarca de la sidra y feudo del Gaitero.
Reina un orden “a su manera” y el Gaitero es muy escuchado. ¿Cómo ha podido ocurrir el disparate que cuento? En primer lugar está mi persona. Yo ya estaba jubilado cuando vine y claro que mis síndromes de Peter Pan y de zurdo contrariado han jugado un papel cada vez que estaba sentado en la terraza de un bar, por suerte abiertas todo el año. Al principio me imaginaba en el escenario del “Rinoceronte” de Ionesco. Fue mi primer disparate. Después conocí al que bautizo en la novela con el nombre de Xandru. Vi y sigo viendo en él, una recreación del marqués de Bradomín. Metí el esperpento en mi escenario.
La terraza de la Zapica y la cafetería de la estación de autobuses me han permitido conocer al resto de los personajes de la novela. Los he colocado en mis escenarios y ante la llegada de don Juan, potentado y poderoso mafioso, de origen rumano, que casa, contra su voluntad, a su hija, Tani, pese a que la había abandonado desde su gestación. Organiza fiestas suntuosas, para las que trae todo de fuera: aquí no haya nada que sea bueno para él. El dinero negro entra a caudales y todos nos dejamos comprar, como ocurre con la “rinocentitis” de “Rinoceronte”.
Eso sí, son los personajes quienes hacen las historias: las hay de amores rotos: Tani y Al son menores, se quieren y esperan un hijo. Aspiraban a vivir su libertad. Don Juan es poderoso y los compra, como compra todo. He conocido a quienes me han inspirado estos personajes. No había don Juan, pero llevan años separados, él está en la cárcel.
Así ha sido con todos los personajes, incluidos mi perro, Julen y yo: todos hemos sido trasladados a las circunstancias, aunque estamos en la terraza de La Zapica, junto al juzgado, y somos nosotros.
La actualidad está ahí. Los recortes intervienen constantemente en la historia, así como lo hace la corrupción. Visto de esta manera, la novela no es tan disparatada. Si existiera un don Juan podría hacerla realidad, ya lo creo.
Los inspiradores de los personajes son de carne y hueso y hay amores, odios y emociones. Espero que te guste, lector. En esta ocasión, los capítulos están mucho más adaptados a las entregas y no hago referencias desconcertantes. Podrás compartir, sin esfuerzos, todas las vivencias. Tras esta introducción, los capítulos serán publicados cada miércoles en esta misma sección de Siglo XXI; y Falsaria sacará próximamente la novela completa.
Perdonad que incluya el capítulo de agradecimientos. Es muy importante para mí agradecer a quienes tanto me han ayudado para poner en marcha este tinglado:
A mi sobrina Miren Lorente, por la generosidad que ha tenido con la revisión de esta obra, pese al agobio en el que estaba metida.
A mis amigos de Villaviciosa, Vicente Alonso, que me ha prestado las fotos y a Rosa Rubio, que me ha brindado la portada.
|