Hoy 26 de agosto de 2020 se cumplen 231 años que se aprobó por la Asamblea Nacional Constituyente, uno de los documentos fundamentales de la Revolución Francesa «Democracia, Libertad y Derechos humanos». Base ideológica la Revoluciones de todas las naciones para salir de la opresión ejercida por reyezuelos, dictadores y sátrapas. Muchas veces traicionado ese documento una vez conseguido sacudirse del yugo por partidos políticos que, amparados en ese postulado han logrado legalizarse, al menos en España, cuando en realidad están pregonando un ideal totalmente contrario, antidemocrático y fascista, por desear el retorno de los Principios Fundamentales del Movimiento, o abolición de todos los partidos políticos menos el suyo. En España ya hay uno en el Congreso, y muchos otros grupúsculos erráticos y violentos con ese mismo ideario, amenazando vicepresidente del Gobierno, ministros, representantes de las
Comunidades Autónomas, incluso el mayor partido de la oposición, por boca de uno de sus parlamentarios, se reconocen herederos del franquismo. Ninguno de los partidos representados en el Congreso de los Diputados ha alzado la voz en contra de esa actitud, ¿a qué están esperando?, no se acuerda ninguno de los diputados del poema Martin Niemöller «Ellos vinieron», popularizado por Berltot Brech y que empieza:
«Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista, ...
Terminando:
... Cuando finalmente vinieron a buscarme a mí, no había nadie más que pudiera protestar».
Los principios que defiende ese grupo del Congreso en la actualidad, es mantener el ideario antidemocrático y fascista de la FE-JONS de 1934, de los siguientes puntos:
2.- España es una unidad de destino en lo universal. Toda conspiración contra esa unidad es repulsiva. Todo separatismo es un crimen que no perdonaremos.
6.- Nuestro Estado, será un instrumento totalitario al servicio de la integridad patria. Nadie participará al través de los partidos políticos. Se abolirá implacablemente el sistema de los partidos políticos, con todas sus consecuencias: sufragio inorgánico, representación por bandos en lucha y parlamento del tipo conocido.
7.- A nadie le será lícito usar su libertad contra la unidad, la fortaleza y la libertad de la Patria. Una disciplina rigurosa impedirá todo intento dirigido a envenenar, a desunir a los españoles o a moverlos contra el destino de la Patria.
Estos supuestos demócratas alientan este punto y con él admiten el punto 18 del Mein Kampf: «Exigimos la persecución despiadada de aquellos cuyas actividades sean perjudiciales». Fórmula aplicada sistemáticamente por la FE-JONS desde 1936 y durante la Dictadura.
25.- Nuestro movimiento incorpora el sentido católico de gloriosa tradición y predominante en España a la reconstrucción nacional.
27.- Nos afanaremos por triunfar en la lucha con sólo las fuerzas sujetas a nuestra disciplina. Pactaremos muy poco.
Sólo en el empuje final por la conquista del Estado gestionará el Mando las colaboraciones necesarias, siempre que esté asegurado nuestro predominio.
Este último punto es patente actualmente en las Comunidades Autónomas donde apoyan a los gobiernos de evidente signo conservador, siendo generosa esta definición. Al estar imponiendo la Religión católica, tauromaquia y la caza en la enseñanza pública, entre otras muchas en contra de los principios de libertad y de la Constitución de 1978, por la que están representados en el Congreso, pero que no se les permitiría representación en ningún Parlamento del planeta con estos postulados claramente fascistas.
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